Cuadro ¨Habana, Cuba¨ de Servando Cabrera Moreno Autor: La Jiribilla Publicado: 21/09/2017 | 06:04 pm
Nada menos que Martí tuvo que preguntarse «qué había en esa mujer, qué epopeya y misterio…?». Y cuando se sentaba a escribir de ella, el hombre que estaba por crecerse en Dos Ríos sentía que hablaba de la «raíz del alma».
Era Mariana, la brújula de una familia que terminó guiando una nación. Mariana, la que arrodilló a sus hijos solo una vez: para que juraran lealtad a Cuba; la que hizo decir a un Marcos que agonizaba: «He cumplido con Mariana» y reemplazó en el Ejército de la Patria al marido caído con sus hijos soldados. Era la mujer que mandaba a puro amor, la que vio a sus muchachos premiados con mil heridas y conminó al más pequeño: «¡Empínate!».
Es Mariana Grajales, la más Macea de los Maceo, la mujer que entendió que las faldas no se cosieron para llorar y hoy, cual joven bicentenaria, alumbra el espejo de epopeya y misterio en que le miran todas las cubanas