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Almeida es un símbolo de revolución y cubanía

Diferentes figuras políticas, sociales y culturales opinaron sobre el Comandante guerrillero Juan Almeida, fallecido este 11 de septiembre, quien conjugó su quehacer revolucionario con una profunda humildad, sencillez y sensibilidad artística

Autor:

Luis Hernández Serrano

«Esta es una gran pérdida física para la nación cubana y para la Revolución, que duele mucho a nuestro pueblo y a todos los revolucionarios especialmente». Así calificó el General de Brigada Arnaldo Tamayo Méndez, primer cosmonauta latinoamericano y jefe de Relaciones Internacionales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, la muerte del Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque.

«Ya no vive entre nosotros, pero queda su obra, el ejemplo, pensamiento, modestia, sencillez, su defensa de la patria y fidelidad al Partido, a Fidel, a Raúl, a la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana que dirigió hasta su muerte, al Socialismo, en fin, a todo el pueblo que lo recordará siempre, sobre todo cada vez que se hable del Moncada, del Exilio, del desembarco del Granma, del Ejército Rebelde, del Primero de Enero y de todos estos 50 años de creación de una sociedad nueva.

«Su lucha, su trabajo por consolidar la Revolución y el Socialismo, queda como un acicate para las actuales y nuevas generaciones. Pensar en Almeida a partir de hoy, es pensar en la sinceridad, honestidad y fidelidad revolucionaria de un hombre que surgió desde la clase obrera y se hizo uno de los dirigentes más importantes de Cuba y de su Revolución», dijo Tamayo Méndez.

Ante todo un amigo

«Vine a darle el último adiós al Comandante de la Revolución Juan Almeida, porque él se ganó el cariño de nuestro pueblo por su trayectoria fiel a la Revolución y a los mártires y porque tenía yo una deuda con él», expresó Mayito Rivera, cantante de la Orquesta de música popular Los Van Van, al asistir a rendirle homenaje al héroe.

«Tengo dos anécdotas muy inolvidables para mí, independientemente de sus méritos revolucionarios como moncadista, expedicionario del Granma y héroe de la Sierra Maestra y de medio siglo de firmeza en la construcción del socialismo cubano.

«Yo personalmente lo considero como una persona, más que dirigente honroso, amigo. Es un honor para mí, un deber y una obligación, venir a despedirme de él en esta tarde dolorosa de nuestro pueblo.

«Él tuvo un gesto maravilloso cuando murió uno de los grandes músicos de Cuba, “Pello el Afrocán”. Recuerdo que en la tarde de su entierro, estábamos todos reunidos entre rumberos, en un ambiente bien rumbero y cubano-caribeño-latinoafricano. Usted sabe que era una persona religiosa. Y cuando estábamos en el último momento en el cementerio, para sepultarlo, se apareció el Comandante Almeida.

«Fue eso para nosotros una muestra de amistad, un detalle de caballerosidad, solidaridad, altruismo, de comprensión, un verdadero estímulo para todos, sobre todo porque un hombre de su calibre, de su categoría, llegaba a la tumba de un artista como “Pello el Afrocán”, tan querido, para decirle adiós, junto a sus amigos más íntimos.

«Para mí significó un hecho histórico que personalmente lo guardo como algo muy grande, inolvidable, que lo retrata de cuerpo entero. Una muestra de sensibilidad, de magia y de respeto hacia los músicos, a su pueblo. Eso me impactó.

«La otra anécdota fue el instante también inolvidable cuando me entregó —como a muchos otros compañeros— la réplica del machete del Generalísimo Máximo Gómez.

«No se me olvida y me moriré con esa gratitud en mi corazón, que ese héroe cubano, al entregarme el símbolo mambí tan hermoso que las FAR entrega a personas e instituciones, me felicitó por la actitud que yo había asumido en Estados Unidos en defensa de la Revolución.

«Fue un detalle suyo muy elegante y correcto que yo agradecí no recuerdo ni con qué palabras en ese momento, en que se me puso un nudo en la garganta que si hubiera tenido que cantar con la orquesta no hubiera podido hacerlo, por tener bloqueada la laringe.

«Dijo unas palabras maravillosas. Él manifestó su agradecimiento por lo que yo hice en Estados Unidos y creo que me lo dijo de una manera sincera, porque yo no le pregunté su opinión al respecto.

«Me hizo sentirme merecedor de esa tan grande distinción y nunca dejaré de decirlo dondequiera que me pare. Es una gran lección revolucionaria y por eso creo que es mi deber estar aquí expresando mi dolor y despidiéndolo como él se merece», dijo Mayito Rivera.

