Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Palabras pronunciadas por la MsC. Yamila González Ferrer

Autor:

Juventud Rebelde

Mujeres dignas de la humanidad:

Gerardo Hernández Nordelo es un hombre alegre, entusiasta y creativo, lleno de planes e ideas, con una hermosa familia.  Graduado de Relaciones Internacionales, combatiente internacionalista y con un prestigio bien ganado como caricaturista con gran sentido del humor no tenía aún 30 años cuando asumió con pasión y patriotismo la misión de contribuir a  la seguridad de su pueblo. Como  expresara en reciente entrevista:   “sabemos que durante los últimos cincuenta años nuestro país ha encarado casi un ambiente de guerra... Cuando uno habla de terrorismo contra Cuba no lo hace de manera abstracta.  Hay nombres y apellidos de gente que ha muerto por esas acciones, acciones que se han planeado con total impunidad... en territorio norteamericano...”

Así lo atestiguan los 3,478 muertos, entre ellos niñas y niños, y 2,099 mutilados,  víctimas de esas acciones organizadas y financiadas desde Estados Unidos por connotados y despreciables asesinos a sueldo que hoy  se pasean libremente por las calles de Miami como el confeso Orlando Bosch, a quien Gerardo tenía la peligrosa misión de vigilar para alertar a la Patria sobre su letal accionar.

Por esas poderosas razones pospuso sueños, anhelos y aspiraciones. No hizo más que seguir el ideario martiano que expresa: “La primera cualidad del patriotismo es el desistimiento de sí propio; la desaparición de las pasiones o preferencias personales ante la realidad pública, y la necesidad de acomodar a las formas de ella el ideal de la justicia.”

Fue apresado y sometido a uno de los procesos más vergonzosos de la historia judicial norteamericana en el que le fue impuesta la sanción de 2 cadenas perpetuas más 15 años de prisión. Jamás pudieron probar su culpabilidad en los delitos por los que lo privan de por vida de la libertad. No lograron demostrar que él y sus compañeros cometieran conspiración para obtener información de seguridad nacional, cargo 2 del pliego acusatorio y  así fue reconocido posteriormente por el Pleno de los jueces del XI Circuito de Atlanta; sin embargo Gerardo fue el único que no recibió el beneficio de la re-sentencia.

Tampoco consiguieron probar  el cargo 3, "conspiración para cometer asesinato”, ni siquiera con la mala conducta del gobierno que tergiversó las evidencias para incriminarlo. La Fiscalía no pudo demostrar su culpabilidad  e intentó en una moción sin precedentes, modificar el cargo; sin embargo el Jurado, lo declaró culpable y  le impuso la  condena más cruel, ratificada por la Corte de Apelaciones, aunque con la oposición de una de sus juezas. Todo este ensañamiento  demuestra sin dudas la  politización del caso, el afán de hacer caer sobre él  toda la rabia, la impotencia y  el desprecio  que sienten  contra nuestro pueblo.

En días recientes la Corte Suprema de los Estados Unidos ha denegado la posibilidad de revisar el caso. 

¿Qué hacer ante una realidad como esta? ¿Tenemos derecho a abandonar la lucha?  ¡NO!.

Es preciso romper todas las barreras para que se conozca la verdad, para que se conozca la nobleza sin límites de este hombre, víctima del mayor ensañamiento,  que al igual que su familia, no alberga el más mínimo rencor contra el pueblo norteamericano.

¿Se conoce que detrás de esta enorme injusticia está la agonía de una familia?, que Carmen,  la anciana mamá de Gerardo, está muy enferma, y no podrá ir a verlo nunca más y que si no logramos pronto que se elimine su condena, él tampoco llegará a tiempo para abrazarla y aminorar su tristeza, agravada además por la pérdida física de su hija en el mismo año en que arbitraria e injustamente lo encerraron con el intento inútil de sepultar sus ideas y su ejemplo.

¿Se conoce el desconsuelo de una mujer que hace más de 10 años no mira al rostro de su esposo, ni lo besa y abraza?

