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Un ambicioso proyecto de reforestación se impulsa en la Ciudad de La Habana y sus alrededores. Solo el pasado año fueron sembrados 33 000 árboles como parte de un importante programa de reforestación.
El proyecto incluye el fomento de 128 fincas forestales, la siembra de nuevos árboles en el entramado urbano y la sustitución de aquellos con más años y causantes de afectaciones, por posturas más jóvenes. Uno de los criterios para la selección de las especies a sembrar es que sean lo menos agresivas posible con las aceras y calles.
«Sembrar el árbol adecuado en el sitio adecuado es la premisa fundamental en el trabajo de reforestación que se acomete», señaló Isabel Ruso Milet, jefa del Servicio Estatal Forestal de Ciudad de La Habana —institución que encabeza el proyecto— durante un encuentro de los periodistas con el Consejo de Administración Provincial.
El entramado urbano tiene un potencial para sembrar hasta 10 000 hectáreas de árboles, de ellas un 60 por ciento ya están cubiertas.
La funcionaria destacó que en la superficie de la capital hay alrededor de 150 000 árboles. Municipios como Playa tienen una media de 22 metros verdes por habitante, mientras que La Habana Vieja cuenta solamente con 0,02.
En 1994 el índice de boscosidad en la capital era de 2,4 y hoy asciende a 8,6, gracias al impulso que dio Mi Programa Verde. La comunidad se ha sumado a estas labores y se le brinda educación ambiental a través de diversas iniciativas, entre ellas concursos de literatura y artes plásticas.
Una de las debilidades a las que se enfrenta el proyecto son los bajos niveles de supervivencia de las más de 40 especies de posturas que se siembran, como consecuencia de las indisciplinas sociales, pese a que desde 1999 el decreto número 268 legisla el respeto a las áreas boscosas.