Lo hemos ganado para siempre

«Pienso justamente que por una parte hemos perdido al Comandante Juan Almeida Bosque, pero por otra lo hemos ganado para siempre, para la historia de nuestra música, para la historia de nuestro pueblo, para la historia de la Revolución», expresó Guido López Gavilán, compositor, director de orquesta y presidente de la Asociación de Músicos de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

«Almeida es uno de los símbolos más claros del pueblo cubano, es producto de lo más humilde del pueblo cubano, con la valentía y la generosidad de nuestro pueblo, fue simultáneamente capaz de empuñar un arma, de participar en las batallas más heroicas, de poner su vida en riesgo a cada momento y también de escribir música, de bailar, de intercambiar con los amigos, ser tan sensible como para hacerle un homenaje a un sonero. Es un verdadero orgullo para nuestro pueblo y es una pérdida física, pero lo hemos ganado para siempre», apuntó.

«Sin lugar a duda Juan Almeida Bosque dejó melodías imborrables para la cultura y el sentimiento de los cubanos, como “La Lupe”, en primer lugar, aquella que es todo un símbolo del expedicionario que marcha en un barco hacia su patria, clandestinamente, a liberarla, como él hizo junto a 80 revolucionarios a las órdenes del líder histórico de la Revolución, el joven abogado Fidel Castro que había comandado antes, el 26 de julio de 1953, el asalto al Cuartel Moncada, de Santiago de Cuba».

«Hay otras canciones, como “El Traguito” (dame un traguito ahora, cantinerito) que es toda una caracterización musical de la cubanía, de la alegría del cubano, de su felicidad, de su carácter, de su temperamento juvenil y juguetón, en fin de la gracia cubana», argumentó el conocido director de orquesta.

«Hay muchas canciones que son muy gustadas y que ya forman parte de la idiosincrasia cubana y de la cultura de este país», afirmó López Gavilán, quien aseguró que Juan Almeida no será jamás olvidado por este pueblo que le estará eternamente agradecido por su vida y su obra en defensa de nuestra libertad.

Poeta y guerrero

«Es realmente una pena la muerte del compañero Juan Almeida Bosque, como decía ayer en la vigilia por los Cinco Héroes prisioneros en cárceles de Estados Unidos, Ricardo Alarcón de Quesada, el presidente de nuestro Parlamento», comentó Nancy Morejón, poetisa cubana, Premio Nacional de Literatura.

«Es algo que uno no puede explicarse, algo inesperado, es un gran dolor para todo nuestro pueblo que lo quería y lo admiraba, además de por toda su historia, por su manera de ser modesta, sencilla, afable, cariñosa», aseveró.

«Es toda una pérdida de una figura emblemática, de independencia cubana, del último proceso independentista que comenzó el 26 de Julio de 1953, con la guía del joven abogado Fidel Castro, devenido Jefe máximo de una Revolución que justamente ahora cumplirá 50 años.

«Yo en mi ensoñación de adolescente, siempre recuerdo el testimonio del Che en relación con el combate del Uvero, del 28 de mayo de 1957, que según el Comandante Ernesto Guevara “marcó la mayoría de edad de la guerrilla”.

«Justamente el libro del Che, “Pasajes de la Guerra Revolucionaria” es uno de los primeros libros publicados por las Ediciones Unión, en Cuba, donde el Guerrillero Heroico habla del heroísmo demostrado por Almeida en ese combate, donde fue herido de bala en el pecho y en la pierna izquierda.

«Como sabemos, Almeida, además de su heroísmo combativo por la liberación de su patria en contra de una brutal tiranía y de 60 años de neocoloniaje yanqui en Cuba, tenía una enorme vocación artística. Escribió libros, compuso canciones. Es un ejemplo muy particular ese de unir lo revolucionario y el lenguaje artístico, cuestión que tenemos que entender, comprender y valorar cada día más. Es una pérdida irremediable, la pérdida de alguien de la estirpe de los Maceo, de la familia Grajales.

«Muchas personas hoy han dicho: “¡Ay, yo pensaba que era santiaguero!, sin embargo, él tenía un poco esa personalidad de ser de muchos pueblos de Cuba. Yo me atrevería a decir un poco como lo fue el Benny Moré, por ejemplo, en el sentido de que algunos no sabían si era de Cienfuegos, si era de Lajas, si era de otro sitio.

«Vamos a ver cómo nos reponemos de algo así y cómo podemos situar su memoria en la de los demás héroes. En varios lugares tuve el privilegio de conversar con él. Era una persona muy simpática, muy cubano. Era un hombre muy respetuoso, muy situado en lo que era y en lo que significaba en nuestra historia y en la Revolución a la que se entregó en cuerpo y alma, aunque tenía jaranas muy agradables, es cosa nuestra insustituible, caribeña, cubana por antonomasia.

