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Inician debates del IX Congreso de la UJC a nivel de base

Más de 46 000 comités de base desarrollaron asambleas abiertas que tuvieron como punto de partida la convocatoria al IX Congreso de la UJC

Autores:

Marianela Martín González
Jesús Arencibia Lorenzo
Mayte María Jiménez
Rocío Trujillo Olivares

Los cazadores de récords deberían haber puesto sus ojos en Cuba este miércoles. Es difícil encontrar otro espacio del mundo donde, en un mismo día, la mayoría de los jóvenes sean convocados a debatir cómo hacer mejor a su país, cómo quitar la sombra a sus lunares para darle mayor esplendor y brillo a su existencia.

La Unión de Jóvenes Comunistas inició los análisis de su IX Congreso dándole voz a la mayoría de los jóvenes, militantes o no de sus filas, porque una fecha que recuerda a una figura como Camilo Cienfuegos tiene que ser de compromiso con el destino de todos, y de inclusión.

Más de 46 000 comités de base desarrollaron asambleas abiertas. La convocatoria al IX Congreso de la Juventud Comunista fue el punto de partida de los debates.

Nuestra aventura

«Es que Camilo era tan grande, caballero; Camilo era… “un salvaje”», dijo el joven estudiante de Periodismo, y los círculos crecientes que dibujaba en el aire y el brillo excedido de sus ojos, demostraban cuánta admiración tenía la irreverente imagen.

«Ellos hicieron un país porque vivieron sus años de juventud como una “aventura”; porque tomaron las calles, las aulas, los barrios, con las ideas más emprendedoras de aquellos momentos. Y ahora, cuando algunos se desmotivan y otros no se sienten convocados, debemos preguntarnos cómo y cuándo hacer nuestra “aventura”. De qué forma situarnos metas para el grupo, la universidad, el país…», agregó.

Si un mérito tuvieron las asambleas en algunos comités de base de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana fue que dejaron en el éter más interrogantes que certezas, más cuestionamientos desde el compromiso, que apatía por lo imposible.

Entre los futuros comunicadores, bibliotecólogos y trabajadores de la prensa vibró la necesidad de que los debates sobre cuestiones centrales de la vida del país, en los que la nueva hornada tendría que tomar parte decisiva, trasciendan los pequeños espacios.

«De nada sirve que encontremos de manera aislada iniciativas para echar adelante la nación si estas no se socializan, si no se comparten», defendió una muchacha.

Muchos coincidieron en que el IX Congreso de la Juventud, antecedente de la profunda reflexión nacional que debe implicar el del Partido, pudiera ser memorable en cuanto al trazado de metas, la articulación de posiciones y la suma, la impostergable suma de aquellos jóvenes que por una u otra razón se sienten desconectados de su entorno, a las mejores causas sociales.

Escuchar a todos

Para trazar el camino que fortalezca a la Revolución no hace falta un lenguaje académico. Hay que escuchar a todos, incluidos a quienes con códigos menos protocolares, y sin ser militantes de la Unión de Jóvenes Comunistas, apuesten por un mejor futuro.

Apoyados en esta verdad, en las primeras horas de la mañana de este miércoles los jóvenes de la Unidad Básica de Producción Cooperativa Felipe Herrera, en el municipio habanero de Alquízar, clarificaron los asuntos pendientes, para desde su espacio defender el proyecto social que construimos.

La misión de esta UBPC es tributar capa de exportación para el torcido de tabaco. Los indicadores económicos son muy saludables desde su fundación, por lo que desde 1997 ostentan la condición de Vanguardia Nacional. No obstante, como explicó el joven Yordanys Arévalo, aún quedan potencialidades de eficiencia soterradas que pueden aprovecharse ahorrando insumos tan costosos como la tela y el alambre.

Yodeslandy Berzán, secretario del comité de base, dijo que si los jóvenes fallan, la Revolución no podrá sostenerse. Advirtió que no se podrán reeditar hazañas, como el desembarco del Granma o las luchas de la Sierra Maestra,  pero que no son menos importantes los retos que ahora debe enfrentar la juventud: «Producir alimentos como estamos haciendo en las áreas de autoabastecimiento, es aliviar al Estado de una carga pesada».

Asimismo, Raúl González, un joven que controla la calidad de la hoja para capas, dijo que en la UBPC había compañeros con condiciones para integrar las filas de la UJC y aún no eran militantes. «Hay que trabajar con ellos y acabar de resolver los problemas de trámites que imposibilitan a algunos albergados incorporarse a nuestras filas».

Diagnosticar la Juventud

«En el sector de la salud los jóvenes se forman en medio de las más difíciles condiciones, con las limitaciones impuestas por el bloqueo y las necesidades del país, pero a medida que se integran en su carrera, aprenden a luchar con estas circunstancias», aseguró Zoilo Placeres, secretario general de un  comité de base de la UJC del Hospital Hermanos Ameijeiras.

Durante la asamblea abierta los jóvenes del Servicio de Hematología, Colectivo Moral de este centro hospitalario, coincidieron en que uno de los retos es lograr ser buenos profesionales, a pesar de los problemas económicos, y así defender el capital humano y los valores más esenciales.

La doctora Yuselis Cabrera señaló que la propia dinámica de la vida asistencial de un hospital hace que muchas veces se dificulten las actividades de la militancia, pero ello no justifica que se pierdan la responsabilidad y la relación estrecha con la organización.

