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Dayana Ávila desfiló por el aniversario 159 del natalicio del Apóstol. Autor: Roberto Díaz Martorell Publicado: 21/09/2017 | 05:17 pm
NUEVA GERONA, Isla de la Juventud. — Con un vestido rojo, zapatos altos, cartera y la fantasía que solo se vive al descubrir la bondad y ternura en la prosa y versos de José Martí, Dayana Ávila desfiló en la Isla de la Juventud por el aniversario 159 del natalicio del Apóstol convertida en princesita de cuentos.
La mañana era diferente y ella lo sabía, otros personajes de la revista La Edad de Oro, se unieron a la pionerita para compartir canciones, poemas, danzas y hasta pudo hacer realidad la magia del Camarón Encantado que esta vez cobró rostro infantil y les regaló a todos un día especial.
Justo en el lugar donde Martí, con apenas 17 años, viniera todos domingos de los 65 días que permaneció en la entonces Isla de Pinos en 1870 a reportar su condición de deportado ante las autoridades, la voz de joven se amplificó en el tiempo junto a los que él llamó la esperanza del mundo.
Miradas extrañas sorprendieron a Dayana, eran los miembros de la XIX Brigada Sudamericana de Solidaridad con Cuba de visita en el territorio procedentes de Chile, Argentina, Brasil y Uruguay, quienes recordaron que América también fue Patria para el Maestro.
Desde la inocencia de sus nueve añitos, aplaudía cada actuación orgullosa por conocer los pormenores de las historias que aprendió leyendo a Martí, su cuerpo esbelto para su pequeña estatura no resistió los compases de la música cubana que acompañaba el desfile y bailaba tranquila mientras sus ojos resplandecían de felicidad.
El tiempo pasó y al Águila le costó trabajo sobrevolar el mar de niñas y niños; no pudo detener el zapateo de la bailarina española ni tranquilizar a Nené; tampoco vio como la muñeca negra jugaba con sus amiguitos y a Don Pomposo regalando caramelos; no podía verlos, ellos estaban ahí por su Maestro, por la savia que deja en ellos una vez que tienen el privilegio de abrir el corazón a Martí.
