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Intensa jornada de Raúl en Guantánamo

El Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros dialogó con pobladores de Caimanera y visitó las obras del sistema de riego del Valle de Caujerí

Autor:

Jorge Martín Blandino

La noticia corrió como pólvora: «¡Raúl está en casa de Isora!», y en pocos minutos los vecinos comenzaron a agruparse frente al número 68 de la calle Marina, una estrecha vía del poblado de Caimanera que casi toca el agua de la bahía guantanamera.

En la modesta vivienda del matrimonio formado por Isora Mastrapa y Osmel Alfonso, desde que ocurrió el sismo el pasado sábado, a los 12 ocupantes habituales se agregaron otros cuatro, entre hijos, nietos y biznietos, pues quisieron estar unidos tras el gran susto provocado por un lamentable accidente.

El Presidente de los Consejos y de Ministros llegó hasta allí precisamente para visitar a Jonnys Rodríguez Alfonso, un niño de 13 años que sufrió una fractura de clavícula y algunos magullones, como resultado del derrumbe de una pared a medio construir en su casa, cuando corrió hacia la calle al producirse el sismo.

Raúl conversó buen rato con Jonnys, su mamá Miosotis y el resto de los parientes. Los felicitó por ser una familia numerosa y unida; les habló de la que formaron él y Vilma, de sus hijos, nietos y la pequeña biznieta; también elogió la del general Pardo Guerra, allí presente, a la que conoció durante la lucha guerrillera y admira desde entonces, que llegaron a ser 18 hermanos, aunque tres murieron pequeños como era habitual en aquellos tiempos.

Muchos desde la calle observaron el ameno intercambio; la satisfacción de saber que se está ayudando a esta humilde familia a reparar los daños, y rieron cuando Raúl estampó su firma y la fecha en el vendaje enyesado de Jonnys.

Sobraron por tanto razones para ver aguarse algunos ojos y que se repitieran, como el día anterior, las sinceras muestras de cariño, confianza y fidelidad a la Revolución y sus principales dirigentes.

En el Valle de Caujerí

No había salido aún el sol cuando Raúl y sus acompañantes tomaron el camino de San Antonio del Sur, para visitar las obras del trasvase que conducirá el agua desde la presa Sabanalamar, del otro lado de las alturas que rodean por el norte a Caujerí, hasta el embalse Pozo Azul ubicado en el propio valle.

Allí escucharon las explicaciones del teniente coronel de las FAR José M. Álvarez Véliz, experimentado excavador de túneles y director de la Empresa Constructora de Obras Hidráulicas responsable de la ejecución del trasvase.

También habló Jakeline Montoya, joven arquitecta al frente de la revitalización del sistema de riego instalado a comienzos de los años ochenta y muy deteriorado actualmente, tarea que enfrentan fuerzas del Ministerio de la Construcción y el Instituto de Recursos Hidráulicos.

En resumen, se trata de instalar más de 85 kilómetros de tubería de diversos diámetros, tarea que apenas comienza pero marcha a buen ritmo. Esta es una obra voluminosa que avanzará como es lógico de manera paulatina en varias etapas.

Permitirá regar unas 1 800 hectáreas de tierras fértiles, con altas potencialidades de producir alimentos. Además se prevé edificar pequeñas industrias para procesarlos. Será el comienzo de una nueva etapa del valle de Caujerí que hace más de tres décadas vislumbró el compañero Fidel, como un jardín productivo.

Se espera concluir el trasvase para el 30 de junio del presente año, pues de un total de  1 428 metros de túneles a horadar bajo la montaña, sólo restan unos 300. Ello permitirá que el agua llegue por gravedad y eliminar así un bombeo que consume tanta energía eléctrica como los municipios de Imías y San Antonio del Sur juntos, por lo que la inversión se amortiza en sólo tres años.

Raúl destacó la importancia del proyecto en ejecución. Indagó detalles sobre las producciones agropecuarias de la región y elogió que cientos de  jóvenes estudien actualmente especialidades vinculadas a ellas, en el instituto politécnico que allí funciona.

Antes de partir de Caujerí, hubo una caminata por el Abra de Mariana. Esta vía quedó interrumpida como consecuencia del huracán Flora y se decidió construir otro camino. Hoy se restaura como era originalmente esta angosta ruta por la que jamás pudo penetrar el ejército de la dictadura durante la guerra.

Acompañaron a Raúl los miembros del Buró Político Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, y el general de cuerpo de ejército Ramón Espinosa Martín, viceministro de las FAR; también participaron el general de división Ramón Pardo Guerra, jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del Comité Provincial del Partido en Guantánamo, y otros dirigentes del territorio.

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