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No tenemos miedo para el futuro

Discurso pronunciado por Kenneth David Anthony, Primer Ministro de Santa Lucía, en la XIII Cumbre ALBA-TCP, La Habana, Cuba, 14 de diciembre de 2014, “Año 56 de la Revolución”

Autor:

Juventud Rebelde

(Versiones Taquígrafas – Consejo de Estado)

Permítaseme, señor Presidente, expresar mi agradecimiento por invitarme a hacer uso de la palabra ante los miembros del ALBA-TCP hoy.

Señor Presidente, le doy las gracias por las coordinaciones realizadas. Una vez más es una gran experiencia estar en Cuba, nuestra casa. La semana pasada nos reunimos como CARICOM y Cuba para celebrar el aniversario de nuestras relaciones, y como dije a algunos amigos esta mañana, ha llegado el momento en que tenemos el hogar en Cuba, que debe ser un hogar permanente para venir e irnos como queramos, y es nuestro el placer.

Damos las gracias al pueblo cubano por la cálida y extraordinaria acogida que nos ha hecho objeto una vez más.

Señor Presidente, me uno a mi colega el primer ministro de Dominica, el honorable Skerrit, primer ministro y amigo, para dar la acogida a los Estados de Granada y Saint Kitts and Nevis, a la familia del ALBA-TCP. Como expresó mi colega el Primer Ministro de Dominica, esto completa el círculo de Estados miembros de los Estados de nuestra comunidad en el ALBA-TCP, indica los lazos de nuestros Estados, indica la manera en que nos hemos fortalecido y lo decididos que estamos como Estados y naciones a establecer nuestra propia identidad, nuestro propio futuro.

Deseo expresarle, señor Presidente, que Santa Lucía se complace sobremanera al ver que Saint Kitts and Nevis y Granada se hayan unido al ALBA para ampliar el círculo de solidaridad en nuestra región. Por lo tanto, sin duda, a medida que pasen las semanas y los meses y los beneficios de la condición de miembros del ALBA sean comprendidos por estos Estados, esto se verá.

Solamente quería expresar que podemos ser pequeños y no tenemos miedo para el futuro. Pienso que Cuba, más que ningún otro país, ha tenido ese tipo de experiencia. Cuando las naciones del Caribe, del CARICOM decidieron repudiar la conflagración que existe en América Latina y el Caribe e insistieron en el establecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba, en buena medida, de la misma manera en que los padres fundadores del movimiento de liberación del Caribe dijeron claramente y en alta voz que la amistad no puede limitarse y que nuestros Estados del Caribe somos parte de América Latina y el Caribe y que todos aquí decidimos quiénes son nuestros propios amigos y que decidiremos nuestro futuro.

Señor Presidente, tenemos una responsabilidad histórica como Estados miembros del ALBA-TCP, tenemos la responsabilidad de demostrar al mundo que hay una vía alternativa para el desarrollo y que hay cosas que hemos repudiado y que son comunes. Hemos repudiado la hegemonía de cualquier nación, de cualquier país e insistimos en nuestro derecho de tomar nuestras propias decisiones y definir nuestro propio destino.

Denunciamos la desigualdad en las relaciones internacionales. Pensamos que todos los países deben recibir un trato justo e igual, independientemente de sus dimensiones, y hay necesidades de desarrollo humano en todas partes del mundo. Por lo tanto, pensamos que ALBA-TCP nos da esa oportunidad de buscar esa equidad que tanto necesitamos como Estados pequeños.

Insistimos en nuestro propio desarrollo, somos países que ofrecen una vía alternativa al desarrollo e insistimos en escoger los elementos de esa vía, que sean consecuentes con nuestra visión, y así planteamos el desarrollo social y humano alternativo, que sea una vía alternativa al desarrollo humano en este mundo.

