El Papa Benedicto XVI arribó casi al caer la tarde a la Plaza Antonio Maceo de la Ciudad Héroe de Santiago de Cuba, donde oficiará su primera misa en tierra cubana, dedicada a la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de la Isla.
La plaza donde el Sumo Pontífice hará la primera celebración religiosa está considerada la obra monumental más relevante ejecutada en la Ciudad Héroe, y está colmada por unos 250 000 santiagueros y cubanos de otras provincias quienes con júbilo y respeto aclaman su visita.
En esta ocasión la motivación es especial pues se celebra un Año Jubilar, al conmemorarse el aniversario 400 del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre en la oriental Bahía de Nipe.
Precisamente el Santo Padre ha venido a Cuba como Peregrino de la Caridad y del amor, con el deseo de recordarnos, como se ha anunciado, las palabras de Jesús en la última cena: Ámense los unos a los otros como yo los he amado, consciente de que solo desde el amor que se da se puede tender la mano para ayudar a ponerse en pie al que ha caído.
El altar levantado en la explanada santiaguera ocupa 16 metros cuadrados, muestra en su diseño arcos ojivales típicos de la arquitectura clásica religiosa. En él predomina el color azul, como el mar donde fuera encontrada la Virgen hace cuatro siglos.
Su Santidad llegó hasta la plaza en un coche panorámico que permite a los congregados verlo y que él a su vez los salude, en señal de bondad.
A su arribo las personas lo aclaman y le reciben entonando la canción Bienvenido Santo Padre, la misma que se escuchó en ese lugar cuando fue visitado por el beato Juan Pablo II durante su visita a Cuba en 1998.