«Él me mandó de regalo una vez algunos libros suyos y la colección completa de sus discos, que yo conservo. Es inconcebible pensar que ya no está, que ya no existe físicamente y que no volveremos más a verlo de cerca, a saludarlo, a pedirle una nueva canción o a estrecharle simplemente la mano. Es de esos hombres que no se pierden completamente del corazón, porque penetran hondo y se quedan en nosotros, aferrados a nuestras nostalgias y a nuestros mejores recuerdos.

«Conozco de alguna manera la historia de su familia, por lecturas. Almeida es un emblema. Él tenía la virtud de los “poetas de la guerra” que llamaba José Martí. Todo lo dio, todo lo entregó y nos legó una obra, sin dejar de cumplir con otras responsabilidades y tareas tan importantes para la historia de este país. Entonces estamos de luto, por qué negarlo», dijo finalmente la poetisa Nancy Morejón.

Una gente de pueblo

«La muerte del Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque ha conmovido a todo el pueblo cubano y a muchos ciudadanos del mundo, por un montón de razones.

«La primera es que fue un hombre muy sencillo, no obstante su alto cargo en la dirección del Partido, del Gobierno y su enorme popularidad como escritor y compositor», aseveró el popular cantante y sonero Pedrito Calvo, quien acudió, mezclado con el pueblo, en una larga fila, a rendir postrer tributo al querido compañero Juan Almeida.

«La pérdida de ese tremendo Comandante, aquel que dijera en el primer combate de la expedición del yate Granma, en la colonia cañera de Alegría de Pío, al sur de Cuba, el 5 de diciembre de 1956 la histórica y emblemática frase de “¡Aquí no se rinde nadie!”, que es todo un juramento de Patria o Muerte de la Revolución Cubana.

«Musicalmente tuve la oportunidad de grabarle una obra a él, “Voy detrás de ese mulo”, muy popular y otra que se la grabé también, pero no pude enseñarle cómo había quedado, aunque la tengo grabada y la cuidaré como oro.

«Esa obra se llama “El Organillero”, así que le pude grabar esas dos piezas musicales de su autoría, letra y música, un orgullo para mí.

«Como persona tuve la oportunidad de conversar con él unas cuantas veces y era muy fácil de llegar al prójimo, se hacía querer, respetaba para que lo respetaran, que es una regla de educación que muy valiosa.

«Era una gente campechana, no obstante su categoría política, militar y estatal como dirigente. De esas personas que al pueblo gustan y que el pueblo nunca olvida. El año pasado él me entregó la réplica del machete del Generalísimo Máximo Gómez, así que para mí es un alto orgullo y tenía que venir a decirle adiós», dijo por último Pedrito Calvo.

Orgullo para todos

«Para mí Almeida fue uno de los dirigentes más queridos de nuestra Revolución, un amigo del pueblo cubano», aseguró el fotógrafo Alex Castro, miembro de la Unión de Periodistas de Cuba.

«Vine e rendirle tributo porque fue una persona muy sencilla, honesta y fiel al Partido y a la Revolución. Nos dejó el legado de una docena de libros y más de 300 canciones», explicó Alex, para quien Almeida es un orgullo tanto para los más viejos como para los más jóvenes.

Se ganó nuestro recuerdo

«Quise sumarme a nuestro pueblo en su gesto de venir hasta aquí para despedir de alguna manera a un hombre que lo dio todo por la Cuba de hoy, durante 50 años de esfuerzo y abnegación, junto a Fidel y a Raúl», declaró Alberto Juantorena, vicepresidente del Instituto Nacional de Deporte y Recreación (INDER) de Cuba.

«Nuestro pueblo hizo una cola de muchas horas para venir a este lugar y despedirlo, porque él con su conducta revolucionaria se ganó el recuerdo. Y yo, en nombre mío y en nombre de nuestros deportistas, ¿por qué no?, vine también a decirle adiós y asegurarle que seguiremos defendiendo sus ideas y a la patria, frente a las agresiones imperialistas», aseguró Juantorena.

Ejemplo para los jóvenes

«Si ustedes se han fijado, habrán visto a muchos jóvenes capitalinos pasar por delante de la foto del Comandante Almeida, para despedirlo. Pues bien, muchos de ellos son miembros de nuestra organización», afirmó convencido Antonio Morlote, presidente de la Asociación Hermanos Saíz, al pie del monumento a José Martí, en la Plaza de la Revolución.

«Él fue un ejemplo revolucionario y un ejemplo cultural, porque escribió libros y compuso canciones y números musicales antológicos y apoyó el trabajo cultural cubano y en particular el de la juventud, por eso merece recuerdo eterno y respeto eterno», dijo el joven dirigente.

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