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Yo soy el maestro

Estudiantes y profesores rinden homenaje al joven Manuel Ascunce Domenech en el aniversario 54 de su asesinato

Autor:

Aymara Massiel Matos Gil

El escenario no podía ser más simbólico. Frente al Museo de la Alfabetización, este 26 de noviembre, estudiantes y profesores de la Ciudad Escolar Libertad homenajearon al joven Manuel Ascunce Domenech, en el aniversario 54 de su asesinato. Allí, se abanderó al 43 Destacamento Pedagógico que lleva el nombre del adolescente alfabetizador, quien enfrentó a sus victimarios en las montañas del Escambray con la frase «Yo soy el maestro», lo que significó su sentencia de muerte.

De esta manera, jóvenes que cursan primer año de carreras pedagógicas ingresaron oficialmente a este destacamento, creado a propuesta de Fidel Castro en 1972, con el fin de preparar profesores que garantizaran la continuidad de estudios de los estudiantes que concluían la Enseñanza Primaria, frente al déficit de maestros de ese momento. Fue la etapa de la gran explosión demográfica de los primeros años de la Revolución, y ello impactó en la estructura educacional del país.

Esta vez, la ocasión fue especial pues, no solo se encontraban allí estudiantes de nuevo ingreso, sino también profesores que formaron parte de aquel primer destacamento, quienes compartieron sus experiencias.

«El destacamento representó un giro en nuestras vidas, algo que de manera inesperada llegó y nos incorporamos, dimos el paso al frente y nos hemos quedado. En mi caso, me permitió dar rienda suelta a algo que siempre me gustó, que es la Geografía. En aquel momento terminaba el bachillerato y ni siquiera sabía lo que iba a estudiar, y a través del destacamento logré mi realización personal», dijo Oscar Rodríguez, profesor titular de la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona (UCPEJV).

Foto: Tony Hernández

A propósito, Alexis Almaguer, profesor auxiliar del mismo centro educativo, comentó: «Nosotros no teníamos la intención de ser profesores, pero a raíz de la necesidad de cubrir las escuelas que iban surgiendo, dejamos a un lado nuestro interés personal. La idea era permanecer allí y después redirigir nuestros estudios hacia carreras que realmente nos gustaban, pero con el tiempo nos fuimos enamorando de la profesión».

Por su parte, Sylvia Lima, Doctora en Ciencias Matemáticas y profesora titular de la UCPEJV, explicó que el ser maestro y formar a una nueva generación es una carrera bella. «Realmente nos toca a nosotros los mismos maestros lograr el prestigio que debe tener la profesión. El maestro a veces es criticado por la familia, y esto hace difícil lograr un mayor reconocimiento. Es verdad que a veces no se tiene el salario al que se aspira, ni todas las condiciones necesarias, pero indiscutiblemente es  una profesión útil y muy bonita».

Aunque quizá no fue lo que soñaron de pequeños, sin dudas estos tres profesores han asumido la carrera del magisterio con gran orgullo, porque es en ella donde han encontrado su realización personal y profesional. La participación en el Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce fomentó en ellos el amor por la educación de las nuevas generaciones.

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