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Unas 3 000 hectáreas de tierras ociosas de los alrededores de la Ciudad de La Habana, han sido entregadas en los últimos nueve meses a personas que las solicitaron y ya muchas comienzan a ser empleadas en la producción de alimentos y también en el fomento de los árboles maderables y frutales que necesita la urbe para embellecer su entorno y contribuir a que sus gentes respiren más aire puro.
El grueso de esas tierras se destina a la siembra de cultivos varios y al fomento de la ganadería. Todos los propietarios se encuentran asociados a diferentes formas de producción, lo cual les garantiza, además de parte de los insumos, otras atenciones y el control que requieren.
Un ejemplo que justifica la conveniencia de avanzar en ese proceso, es la finca El Palmar, en el municipio del Cerro. En lo que hasta hace tan solo dos años fuera un cementerio de chatarras de Antillana de Acero, dos hombres, padre e hijo cuidan con esmero una hermosa y extendida plantación de mango, guayaba, aguacate, yuca y boniato, junto a una amplia variedad de árboles maderables.
Autoridades del Ministerio de la Agricultura en la capital informaron a la prensa que la entrega de tierras sigue en marcha, pues aún quedan pendientes de los análisis correspondientes alrededor de 95 solicitudes, en tanto se trabaja en la actualización de las áreas que tienen posibilidades de cultivarse.
Por su desarrollo urbanístico la provincia de Ciudad de La Habana solo atesora el 0,4 por ciento de las áreas cultivables del país, lo cual obliga a su utilización óptima y ordenada.