Durante años muchos de nosotros hemos criticado lo que hemos heredado, hemos sabido que la vía que hemos promulgado no es la que debe seguir un país pequeño como el nuestro o como los países de América Latina y del Caribe. Por primera vez tenemos un movimiento de integración, solidaridad y cooperación que demuestra al mundo que hay un enfoque alternativo y que ese enfoque alternativo puede dar lugar a beneficios reales, no solamente a los gobiernos, sino a los ciudadanos de los respectivos países. Esa es la gran prueba. Nosotros decimos que hay un modelo de desarrollo alternativo, repudiamos lo que heredamos y decimos que existe una nueva vía, una nueva senda, un nuevo futuro al desarrollo.

Creo, compañeros, que esa es la misión y la responsabilidad histórica del ALBA-TCP. En ese sentido siempre tenemos que recordar a nuestros padres fundadores, a nuestros próceres; recordar siempre lo que nos ha dicho Fidel durante tantos años, el trabajo que él ha realizado para unirnos como una región, como un hemisferio, como un grupo de naciones con una solidaridad común y mutua. Hay que recordar al mundo que él creó puentes entre nosotros para acabar con la historia impuesta a nosotros durante siglos, durante años.

Asimismo, señor Presidente, compañeros, nunca, jamás podremos olvidar a Hugo Chávez, su recuerdo será eterno. En ocasiones como esta, cuando nos reunimos, es imposible no recordarlo a él, es imposible no recordar su afecto hacia los pueblos del Caribe, su visión para nuestro hemisferio, su sueño de establecer una nueva identidad, su sueño de crear un nuevo sistema de colaboración, de solidaridad, de integración, y sus sueños de transformar las vidas de los pueblos de todo el hemisferio.

Usted sabe que una cosa es ofrecer al mundo una vía alternativa y guiarse por la retórica, pero otra es cumplir lo que usted ha prometido y hacer lo que indicó que iba a hacer. Y esta es la diferencia que presenta el ALBA-TCP, ella no solo ha formulado una vía alternativa, un enfoque ideológico diferente, otra arquitectura, sino que ha trabajado para cumplir con lo que le ha prometido a los pueblos de la región. Es por eso que hay tanto respeto, que hay tanto apoyo hacia lo que hacemos, porque —como expresé— cambiamos sus vidas, mejoramos sus vidas y demostramos a esas personas que sí en este mundo se puede vivir diferente, sin tener que seguir los viejos modelos.

Si veo este plegable por un momento, señores presidentes y primeros ministros, miren lo que dice —usted habló de esto, Raúl—: en oftalmología más de 3 millones de personas han recibido tratamientos gratuitos; personas con discapacidades, un millón o más de un millón han recibido tratamiento; hospital cardiológico doctor Gilberto Rodríguez ha hecho más de 8 000 operaciones como parte del tratamiento médico en el ALBA, y podríamos seguir hablando de la alfabetización, etcétera.

Mi idea es la siguiente: Esto no es un club de políticos, primeros ministros, que sencillamente hablan, somos diferentes. Somos diferentes porque representamos una diferencia para la vida de las personas y esa diferencia de la vida de las personas es la que en definitiva determinará quiénes somos y qué somos y dónde está el paralelo en nuestra historia humana, dónde está el paralelo de alguna organización regional que ha tenido ese efecto tremendo sobre la vida común de las personas comunes y corrientes.

Es por eso que tenemos que mantener nuestra fe firme en la visión de Fidel y la visión de Hugo Chávez. Es por eso que nunca jamás podemos permitirnos debilitar nuestra decisión con respecto a todo lo que hagamos, tenemos que pensar en lo sagrado de su recuerdo y su aporte.

Frecuentemente hablamos de Hugo Chávez, pero a veces ni siquiera hablamos de las experiencias personales que hemos tenido con él, la forma en que él afectó nuestras vidas, la forma en que él comprendió a nuestra región, a nuestros Estados pequeños, la forma en que él decidió abrazarnos y comprendió que era necesario crear esos puentes.

Para mí serán inolvidables mis propias elecciones generales hace tres años; en medio de esas elecciones él llamó y tuvimos una larga conversación por teléfono para hablar de nuestra región y de nuestro futuro. Fue una conversación muy personal, había una sinceridad que no podría verse en muchas otras personas; la misma sinceridad, por supuesto, que se ve en Fidel, la misma sinceridad que vive en la Revolución Cubana hasta hoy; la misma sinceridad que puedo ver en el presidente Maduro, en el presidente Raúl Castro.