Ya muchas mujeres en todo el mundo y en los propios Estados Unidos  luchan junto a nosotras y lo harán muchas más porque les conmoverá saber  que a Gerardo con 44 años y a Adriana,  casi con 40,  se les escapa la juventud sin consumar el anhelado sueño de concebir un retoño de ese amor. Acariciada y legítima ilusión que aún no abandonan. Conmueve  la carta de Gerardo a los hijos que están por nacer en la que les dice:”Cuando lean estas líneas habrán pasado algunos años desde que fueron escritas. Ojala no sean muchos. En esta fecha ustedes no han nacido y hasta su mamá tiene dudas de si algún día nacerán. Todo se debe a que estoy viviendo momentos difíciles de mi vida, lejos de mi país y mi familia, de los que sin embargo estoy muy orgulloso y espero que algún día ustedes también lo estén.”

A Adriana Pérez O´Connor, esposa de Gerardo Hernández Nordelo, el gobierno de Estados Unidos  ha denegado reiteradamente el visado para ejercer el derecho que le asiste según sus propias leyes, para visitarlo. En el año 2002 se la otorgaron, pero al arribar a ese país fue detenida arbitrariamente por el FBI, aislada, fichada, fotografiada y sometida a interrogatorios, como si fuera una delincuente y obligada a regresar de inmediato a Cuba. El 10 de abril de este año Adriana ha realizado por décima vez el trámite de visado con la esperanza de que este nuevo gobierno revierta la situación, máxime en este momento que se ha ratificado su sentencia y la posibilidad de una inmediata libertad se aleja.

Es esta una situación de violencia extrema contra esta mujer. Estas medidas, que pueden ser calificadas como verdaderamente brutales, sin incurrir en pasión de ningún tipo, sólo pueden tener por objetivo y de hecho sólo conducen a provocar un sufrimiento adicional lo que puede calificarse como cruel tortura física, moral y espiritual.

La propia Adriana en carta elaborada hace unos años a los amigos solidarios del mundo expresaba: “Vivir con la angustia e incertidumbre diaria de qué nos deparara el futuro es la cadena perpetua que  comparto con Gerardo. No fui sancionada en una corte federal como él, ni siquiera estuve cerca, sin embargo, recibimos el castigo más cruel: la tortura sicológica y el aislamiento definitivo.”

El gobierno de los Estados Unidos no puede escudarse en su derecho a decidir quién entra en su territorio violando el principio internacionalmente aceptado de protección a la familia.  El propio Comité de Derechos Humanos, reconoció desde 1986 que cada Estado es efectivamente responsable de decidir quién podrá ingresar en su territorio, pero a continuación establece con absoluta claridad  que un extranjero puede recibir protección cuando se involucran o “salen a relucir” cuestiones referentes a la “no discriminación, el tratamiento inhumano y el respeto por la vida familiar”

Estamos en presencia de un caso humanitario apoyado por cientos de organizaciones internacionales de toda índole y personalidades de todo el mundo.  De tal modo  tiene ahora  en sus manos el gobierno de Estados Unidos y su Presidente Barack Obama la posibilidad de poner fin a esta desvergüenza y demostrar si el cambio no es sólo de imagen sino también de esencia y contenido.

Ojala comprenda que la situación que denunciamos afecta la esencia de la dignidad humana,  rebasa los marcos de consideraciones políticas, de credos o ideologías y deviene necesidad de que se restaure la justicia y cese esta situación tan dolorosa. La politización, el encono, el odio y otros bajos sentimientos que ha contaminado el proceso contra los cinco patriotas cubanos, se ciernen con toda ferocidad contra sus familias.

Cito palabras de la propia Adriana: “La confianza en el pueblo norteamericano de nobles valores y defensor de las tradiciones familiares nos hace mantener la confianza en un futuro mejor donde la verdad y la justicia levanten su voz.”

Gerardo Hernández Nordelo, junto a sus 4 hermanos,  simbolizan la Patria. Ellos representan el más genuino símbolo del pueblo de Cuba,  rebelde e indoblegable que el gobierno imperialista de los Estados Unidos ¡jamás ha podido ni podrá vencer ¡ No dejaremos de luchar un solo instante. Como afirmó nuestro Comandante en Jefe: ¡!  Volverán ¡!.

Palabras pronunciadas por la MsC. Yamila González Ferrer, secretaria de la Junta Directiva Nacional de la Unión Nacional de Juristas de Cuba.

La Habana, 22 de junio de 2009.

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