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¿Pacto de caballeros?

Las fallas en la conciliación económica provocan perjuicios a los trabajadores y a la economía, como ha ocurrido en la Empresa de Materiales de la Construcción en la Isla de la Juventud

Autor:

Roberto Díaz Martorell

NUEVA GERONA, Isla de la Juventud.— Si la conciliación económica es un método eficaz para resolver las diferencias que surjan en virtud de una relación contractual, omitirlo puede provocar malas consecuencias.

Una situación parecida vivía al cierre de agosto pasado, y aún repercute en su funcionamiento, la Empresa de Materiales de la Construcción en la Isla de la Juventud, al realizar una conciliación deficiente con la empresa Escambray, que constituye el canal comercializador de las producciones de la Industria de Materiales de la Construcción en Cuba.

La Empresa de Materiales de aquí cumplía los planes de producción al ciento por ciento, pero al no conciliar lo pactado con los clientes, hoy tiene grandes volúmenes de productos inmovilizados junto a una deuda millonaria con el Banco de Créditos y Comercio, que incluso es superior a su capacidad de pago en un año.

Frank Hernández González, director de esta entidad desde agosto último, informó que al concluir ese mes tenían en inventario más de 14 000 metros cúbicos (m³) de arena, 12 000 de polvo, 80 000 bloques de barro y 60 000 de hormigón, además de una cifra superior a los 7 000 m³ de mosaicos, recursos que responden a la demanda para este año y cuyo monto total en valores es de un millón cien mil pesos.

«Debido al lento movimiento de esos recursos tenemos una deuda de 4,5 millones de CUP con el Banco de Créditos y Comercio, superior a nuestra capacidad de pago, porque en el año solo produjimos en valores 3 700 000 CUP», explicó el directivo.

Sobre esta situación gravitan las limitaciones con el transporte de volteo para los áridos, cuya responsabilidad en el trasiego hasta los destinos recae en la Empresa Constructora Integral.

Esa realidad limita la aplicación de sistemas de pago de acuerdo con los resultados productivos a los obreros de la Empresa de Materiales de la Construcción en el Municipio Especial. También hubo que paralizar la producción de las unidades Arenera Buena Vista y Cerámica Roja para evitar más gastos, a causa de los elevados inventarios sin movimiento.

La jefa de planta de la entidad conocida como Cerámica Roja, Nubia Valdés Cowans, relató que durante los primeros cinco meses del año esa instalación sobrecumplía sus compromisos mensuales (40 000 unidades), ya que tienen instaurado un sistema de pago a destajo, pero al no fluir la venta, aún permanecen en el patio un total de 77 000 bloques, cuyo valor asciende a 156 310 pesos.

Arelys Casañola Quintana, presidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular, refirió que la situación financiera de la Empresa de Materiales de la Construcción del territorio se debe a la falta de conciliación de las demandas.

«Por ejemplo, según el Programa de Desarrollo Integral (PDI) hasta el 2020, se previó transformar este año cuatro escuelas en el campo en comunidades agrícolas y de ellas se decidió finalmente ejecutar una sola», ejemplificó.

«La contratación se ve como un proceso formal y no como un instrumento legal para hacer cumplir lo pactado, de ahí que los ajustes de planes por concepto de conciliación se deben resolver en el primer trimestre del año, no en el octavo mes. Esa falta de visión es fatal», reflexionó el Máster en Ciencias Ramón Ledesma Céspedes, vicerrector de Desarrollo de la Universidad local.

Rolando García Linares, director de Economía y Planificación en la Isla de la Juventud, explicó que los mayores atrasos en el plan de inversiones se relacionan con la importación de tecnología, las roturas de equipos pesados en medio de la ejecución del cronograma de construcción, la falta de fuerza de trabajo, las adecuaciones a última hora de los proyectos constructivos, las lluvias típicas de la actual temporada y, paradójicamente, el déficit de áridos a pie de obra.

Cómo salir de la asfixia

La Gaceta Oficial de la República de Cuba, en su edición extraordinaria No. 21, publicó un conjunto de normativas que otorgan mayor independencia y autonomía a la empresa estatal socialista, a fin de que este sector tenga su verdadero papel en el desarrollo de la economía cubana.

Entre los cambios más importantes que favorecen esta autonomía figura la flexibilización del objeto social de las empresas, que ahora decidirán qué otras actividades pueden acometer para aprovechar todas sus potencialidades.

En ese sentido, se enfatizó que luego de cumplir con el encargo estatal, las empresas podrán comercializar sus excedentes o inejecuciones al precio que fije la relación entre la oferta y la demanda.

Tras reconocer las insuficiencias que llevaron a la asfixia a la Empresa de Materiales de la Construcción de aquí, Frank Hernández González, su director, manifestó que con el propósito de dinamizar las ventas la entidad pone nuevos surtidos en el mercado local, como pintura de cal y carbonato de calcio para el mejoramiento de los suelos y la edificación de obras, y evalúa otros clientes potenciales, entre los que figura el sector del turismo.

Aseguró que Materiales de la Construcción tiene posibilidad de recuperarse, ya que en un mes lograron vender 91 200 bloques de hormigón, al tiempo que se trabaja en la organización de los procesos y se perfeccionan los sistemas de prevención y control de las unidades empresariales de base y de la empresa.

El propósito es trabajar con objetividad de cara al cliente para satisfacer la demanda real y a partir de las exigencias de sus proyectos. Además, para paliar la situación hubo que paralizar temporalmente dos de nuestros centros de producción, comentó.

«Somos 27 obreros. Hoy unos cumplen tareas dentro de la propia unidad empresarial de base como mecánicos o custodios, otros trabajan de manera temporal en la unidad de vectores, y un grupo solicitó la baja por estar en desacuerdo con las propuestas de reubicación», apuntó Nubia Valdés Cowans, la jefa de planta de la entidad conocida como Cerámica Roja.

Casañola Quintana ratificó que esta empresa se recupera desde el punto de vista tecnológico para encarar las inversiones constructivas del programa de desarrollo, prioridad que el país otorga al proceso inversionista.

«Aunque hoy buscan soluciones inteligentes para salir del escollo, deben prestar atención a la organización, planificación y conciliación de su economía», subrayó.

Rolando García Linares, director de Economía y Planificación en el Municipio Especial, agregó que la Empresa de Materiales de la Construcción debe exigir a sus clientes mayor celeridad en la adquisición de los recursos demandados y organizar su trasiego hacia los destinos de acuerdo con la Constructora —en el caso de los áridos— y contratar con Camiones Isla el traslado de los elementos de pared (dígase bloques, ladrillos y otros).

El programa de desarrollo integral es una oportunidad para la Isla de la Juventud a la hora de organizar los procesos. Pero como demuestran las consecuencias de lo ocurrido a esta empresa isleña, se requiere ajustar los mecanismos para la confección del plan a todos los niveles, y de directivos y colectivos muy atentos a que la conciliación se ajuste a las verdaderas necesidades, como único antídoto contra la asfixia económica.

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