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El tema de la vivienda en Cuba requiere de un enfoque más integral por tratarse de un elemento esencial en la formación de valores y en la reproducción de la fuerza de trabajo, afirmó hoy una especialista a Prensa Latina.
El ambiente de vida de la familia determina su salud física y emocional e influye en la calidad de su existencia, opinó la Dra. María Victoria Zardoya, miembro de la línea de estudios sobre la vivienda social de la Facultad de Arquitectura del Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría.
El domicilio y el hábitat incluyen el ambiente urbano, los espacios públicos donde se socializa. Al construirlos adecuadamente se contribuye con la formación de valores, remarcó durante la realización de un taller nacional sobre el tema.
Zardoya insistió en que no solo es importante cuánto se edifica sino además la calidad, cómo se hizo y en qué contexto de la ciudad, así como el estudio del diseño y de los espacios exteriores.
La vivienda, recalcó, es la pieza fundamental de la urbe. En los últimos años su crecimiento ha tenido lugar principalmente en la periferia de las ciudades, en ocasiones sin las condiciones adecuadas (falta de aceras y áreas exteriores) y no ha sido proporcional al de la población.
A su vez las ciudades constituyen un patrimonio muy importante de los países, por ser lo que queda del quehacer constructivo de cada generación, significó la especialista. De ahí que una buena política integral de la vivienda y de los asentamientos humanos sea garantía de un futuro mejor, añadió.
El mejoramiento de la situación de la vivienda es uno de los temas priorizados por el gobierno cubano a través de la implemetación de programas que incluyen la entrega de subsidios a la población con el fin de facilitarle las labores constructivas.
