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Con el sol del humanismo

Nacidas por iniciativa de Fidel y al calor de indagaciones que marcaron cambios sustanciales en la atención social del país, las Brigadas Universitarias de Trabajo Social llegaron a sus primeros diez años sin abandonar esa proyección, pero con una reorientación especial hacia labores que apoyen la economía

Autor:

Yuniel Labacena Romero

Corrían tiempos extraños y hermosos. Una dinámica de cambios sociales surgía al calor de la Batalla de Ideas. Apenas veinte días habían acontecido desde el fin del verano y el inicio de otro curso escolar. Era 20 de septiembre de 2000 y una nueva misión nacía para la Federación Estudiantil Universitaria (FEU).

Una multitudinaria concentración de jóvenes se encontraba en el teatro Astral, de la capital. Junto a ellos Fidel. El nerviosismo y la incógnita acompañan a los reunidos.

Universitarios de todas las edades escuchan atentos las palabras pronunciadas por el líder de la Revolución. Él les revela las disímiles tareas encaminadas al examen y la evaluación de problemas de la sociedad, y sentencia que «hacía falta acercar el gigantesco sol del humanismo». Una intensa ovación desborda todo el teatro. Ha sido un día histórico. Después de intensas jornadas preparatorias, en el territorio nacional quedan constituidas las Brigadas Universitarias de Trabajo Social (BUTS).

Este 20 de septiembre, a miles de cubanos les viene a la mente la fundación de las BUTS, sobre todo si tienen en cuenta la situación por la que atraviesa el país, y por la esencia misma con que fueron concebidas hace una década por el Comandante en Jefe.

«Ninguna de las experiencias universitarias me resultó ajena. Las sentí y viví en el terreno, mochila al hombro, apoyando y participando en cada una de las tareas que asume la FEU», cuenta Yailin Orta Rivera, en aquel entonces estudiante de Periodismo de la Universidad de La Habana, quien se integró a aquellas brigadas fundacionales.

«Era verano cuando casi 2 000 estudiantes nos decidíamos a arrojar luz sobre los sitios más oscuros de la sociedad cubana. La nueva obra exigía compromiso y humanismo. Teníamos el privilegio de ser protagonistas de una investigación social sin precedentes, cuyo fin apuntó a indagar en torno a la educación y la salud del pueblo», recordó la hoy jefa del equipo de Corresponsales de Juventud Rebelde.

«Me acuerdo hoy de Jorge, aquel pequeño de Centro Habana, hijo de familia disfuncional, que ya no tiene tardes grises por la atención y asistencia de los trabajadores sociales, salvado de la marginalidad y la desesperanza», rememoró Yailin.

«En esta misión percibimos, acompañamos y transmitimos los sueños más imperiosos de los ciudadanos. Visitando casa a casa, supimos de niños que no eran bien atendidos por sus padres, de adolescentes que concluían el noveno grado y no continuaban sus estudios, de jóvenes desvinculados del estudio y el trabajo. Descubrimos las fibras más íntimas de muchas familias.

«Fue una etapa irrepetible, llena de matices interesantes. Trabajamos de nueve de la noche a seis de la mañana en Pabexpo, donde se habilitó un laboratorio informático para procesar la enorme información que recogió otro grupo de universitarios. Convertimos este sitio en un espacio fundamental de la FEU».

Recuerdos imborrables

Las nacientes BUTS surgieron a la par de los Trabajadores Sociales, y fueron una escuela donde Fidel y la Revolución habían puesto su mayor empeño como ejemplo de formación del hombre nuevo.

«Fui dirigente de una brigada, pero también visité diferentes hogares, pregunté y escribí de todo cuanto opinaban los miembros de la familia sobre los disímiles temas que les interesaban a ellos y a la Revolución. En este intercambio aprendimos mutuamente sobre la realidad cubana», refiere con satisfacción Francisco Gerardo Lino Liatunga, en aquella etapa estudiante de Economía de la Universidad de La Habana y uno de los alumnos extranjeros que se incorporó a la misión.

«Salíamos a las cinco de la mañana para los diferentes puntos. Yo atendía La Habana del Este. Teníamos que ir a lugares muy apartados. Recuerdo el sitio de Campo Florido. Allí tuvimos que ascender en burros para lograr nuestros objetivos, pero lo hicimos con orgullo, y las familias nos agradecían ese gesto.