Otro de los desafíos —destacaron los jóvenes del comité de base— es el trabajo con el universo juvenil, el cual no puede circunscribirse al crecimiento de nuevos militantes, sino que debe partir de una mayor implicación de estos en las actividades de la organización, para que se sientan más identificados con ella.

La doctora Carmen Rosa Rodríguez apuntó que el funcionamiento de la UJC debe verse también desde la relación con los jóvenes que no militan en la organización, y revalorizar el papel de esta.

Los jóvenes recordaron cuán difícil fue hacer la Revolución, cuántas vidas se perdieron en la batalla, por lo que a las generaciones de hoy, aunque no les toca disparar, tienen una tarea mayor que es lograr la continuidad del proceso revolucionario en un contexto signado por situaciones complejas.

«Se trata de ser cada día mejores, mantener la ejemplaridad de quienes deben enseñar a las nuevas generaciones. Es muy difícil que se forme un mal profesional de la salud si sus maestros son buenos, entregados, y lo dan todo en el día a día de su trabajo», añadió el doctor Placeres.

Y advirtió: «Solo así se alcanzará el relevo. Las venideras generaciones deben captar lo mejor y nosotros ser capaces de transmitirles los conocimientos y valores, porque en ello va la continuidad de nuestra Revolución».

Entre jóvenes está el filo

«Es el tiempo de sacar los errores que no hemos podido erradicar antes, como hicieron en su tiempo nuestros líderes, ser como ellos: eternos inconformes, denunciar lo mal hecho y estar preparados políticamente».

Así señaló Sulia Múñoz, miembro del Buró Municipal de la UJC en el Cotorro, quien participó en una de las asambleas abiertas de la UJC realizadas en la Antillana de Acero, y los otros asistentes al encuentro, militantes o no, coincidieron en que es el momento preciso para mirarse por dentro y analizar los problemas de cada comité de base.

Y es que los jóvenes de estos días deben resaltar por su responsabilidad, compromiso, organización, pero también por su alegría. «Como joven trabajador de esta empresa creo que debemos ser más dinámicos, organizados y em-

prendedores. Podemos realizar actividades recreativas, pero antes debemos cumplir con algunas horas de trabajo voluntario o cualquier otra actividad que apoye a la producción. Esa es una forma de cumplir, pero también de que los militantes se sientan más motivados, y así los otros jóvenes desearán sumarse a la tarea. La fórmula está en cumplir con el deber y luego distraerse, poner música, ir a lugares culturales… porque donde haya jóvenes siempre habrá diversión», asegura el joven ingeniero metalúrgico Yasel Marín, jefe de Producción de Acería.

Pero no se trata solo de cumplir con su trabajo; también deben preocuparse por su superación y la de los futuros trabajadores de la Antillana. Por eso promovieron un curso que suma a 150 estudiantes, entre técnicos de nivel medio y obreros calificados.

«Cuando esos muchachos vengan a la empresa serán los jóvenes los que les den el ejemplo y los instruyan. Por eso ahora es el momento de superarse. A ustedes les va a tocar prepararlos porque tenemos que ir educando a nuestro personal durante el camino. Quizá sea buena idea crear un sistema de capacitación; pudiera ser el gancho para que nuestros trabajadores vuelvan a estudiar», enfatizó el ingeniero Jorge Suárez, director de la Antillana de Acero.

La frase «No es suficiente con lo que hacemos», se repitió en una opinión tras otra durante la asamblea. «Los jóvenes que componen nuestro universo también pueden promover actividades, sentirse parte integrante del colectivo aunque no sean militantes, porque el aporte para el IX Congreso es de todos», puntualiza Amaury Águila, secretario general de la UJC en la empresa.

Efraín Domínguez conoció la Antillana cuando estaba en la primaria, gracias a un círculo de interés. Añade que ahí se fomentó su amor por la metalurgia y que quizá esa sea una vía para promover la permanencia en los puestos laborales. «También es bueno que los jóvenes que vayan al Congreso planteen la necesidad de motivar la superación en sus puestos de trabajo y que se vean compensados por el salario que devengan».

La creación de un círculo de interés, la visita a los tecnológicos donde se estudia Metalúrgica, la organización de los jóvenes dentro de la empresa y el necesario reconocimiento por las horas extra laboradas, fueron algunas de las acciones que según los trabajadores de Acería de la Antillana de Acero, deben garantizar el relevo de la empresa.

Liudmila Álamo Dueñas, primera secretaria de la UJC, consideró muy oportuno realizar asambleas previas al IX Congreso de la organización. «Cuando decidimos que fueran abiertas y que participara todo el universo juvenil es porque la Revolución la defendemos todos. La hacemos todos con nuestro aporte cotidiano».

La dirigente juvenil, quien compartió los debates con militantes y jóvenes de una cooperativa en el municipio habanero de Alquízar, sostuvo que muchos de los problemas de las entidades tienen solución en el mismo lugar donde trabajamos o estudiamos. Al referirse a las urgencias de estos momentos convidó a los jóvenes a señalar las fallas, pero también a construir colectivamente estrategias para corregirlas.

Estas asambleas son tan importantes como las que tendrán lugar los días 4 y 5 de abril próximo, cuando se celebre el IX Congreso, por lo que según Liudmila, es necesario comprometer a todos los jóvenes, incluyendo a aquellos que estudien o trabajen donde no existe comité de base, a que participen en ellas.

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