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La yuca gigante de Coco

El ejemplar mide 1,96 metros y es el más grande que se haya visto jamás en el cienfueguero Macizo de Guamuhaya

Autor:

Julio Martínez Molina

EL SOPAPO, Macizo de Guamuhaya, Cienfuegos.— Una yuca de grandes dimensiones ha sido extraída de una parcela cercana a El Sopapo, en el corazón de las montañas escambradeñas.

El ejemplar mide 1,96 metros y adelanta, con mucho, a todas cuantas de su tipo les fueron sacadas a la tierra por estos lares, hasta donde la memoria alcanza a cubrir.

Su descubridor, Manuel Ceara Capdevila —Coco para todo el mundo—, muy ufano, se paseó por la comunidad con la insólita vianda, seguido por una multitud. Lo abordamos con la gran yuca en la mano, para que nos relatara la experiencia antes de que esta fuera llevada a la olla. «No tenía idea del tamaño por fuera, porque no levantaba la tierra ni nada. Comencé a darme cuenta poco a poco de lo que venía en busca del sol.

«A los primeros 50 centímetros me percaté de que la cosa no era de juego y si quería sacarla entera sin partirla me tenía que echar un buen rato pugilateando, con mucho cuidado, entre la muñeca y el pico.

«Yo halaba y halaba, pero aquello no tenía pa’ cuando terminar. Sudé la gota gorda, pese al frío de aquí arriba, pero yo solito, a mis 63 años, la llevé completa a la superficie.

«Al ver esa “bestia” de yuca delante de mí casi no lo concebía. Me puse al lado de ella, contra una pared, y mi 1,70 metros no era nada a su lado». La yuca, como otras del mismo grupo, pertenecía a una plantación que Coco dejó para consumo de animales, y tenía casi dos años de sembrada. Por regla, son cosechadas a los diez u 11 meses.

Pero el tiempo no determinó la inusual longitud de la vianda, pues el resto de las recolectadas junto a ella eran todas yucas de tamaño normal, sin excepción.

Coco cultiva la tierra desde niño. Diversas variedades de viandas y hortalizas crecen en su sitio, cuyas producciones destina a la venta a Acopio y al consumo doméstico.

Él ha tenido en sus manos de viejo zorro de la tierra innumerables bellos ejemplares, de distintas especies. «¡Pero lo de esta yuca es un fenómeno; como eso nada!», dice.

Lo dejo con su sano orgullo, mientras Coco promete que su trofeo permanecerá intacto durante un buen tiempo. Así que de cuchillo nada; al menos por ahora sus cerca de 20 libras no van a ser ni rebanadas ni ablandadas.

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