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Como para salir de casa

La voluntad política y gubernamental favorece la apertura de locales en los que se ofrecen más servicios a los santiagueros

Autor:

Eduardo Pinto Sánchez

Santiago de Cuba.— Los compases de la tradición y la musicalidad de esta tierra caribeña convidan al visitante a encontrarse una y otra vez con la Casa de la Trova, atractivo indiscutible de una urbe orgullosa de su belleza natural y humana.

Pero la Ciudad Heroína continúa en la búsqueda de nuevos espacios que, con el halo exhortativo de un ambiente hogareño, se tratan de rescatar para el disfrute colectivo.

Locales abandonados o subutilizados se rehabilitan ante el interés de las autoridades políticas y gubernamentales de aprovechar las potencialidades de los proyectos de desarrollo local y otras alternativas que aúnan el esfuerzo de la gestión estatal y privada, para mejorar y diversificar los servicios.

Es así como sobre las ruinas de una antigua vivienda en la calle Reloj, entre las populosas calles Aguilera y Enramadas, cuatro criadores-vendedores de animales domésticos han encontrado un sitio para vender aves de corral y ornamentales, peces, caninos, conejos, curieles, hámsteres y accesorios como collares, cadenas, bebederos, comederos y alimentos, en la ya reconocida Casa de las mascotas.

Esta iniciativa pretende evitar la venta de animales sin previo control veterinario y, con ello, la propagación de enfermedades, objetivo que supervisa el Zoológico de Santiago de Cuba, contraparte de los arrendatarios del local, bajo la égida de la dirección de Servicios Comunales.

Desde su apertura en septiembre del pasado año, el objeto social de la Casa de las mascotas se ha ampliado de la sola venta de animales a la promoción de una cultura de crianza y a una función educativa en las nuevas generaciones. Ejemplo de ello es la creación de círculos de interés en escuelas primarias y secundarias cercanas al lugar, explicó a este diario el médico veterinario Rogelio Gómez Lora.

Sin embargo, un promedio de visitas diarias de cerca de 5 000 personas reclama la ampliación de espacios y funciones del local,  ante la solicitud de quienes llevan sus animales enfermos para que los atiendan o de quienes se interesan por medicamentos y alimentos para perros.

Viejos anhelos

A pocos pasos del «refugio» de las mascotas se encuentra la Casa del pru, donde la Empresa de Gastronomía Especializada transformó una oficina administrativa con el propósito de responder a una latente añoranza: disfrutar del prú oriental santiaguero muy cerca del centro de la ciudad.

La Empresa de Bebidas y Refrescos (Ember) se encarga cada día de colocar allí 1 200 botellas de la refrescante bebida, ofrecimiento que ha encontrado mercado seguro en los vecinos y en los miles de clientes potenciales que transitan por el céntrico Parque Dolores, por ser este un producto barato disponible hasta las nueve de la noche.

A una cuadra de distancia, el popular coctel de ostiones se presenta en mejores condiciones de presencia e higiene en la Casa del ostión, que sustituye los populares carritos que ofrecían esa combinación en la misma calle Enramadas.

En esta dependencia del restaurante Marinit también se venden paquetes de ostiones y almejas para llevar, surtidos que le llegan con regularidad a través de la empresa Pescasan.

El popular coctel —confeccionado con ostiones, puré de tomate, jugo de limón y picante al gusto del cliente— no solo es popular entre los hombres por sus supuestos atributos afrodisíacos; también ha tenido una gran aceptación entre las mujeres, niños y adolescentes, a quienes se les brinda sin picante, nos comentó Caridad Cuesta, dependienta del local ubicado entre las calles Calvario y Carnicería.

Cuando el almanaque agotaba las fechas del pasado julio, la calle Aguilera vio nacer en un antiquísimo atelier la tienda de aguas, refrescos, jugos y néctares La fuente —también conocida como la Casa del jugo—, por una voluntad común de las empresas Ciego Montero y de la Gastronomía Especializada en el territorio.

Con gran demanda de los jugos y néctares de mango y naranja, los líquidos se comercializan en moneda nacional o en pesos convertibles, en un local hermosamente decorado pero con problemas de ventilación.

Más aceptación del público y mejores condiciones tiene la Casa del vino, donde las bebidas elaboradas artesanalmente a partir de frutas exóticas y autóctonas se pueden adquirir a precios asequibles a la población.

Los miembros del club de vinicultores Siboney mantienen sus ofertas en este pequeño local de Plaza de Marte, donde clientes habituales o nuevos demandan frecuentemente los vinos a partir de moscatel, frutabomba y tamarindo.

Sus gestores siguen en la búsqueda de un local más amplio, pues el pequeño sitio que le han arrendado a la Empresa Compay Tiago no permite que los clientes puedan sentarse a degustar o catar las variedades de vino seco, dulce, semiseco, semidulce, blanco, rosado o tinto.

Una casa no muy atractiva

Una de las esquinas menos visitadas de Enramadas acoge la Casa del perro caliente, cuyas propuestas resultan desfavorecidas por sus altos precios, en un contexto caracterizado por una amplia y variada oferta gastronómica, explicó el subadministrador Raúl Garzón.

A esto se suma la mala presencia de los productos y la exigua variedad de la oferta, pues solo se ofrece un tipo de pan con perro caliente, el mismo que a pocos pasos de allí se vende a la mitad del precio por los llamados carritos móviles de comida rápida. Igualmente se halla en desventaja con la cercana cafetería El Champion, conocida por algunos como la Casa de la tortilla, donde existe una propuesta diversa y más accesible al bolsillo de muchos santiagueros.

Ciertamente, la venta de tres o cuatro panes con perro caliente cada día desmerece su objetivo, mucho más cuando este local a cargo de la Empresa Municipal de Gastronomía trabaja 24 horas y sus ganancias dependen de la venta de líquidos, lejos del fin para el que fue creado.

Tampoco empezó con buen paso la Casa de la galleta frita, dependencia del mercado ideal La Lucha, que apenas unas semanas después de su apertura muestra poca afluencia o desinterés de los clientes por la mala calidad de las ofertas.

Explica Yesenia Cobas, jefa de turno del mercado, que los paquetes de galleta suministrados por la industria alimentaria llegaron muy deteriorados y ya se gestionó la sustitución de estos.

El local, ubicado en San Félix, entre Enramadas y Aguilera, es el único lugar de la ciudad que ofrece galletas más tostadas, saladas y con otros atributos como el ajonjolí, para responder a un deseo   de muchos lugareños.

Entre arte y comodidad

Desde marzo de 2013, un proyecto del Fondo de Bienes Culturales adaptó varios locales de la calle Heredia para acoger a artistas-artesanos, entre ellos se encuentra la destacada artesana María del Carmen Sánchez (Maruchi), quien tras dos décadas confeccionando abanicos ahora encontró en la Casa del abanico un sitio para la comercialización y exposición de sus obras.

Los abanicos «de baraja», elaborados con maderas preciosas como cedro o majagua azul, calados o tallados con manufacturados detalles, están a la venta junto con tallas de madera y bisuterías dentro de un espacio distinguido en un ambiente marcado por la cultura.

Volverá el visitante a llegar hasta los sitios que hacen de la villa de Santiago Apóstol un lugar singular. Y volverá a ser testigo de la habitual hospitalidad de sus habitantes, a la que se suma ahora un grupo de «casas», cual expresión de la voluntad de hacer mucho más por el bienestar de la gente.

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