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El enigma del atril vaticano

El más antiguo ejemplo de arte cristiano aborigen del llamado Nuevo Mundo, que se cree fue creado por nativos cubanos, se exhibirá desde este domingo en el Palacio de los Capitanes Generales gracias a la gentileza del Museo Etnológico Misionero del Vaticano

Autores:

Javier Tamayo Ramírez
Eydi Sanamé Flores

El más antiguo ejemplo de arte cristiano indígena del llamado Nuevo Mundo, un porta misal de finales del siglo XV, fue traído a La Habana por el Museo Etnológico Misionero del Vaticano y será exhibido en el Museo de la Ciudad o Palacio de los Capitanes Generales durante un año a partir de este domingo.

La pieza consiste en un atril en forma de concha para sostener el misal (libro de misas), hecha en madera tallada con finas tiras de huesos de pescados y de carapacho de carey, incrustadas sobre su superficie en forma de abanico, los cuales están alternos y crean un efecto de claroscuro. En la base donde se apoya el libro de misa se observa una amplia abertura posiblemente utilizada para fijarla a un pedestal.

Se cree que perteneció a fray Bartolomé de las Heras, capellán de Cristóbal Colón en sus primeros viajes a América, quien permaneció en Cuba para evangelizar las tribus caribeñas.

Las evidencias arqueológicas demuestran que fue elaborado por aborígenes taínos cubanos, probablemente radicados en Santiago de Cuba antes de 1510. Para los indígenas la concha tenía un elevado valor simbólico, por cuanto está vinculada a los cultos al agua y a la fertilidad, mientras que para los cristianos se asocia a la resurrección y a la vida eterna.

El padre Ernest Baudouy, de la orden los Agustinianos de la Asunción, donador en 1935 del facistol al Museo Etnológico del Vaticano, recibió la pieza de manos de su madre, nacida en Santiago de Cuba, quien la heredó de generación en generación y se cree que perteneció a una descendiente de Bartolomé de las Heras.

Según investigaciones de Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad, «nos encontramos ante el enigma del atril vaticano». Leal explicó que el nombre del mencionado Fray no figura en los registros de los monjes que acompañaron a Colón en sus expediciones al llamado Nuevo Mundo, por lo cual no hay manera de afirmar que el dueño original del porta misal fuera realmente el capellán del descubridor de América.

Al inicio de la exhibición de la pieza asistieron el Cardenal Jaime Ortega Alamino, Arzobispo de La Habana; Monseñor Bruno Musaró y el padre Nicola Mapelli, director del Museo Etnológico Misionero del Vaticano. También se encontraban presentes Homero Acosta, secretario del Consejo de Estado y Dagoberto Ramírez, viceministro de Relaciones Exteriores, entre otras personalidades.

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