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La década de la América soberana

Los próximos diez años serán para la consolidación de la soberanía latinoamericana, destacó el presidente venezolano Hugo Chávez en el Acto Conmemorativo del Décimo Aniversario del Convenio Integral de Cooperación Cuba-Venezuela

Autores:

Juventud Rebelde
Marianela Martín González
Luis Luque Álvarez
Mayte María Jiménez
Amaury E. del Valle
Luis Hernández Serrano
Brenda Loyola

La próxima década estará marcada por la consolidación de la soberanía y la independencia de los pueblos de América Latina, y será una etapa de grandes avances en la consolidación del socialismo en la región, sostuvo el líder bolivariano Hugo Chávez Frías, en el  acto conmemorativo del décimo aniversario del Convenio Integral de Cooperación Cuba-Venezuela.

En el Palacio de Convenciones de La Habana, donde relanzó junto al Presidente de los Consejos de Estados y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro, las bases de ese Convenio para los próximos diez años, Chávez destacó que el ascenso de Dilma Rousseff a la Presidencia de Brasil, y la existencia de otros muchos Gobiernos progresistas en el área, especialmente los países pertenecientes a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), son el ejemplo de que Latinoamérica ya no estará subordinada ante el modelo económico capitalista.

El mandatario venezolano, quien recordó el concepto de Revolución pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro el 1ro. de mayo del año 2000, aseguró que ser revolucionario es ser consecuente con la palabra, y que el líder histórico de la Revolución y Cuba constituyen ejemplo de consecuencia revolucionaria.

También aseguró que la Revolución en su país no se detendrá, porque representa las mejores aspiraciones de independencia y bienestar para su pueblo.

Chávez recordó que pese a que Venezuela fue el principal exportador de petróleo a nivel mundial durante casi todo el siglo XX, cuando él asumió la presidencia, más de la mitad de la población de su país vivía en condiciones de pobreza extrema.

Agregó que en el 2000 el petróleo era controlado por una pequeña burguesía, sectores elitistas, sin patria, que aún hoy actúan contra su propio país, como siempre lo hicieron.

El antiimperialismo de Bolívar

«“Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miseria en nombre de la libertad”; esa es la verdadera visión de Bolívar, la visión antiimperialista», expresó el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela.

Chávez recordó que Washington siempre estuvo tras el petróleo venezolano, por lo que aupó el derrocamiento de presidentes.

«Yo también fui derrocado —precisó—, pero se llevaron una sorpresa los yanquis y sus aliados, que se toparon con un pueblo y unos militares que dijeron: “¡No!”».

Asimismo, y en cuanto a la reciente reapertura de las relaciones bilaterales entre Venezuela y Colombia, el líder bolivariano manifestó que es necesaria la cooperación entre los países de la región, más allá de la ideología de los Gobiernos.

Chávez también subrayó la voluntad de su país de no permitir que fuerzas extrañas descarrilen la mejoría de las relaciones que comienza a ocurrir con Colombia.

Estamos obligados a entendernos, con respeto mutuo, como proclamó el presidente Santos. No nos van a descarrilar, porque el imperio tratará de ponernos a pelear. ¡Que nadie crea que el imperio le ha perdido el interés a América Latina!, y más ahora cuando se reagrupan viejas potencias. Estamos obligados a seguir avanzando en esta unidad, acotó.

Ningún soldado contra el pueblo

El mandatario venezolano recordó cuando vio al Comandante en Jefe Fidel Castro por primera vez en Caracas, en 1989: «Lo vi esa vez, cuando tomaba posesión Carlos Andrés Pérez. Venezuela estaba en una posición extremadamente crítica en lo moral, lo económico y lo social».

«A los pocos días, estalló la tierra —dijo Chávez—. El 27 de febrero estalló Venezuela. Y a nosotros nos decían que el Caracazo, aquella masacre, había sido culpa de Fidel, con el que habían viajado “200 instigadores”».

Al recordar los principios del movimiento cívico-militar del cual nació la Revolución que él encabeza, dijo: «Estábamos cansados de ser utilizados los soldados contra el pueblo, defendiendo aquel imperio. Y por eso dijimos, como Simón Bolívar: «Maldito sea el soldado que vire las armas contra su propio pueblo».

Chávez recordó que, en su última proclama, Bolívar expresó: «Los militares deberán empuñar su espada para defender las garantías del pueblo, no de la oligarquía». Jamás nos arrepentiremos de eso. Nuestra Revolución nació de aquellos estertores del pueblo. Aquello era dictadura de la burguesía, de las clases pudientes —política, económica, militar, de todo tipo— disfrazada hábilmente de democracia. Era una falsa democracia».

Fidel y Raúl, previsores

Mucho antes de que las fuerzas reaccionarias, algunos sectores golpistas del ejército y el entonces Gobierno norteamericano intentaran derrocar infructuosamente al Gobierno bolivariano en abril de 2002, el Comandante en Jefe Fidel Castro alertó a Chávez que se preparaba un golpe de Estado en su contra, para derrocarlo contra los deseos de su pueblo.

Chávez rememoró que en diciembre de 2001 recibió la alerta cuando regresaba de una de las cumbres que se hicieron para la creación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), viaje en el cual hizo escala en La Habana para hacerle una visita a Fidel.

El mandatario de Venezuela narró que en aquella reunión en Canadá, su país se opuso a la idea del ALCA, una protesta que «colocaron en unas letras muy chiquiticas, casi de hormiga», para que nadie se fijara.

«En aquella ocasión más nadie se atrevió a decir nada en contra del ALCA en todo el continente (…). El 1ro. de enero del año 2005 debía estar funcionando», señaló, en lo que tildó como la propuesta colonialista más perfecta que se ha ideado.

«Ya viniendo de la cumbre, le cuento a Fidel los detalles; algunos que había visto en las noticias y otros que no conocía. De repente, me puso la mano en el hombro y me dijo: “Bueno, Chávez, ahora nos toca derrocar el ALCA”.

«Yo pensé: se volvió loco. Y eso fue en el año 2001. Y cuatro años después estábamos derrotando el ALCA en Mar de Plata, Argentina».

Chávez recordó que en esa época estaba llegando Bush al poder, había ocurrido la oposición de Venezuela a la propuesta del ALCA. Fue entonces, en esa madrugada de diciembre de 2001 en La Habana, cuando Fidel le dijo: «Chávez, creo que viene un golpe, debes prepararte».

«Y efectivamente, así fue unos meses después; Fidel lo previó todo», aseguró el Presidente bolivariano.

También recordó cuando, reunidos los presidentes del ALBA en Managua, a raíz del golpe de Estado al mandatario hondureño Manuel Zelaya, Raúl advirtió: «El próximo puede ser Rafael Correa». El pasado 30 de septiembre, cuando la integridad democrática de Ecuador y la vida de su Presidente corrían peligro por otro intento de asonada, Chávez le repetiría a Correa las palabras que le dijera Fidel a él, en abril de 2002, cuando el líder venezolano había sido objeto de una conjura golpista: Tú no te puedes morir hoy.

Tuvieron que pasar 90 años antes de que Venezuela fuera un país completamente independiente y soberano, señaló, y agregó que su nación está dispuesta a tomar las armas si fuera necesario para defender su emancipación.

Al concluir, enardecido, el líder bolivariano exclamó jubiloso: «¡Viva Fidel, carajo! Viva la Patria»

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