Puedo decirles que estos son los aspectos de los movimientos de integración que mucha gente no comprende. Una cosa es crear un edificio político basado en acuerdos y otra completamente diferente es crear un edificio político basado en confianza y sinceridad, y eso es lo que tenemos en el ALBA-TCP: confianza y sinceridad.

Los países del Caribe Oriental confían en ustedes, como ustedes confían en nosotros. Es por eso que el Primer Ministro de Dominica, señor Skerrit está tan en lo cierto cuando expresa que mostramos solidaridad con Venezuela debido a las sanciones impuestas a ese país. Venezuela puede estar segura de que, igual que nosotros hemos luchado contra el injusto y criminal bloqueo comercial contra Cuba, también estaremos con ustedes en este tema.

Eso me retrotrae a lo que dije hace poco. La creación de un movimiento integrador sería en elementos intangibles, pero se cuenta con la confianza, con la solidaridad que son tan vitales. Es un elemento que falta a veces en los movimientos de integración, y la confianza de que hablo también se expresa en ese mismo compromiso que tenemos de cambiar las vidas de nuestros pueblos. Por lo tanto, tenemos que continuar nuestra misión histórica, tenemos que continuar por la vía creada para nosotros por nuestros próceres, tenemos que estar a la altura de su legado y recordar lo que nos dijeron.

Ahora que comenzamos a avanzar a una etapa superior de integración, estamos explorando otros mecanismos para fortalecer y ampliar nuestros lazos, y en este momento es muy importante que hagamos llegar un nuevo mensaje a nuestros pueblos en el hemisferio, entre nuestros Estados.

Por eso comprendo y apoyo las declaraciones de mi hermano Evo Morales. Creo que a medida que reflexionemos en nuestras deliberaciones, esto dará lugar a grandes éxitos, y necesitamos traducir esos éxitos en beneficio para nuestros pueblos, para que ellos también puedan compartir en este modelo alternativo y en este enfoque alternativo el desarrollo que estamos tratando de lograr y que estamos estableciendo.

Quería decir, amigos colegas de Saint Kitts y Granada, que una cosa es predicar o hacer declaraciones y ofrecer guías y direcciones, y otra diferente es actuar según lo que se predica, hacer lo que uno hace. Esa es la diferencia con respecto al ALBA.

El ALBA, como dije anteriormente, no es solamente algo que da lugar a una arquitectura de palabras. Santa Lucía es un miembro bastante nuevo del ALBA-TCP y desde el momento en que nos hemos convertido en miembros de esta organización el ALBA ha venido a ayudar a nuestro país más de una vez, y el presidente Maduro —aprovecho la oportunidad para expresar mi agradecimiento hacia el trabajo y el apoyo que usted nos ha brindado—, y pienso que el ALBA-TCP representa una gran diferencia para mi país.

Quiero decir esto —tal vez mis otros colegas estarán de acuerdo o no pero digo esto—: Si no hubiese sido por PETROCARIBE y por ALBA, los pequeños países del Caribe Oriental no habrían sobrevivido a esta recesión económica como la han sobrevivido (Aplausos).

Si se quiere medir el éxito del ALBA-TCP y de PETROCARIBE, piénsese cómo estos países del Caribe Oriental habrían podido sobrevivir a la crisis económica que ha afectado al mundo entero.

Seré franco, seré franco: Yo perdí una oportunidad, en el 2006, de unirme a PETROCARIBE.

Presidente Maduro, quisiera que usted pudiera volver la historia hasta el 2006 y en Santa Lucía habríamos tenido una actitud diferente hacia el ALBA-TCP. Por lo tanto, quiero expresarle mi agradecimiento a usted.

Así terminaré con unas palabras sencillas: Hay que pensar en las visiones de nuestros próceres, nunca jamás podremos olvidar lo que nos dijeron, y en este décimo aniversario tenemos que celebrar especialmente la memoria de Hugo Chávez y a la personalidad de Fidel Castro.

Gracias, señor Presidente (Aplausos).

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