14
SANTA CLARA, Villa Clara.— Durante una ceremonia familiar, los restos de 42 combatientes del Frente de Las Villas fueron colocados con honores militares en el Mausoleo que los acoge y honra, y que forma parte del Complejo Escultórico Ernesto Che Guevara.
Ofrendas florales del General de Ejército Raúl Castro, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros y del líder histórico de la Revolución, Fidel Castro, acompañaron el solemne momento donde más allá de la tristeza por la ausencia de los seres queridos, afloraba la admiración por aquellos que supieron ser consecuentes con su fidelidad a la Patria.
El tributo póstumo a los caídos durante la guerra de liberación o fallecidos después del triunfo del 1ro. de Enero, estuvo presidido por el vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, quien fuera el segundo al mando de la Columna 8 Ciro Redondo, que comandaba el Che Guevara.
Durante el pase de lista de los inhumados se mencionaron los grados alcanzados por los combatientes en la guerra de liberación, y los obtenidos despues del 59 por aquellos que continuaron en las Fuerzas Armadas Revolucionarias o el Ministerio del Interior. Momento conmovedor resultó cuando los familiares depositaron flores a sus seres queridos y también sus compañeros de lucha, encabezados por Valdés Menéndez.
En el Mausoleo se honra y custodian los restos de los que lucharon en el referido Frente, constituido en el Escambray en 1958 e integrado por las fuerzas de la Columna 8 Ciro Redondo; las que operaban en el territorio del Directorio Revolucionario 13 de Marzo y del Movimiento 26 de Julio.
En las palabras centrales, Julio Lima Corzo, miembro del Comité Central del Partido y primer secretario en Villa Clara, enfatizó que «nos reunimos hoy en este sitio sagrado de la Patria, para recibir a un nuevo grupo de combatientes que vienen a reforzar el glorioso destacamento liderado por el Che».
Destacó que la llegada del Guerrillero Heroico y su columna al Escambray, procedentes de la Sierra Maestra luego de una marcha de 50 días, en la cual rompieron cercos, sortearon emboscadas y soportaron un ciclón, permitió forjar la unidad de las fuerzas revolucionarias en esa zona.
