Los jóvenes cubanos honran cada año el arrojo de aquellos valerosos revolucionarios. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 21/09/2017 | 05:06 pm
Marzo estaba ofendido de cadenas,
de serpientes nocturnas y sombra mercenaria.
Una traición era puñal hundido
en la inocencia de su espalda.
Los meses desangrados en el martirologio
como raíz de males a marzo señalaban.
Y era que un diez de marzo dos botas insolentes
pasaron sobre el pecho confiado de la Patria.
Había que limpiarle al mes avergonzado
la ignominiosa mancha,
mancha que no se borra
con el jabón y el agua,
sino con sangre pura, con centellas
de coraje y audacia.
Y el día 13 fue el Jordán de marzo.
Una treintena de hombres sin espalda
irrumpió por la puerta de Palacio
—por la caverna de la infamia—
con la rebelde angustia de millones de almas,
con la vergüenza en sus pistolas,
en sus fusiles y granadas.
El tirano tembló, corrió, rezó… Su miedo
de flojo vientre y carne de ratón en alarma,
echó una cola excremental inmensa
sobre alfombras y mármoles, sobre escaleras blancas.
Dentro de aquel cubil estaba el Pueblo.
El asesino se asustaba
del mismo cortinaje, de las mismas columnas,
de las mismas estatuas.
Sentía en sus talones, casi en su piel, el fuego
de la justicia revolucionaria.
Y mientras domadores indomables
al chacal abatían en su jaula,
la voz de José Antonio Echeverría
—trueno de libertad— se levantaba
con extensión radial, para decir
que la noche había muerto y que nacía el alba.
Luego caía en los marmóreos brazos
del Alma Máter, sobre la heroica escalinata.
Pero su sangre generosa
no era un agua estancada,
sino un maravilloso remolino,
un ciclón, una roja catarata,
desatando su fuerza redentora
sobre los muros de sumisa calma.
Y si quedó el tirano con aparente vida,
quedó muerta su aliada:
la indiferencia fría,
sorda y manca.
¡Y desde entonces marzo tiene erguida la frente!
Un enero radiante, verde olivo y de barbas
le quitó para siempre
el puñal de la espalda.
Y ya Marzo, sin pena, va con los grandes meses:
con Octubre de La Demajagua,
con Febrero de Bayate,
el Julio del Moncada,
el Noviembre de Frank y de Santiago,
el Diciembre del Granma
y el Enero glorioso en que Fidel
bajó de las montañas,
para que todo el año fuera
el año de la patria
Poema del 13 de Marzo,
Jesús Orta Ruiz,
el Indio Naborí