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Baracoenses se van de gira

«Irse» a la cascada de El Yunque, a las márgenes de los ríos Toa, Duaba, Miel… o a cualquiera de las playas del litoral baracoense, es una iniciativa autóctona muy en boga en este verano

Autor:

Lisván Lescaille Durand

BARACOA, Guantánamo.— «Te vas con nosotros para una gira hasta la cascada de El Yunque». La muchacha cursó la invitación con toda la espectacularidad que aquí supone la iniciativa, y al recién llegado, ávido de emociones, la idea le devolvió recuerdos de excursiones por escarpadas montañas emblemáticas de la Isla, aunque se dibujara en su rostro la mueca del remiso.

«Piénsalo, porque puedes perderte el jaleo más grande de tu vida», advirtió Yipsi, una joven escritora local que no tardó en exponer el sentido etimológico que se atribuye aquí a la expresión «irse de gira», muy diferente al habitual atribuido, esencialmente a artistas o políticos en sus tareas cotidianas.

En este municipio de más de 80 000 cubanos, aquel convite supone encuentro de familias y amistades en contacto directo con el entorno natural, privilegiado como pocos, que distingue a la Ciudad Paisaje de Cuba. Es, en suma, una francachela a la orilla de un río, cerca de la playa o en la ladera de una montaña donde el «macho asado» distingue los olores de la cocina campestre.

El yunque a los pies

Hasta el pasado mes de agosto se ha-bían contabilizado más de 2 000 personas de diversas latitudes, incluidos baracoenses originales, que llegaron a la ladera de El Yunque, elevación de 575 metros declarada Monumento Nacional, donde radica la base de campismo popular del mismo nombre, que exhibió nuevos atributos este verano, luego de varios años sometida a inversiones.

A Yanira, una joven estudiante de Psicología, le fascinó «la pista de baile de la instalación, cuya capacidad para decenas de campistas deleita a los bailadores». Carlos, por su parte, vio con buenos ojos y apetito las opciones del nuevo restaurante, capaz de acoger a varias decenas de comensales, según directivos de la base.

Resultado del largo proceso inversionista, la base cuenta en este verano con servicios de televisión en las 14 cabañas habilitadas, de 20 posibles para el fin de año; dispone de cafetería, áreas de juego y monta de caballos, además de opciones culturales y deportivas, vigorizadas con el talento de sus guías y animadores.

Las inversiones en El Yunque superaron los 140 000 pesos en moneda nacional y 40 000 en convertible, financiamiento que permitió cambiar las casas de madera con cubierta de guano, en franco deterioro, por cabañas de hormigón y marquetería de aluminio y cristal, que elevaron su capacidad de alojamiento hasta 84 campistas.

El senderismo por la mencionada cascada, la visita al Charco de la Piña o el recorrido por la cumbre de la portentosa colina «deleitan a la mayoría, dígase extranjeros, de otras provincias o a los mismos baracoenses, atraídos por el turismo de naturaleza que se respira aquí», reconoce Yipsi.

La paradisíaca montaña de El Yunque domina el macizo montañoso de Baracoa y está bendecida por las aguas del río Duaba, el de mayor caudal en la Primada de Cuba después del Toa, que con 124 kilómetros y 72 afluentes ostenta ese récord a escala nacional.

Cajobabo y yacabo también

Otros 5 000 campistas aprovecharon las ofertas de las dos bases restantes que, junto a El Yunque, conforman el grupo empresarial Campismo Popular en Guantánamo. En opinión de Hermes Vargas López, su principal directivo, también Cajobabo y Yacabo son preferidos «por la calidad de la recreación, y la calidad de sus ofertas gastronómicas», entre otras bondades del entorno como lo es «la riqueza histórico-natural de la base de Cajobabo, donde el campista puede conocer el sitio del desembarco de Martí y los patriotas el 11 de abril de 1895 para hacer la Guerra Necesaria», apunta Vargas.

Vargas López reconoce que la afluencia al campismo ha superado todas las expectativas de la institución de cara a la etapa veraniega, lo cual representa «un serio compromiso para nuestros transportistas, que se esfuerzan por mantener vital el viejo parque de ómnibus Girón, responsable de trasladar el 70 por ciento de los campistas».

Con tales ánimos, la entidad resucita del «infarto económico» de meses anteriores para mostrar hoy utilidades por más de 150 000 pesos en el período transcurrido del segundo semestre del año». Sin embargo, expresa el sentir de los trabajadores «quienes han asumido como la mayor satisfacción contemplar el rostro alegre del campista el día de la despedida», asegura Hermes.

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