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Con la llegada a Pinar del Río de una reedición de la Caravana de la Victoria que lideró Fidel Castro hace 51 años, niños y jóvenes concluyeron un simbólico recorrido para evocar ese pasaje trascendental de la historia nacional, reseña Prensa Latina.
«Revivir el itinerario por cada poblado de la nación es la oportunidad de perpetuar uno de los momentos más memorables del país», afirmó Yurdalis Rodríguez, estudiante de esta occidental provincia que asistió a la conmemoración.
La intercepción de las avenidas José Martí y Rafael Ferro devino nuevamente escenario de una gran concentración popular para recordar el primer encuentro del líder de la Revolución con los pobladores de este territorio, conocido otrora como «La Cenicienta de Cuba» por su acentuado atraso.
Volvemos a este lugar cada 17 de enero, es un instante de júbilo para los pinareños igual que hace más de medio siglo cuando miles de personas se reunieron en calles y azoteas para aclamar al invicto combatiente y a sus compañeros de lucha, expresó la doctora Zoila Fernández.
« A partir de entonces se abrieron las puertas a la conquista de la verdadera justicia social, regalo para la niñez y la juventud».
Para el historiador Enrique Giniebra, el acontecimiento trasciende y es rememorado hasta la actualidad porque «el viaje de los integrantes del Ejército Rebelde por los pueblos recién liberados significó la coronación de un inmenso anhelo de libertad».
El triunfo fue el 1 de enero, subrayó, pero la entrada de Fidel a cada pueblo y rincón del país, materializó o hizo realidad la victoria para quienes lo esperaban a lo largo del trayecto iniciado en Santiago de Cuba y que finalizó en esta región.
Pinar del Río exhibe hoy entre sus logros una tasa de mortalidad infantil de 3.9 por cada mil nacidos vivos (en 1959 era de 60.8) y el incremento de la expectativa de vida de 53 a 78 años de edad.
Famosa por la calidad de su tabaco, se distingue también por la producción de paneles solares que resplandecen en apartadas localidades de Latinoamérica.