«Como tantos otros jóvenes de la Isla, los integrantes de esta brigada pusimos cuotas de sacrificio, dedicamos lo mejor de nosotros, renunciamos a intereses personales, y entre todos contribuimos a un bien común», recordó el también sobreviviente de la masacre de Casinga, episodio acaecido durante la lucha del hermano pueblo de Angola.

Protagonistas de nuestros tiempos

Diez años han trascurrido desde aquella fecha fundacional, y los universitarios cubanos, vinculados a las BUTS, siguen cumpliendo tareas que pueden parecer lejanas, pero que abrieron los caminos para que ocuparan un lugar protagónico.

«Uno de esos momentos importantes fue contribuir con la estrategia diseñada para el ahorro de energía, el verano sobre ruedas, la reparación de escuelas y hospitales y la vinculación de las investigaciones, proyectos e iniciativas de los estudiantes en el orden científico al trabajo con las comunidades y sus grupos sociales vulnerables», comentó Nirza García Valdés, actual coordinadora nacional de las BUTS.

«No menos admirable es el respaldo a las diferentes campañas del sector de la salud, la participación en jornadas de trabajo voluntario, en la agricultura y otros programas de prevención y atención social. Cada una de esas tareas tienen para siempre la huella y el empuje de los universitarios», puntualizó.

La dirigente estudiantil explicó que durante el curso anterior se incorporaron más de 9 272 universitarios a las labores productivas en 48 campamentos cafetaleros y de cultivos varios, con saldos positivos para la economía del país.

«Acciones de reforestación y creación de viveros en los territorios, vinculación de miles de estudiantes de las Ciencias Médicas a la prevención y promoción de salud para evitar la propagación del virus A(H1N1) y otras enfermedades, la realización de los festivales de materia prima y la movilización de más de 80 700 estudiantes durante las BUTS de verano en labores estratégicas de la economía, fueron otras de las tareas que realizamos el curso pasado», señaló.

Sobre la base de estas experiencias, entre las principales direcciones de trabajo para este período sobresalen la necesidad de fortalecer la formación integral de los universitarios mediante tareas de aporte económico, político y social vinculadas al perfil de estudio, que contribuyan a la superación integral de cada uno como futuros profesionales.

«Potenciar y elevar la conciencia económica en la producción de alimentos, en aras de apoyar al desarrollo de la economía del país, desarrollar acciones sistemáticas de reforestación para transformar el entorno natural y aumentar la campaña de ahorro energético son otras de nuestras prioridades», subrayó.

Destacó también como otros de los objetivos, consolidar las actividades de impacto social en centros penitenciarios, casas de niños sin amparo filial, escuelas de conducta, y comunidades con desventajas sociales, y velar por los alumnos que no cumplen los deberes escolares.

«Como en etapas anteriores estas brigadas tienen el propósito fundamental de que los jóvenes universitarios extiendan de manera sistemática su actividad social hacia las comunidades y su entorno, como una de las formas de enfrentar los problemas que allí existen».

El nuevo período de las BUTS, según la convocatoria de la FEU, está marcado por el recate de la memoria histórica en homenaje a su X aniversario, al V del discurso de Fidel en el Aula Magna de la Universidad de La Habana y al 88 de la fundación de la FEU.

Por último enfatizó que es indiscutible el necesario y constante perfeccionamiento a que están obligados los integrantes de este movimiento, pero tienen también por tradición una alta disciplina y consagración a los desafíos de su tiempo. «Han sido ellos, sin duda, protagonistas y beneficiarios por excelencia de las más importantes transformaciones sociales que hoy enfrentamos», agregó.

El comienzo de las BUTS y su participación en tareas esenciales de la Isla fue no solo prueba de la confianza de Fidel en los universitarios, sino testimonio de la madurez y del espíritu revolucionario de los líderes estudiantiles.

«A una década de organizadas las primeras Brigadas, sus miembros no imaginaron el impacto que tendrían en la sociedad y la familia cubana. Las BUTS llegaron para quedarse y constituyen una fuerza importante para potenciar, sin lugar a dudas a este noble, humano y justo empeño de la Revolución. Hoy, en un contexto histórico diferente, enfrenta nuevas misiones, en la que los universitarios asumen una vez más el papel protagónico», concluyó García Valdés.

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