Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Las puertas de la libertad

En 22 meses los jóvenes moncadistas cambiaron los fusiles por libros y profundizaron en las ideas marxistas, base ideológica de la Revolución que concretó en 1959 los sueños nacidos entre las rejas del Presidio Modelo

Autor:

Roberto Díaz Martorell

NUEVA GERONA, Isla de la Juventud.— Una vez que arriban al recinto penal, hoy Monumento Nacional, los visitantes recuerdan que cuando las puertas del Presidio Modelo se abrieron, aquel 15 de mayo de 1955, para liberar a Fidel y sus compañeros del Moncada, se abrió también en la historia de Cuba una nueva etapa de lucha, organizada durante 22 meses de injusto encierro.

Al llegar la amnistía política, ganada por esfuerzo popular hace 57 años, aquellos jóvenes rebeldes salían con la mente y el corazón fuertes para emprender epopeyas como el Granma y llevar a cabo la lucha insurreccional en la Sierra y el llano, que concluyó con el triunfo de enero de 1959.

El pueblo de la entonces Isla de Pinos, no muy numeroso por aquella época y estigmatizado por los horrores del Presidio Modelo, despertó del letargo y unió sus voces a las de familiares y amigos de quienes, guiados por las ideas del Apóstol, no vacilaron en lanzarse a la lucha por la total independencia de la Patria.

Pero la estancia en la cárcel no fue fácil. Desde que el Presidio se inauguró, el 16 de septiembre de 1931, fue escenario de crímenes y torturas que lo identificaban  como un centro de exterminio.

No por gusto el periodista Pablo de la Torriente Brau habló de «la Isla de los 500 asesinatos». El Presidio Modelo tenía como objetivo, según el dictador Gerardo Machado, «reeducar» a individuos de alta peligrosidad y a quienes tuvieran ideas «revolucionarias».

Pero la realidad que trascendió tras esos muros fue la de las  torturas, un tiro tras supuesto intento de fuga, la cruel obligación de cavar la propia tumba antes de ser asesinado, «accidentes casuales» o el lanzamiento a la muerte desde cualquiera de los pisos de las circulares, de quienes no soportaron los vejámenes a que eran sometidos.

Los jóvenes revolucionarios también conocieron los rigores de aquel lugar de muerte. Separaron a Fidel del resto y lo mantenían bajo amenaza; no obstante, el líder cubano se las ingenió para escribir de manera clandestina La historia me absolverá, alegato de su defensa que luego se convirtió en el programa político de la Revolución, para el desarrollo económico y social de Cuba, y que entonces fomentó la rebeldía entre los cubanos que ya miraban la posibilidad real de ser libres.

Cada vez que alguien visita el antiguo reclusorio para hombres, puede suponer la entereza de aquellos jóvenes que, a pesar de los rigores carcelarios, se prepararon intensa y organizadamente para continuar el combate, mientras que familiares y amigos libraban la batalla por la amnistía.

De esa manera, la presión de la opinión pública obligó al régimen tiránico de Fulgencio Batista a firmar la Ley de Amnistía, que abrió las puertas a los revolucionarios el 15 de mayo de 1955 y que en la Isla de la Juventud se convirtió en una fecha de ratificación de compromisos y apuesta por el futuro.

Por ello, en escuelas y centros laborales pineros se celebran hoy matutinos especiales que recuerdan el aniversario 57 de la salida del Presidio Modelo de Fidel y el resto de los asaltantes a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Cépedes.

Asimismo, se desarrolla la carrera conmemorativa 15 de Mayo, en la que se recorren los cuatro kilómetros que separan al otrora reclusorio de la ciudad de Nueva Gerona, y se inaugura la Copa Alejandro, que incluye competencias juveniles en todas las modalidades deportivas que practicó el Comandante en Jefe.

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