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Desarrollan programas de conservación de especies en Vueltabajo

El Proyecto de protección y reproducción del cocodrilo en cautiverio y el monitoreo y manejo de especies amenazadas de la flora, son dos de los programas más importantes que se ejecutan

Autor:

Dorelys Canivell Canal

PINAR DEL RÍO.— La sequía de este 2015 causó una disminución en los nacimientos de los cocodrilos en cautiverio pertenecientes al área protegida de San Ubaldo-Sabanalamar, ubicada al sur de Pinar del Río. Los bajos niveles de las lagunas y el elevado número de huevos infértiles, provocaron que solo tuvieran lugar 142 procreaciones este año.

Israel Pérez Pérez, técnico del Proyecto de cocodrilo en cautiverio, explicó que para facilitar la monta y reproducción entre individuos de esta especie (Crocodylus acutus americano), es indispensable un mayor nivel de agua. En años anteriores las cifras superaron los 700 nacimientos.

No obstante, el área cuenta hoy con una masa de 1347 ejemplares, para los que se dispone de tres lagunas de reproducción, una batería de inicio y otra de desarrollo. Los animales se identifican con un número, la provincia y el sexo.

Pérez Pérez expresó que para favorecer la reproducción poseen una incubadora. La alimentación de los cocodrilos es garantizada a partir de contratos con el Combinado Avícola y la Pesca.

El Proyecto de protección y reproducción del cocodrilo en cautiverio y el monitoreo y manejo de especies amenazadas de la flora, son dos de los programas más importantes que se ejecutan en esta área con categoría de reserva florística manejada.

Lázaro Hernández García, quien atiende este último programa, precisó que trabajan por rescatar también plantas endémicas locales como la Heliotropium bursiferum, más conocida como alacrancillo blanco.

En total, suman 14 las especies endémicas locales. De ellas ocho están en peligro crítico de extinción.

Dijo que este trabajo se logra en algunos casos con la reproducción en viveros y después la reintroducción al medio natural, lo cual ha dado muy buenos resultados. «Utilizamos un sistema de marcaje y definimos 31 parcelas dentro del bosque,  ya que son poblaciones muy pobres donde apenas llegan a los 500 individuos de cada especie y crecen en zonas muy bien delimitadas», agregó.

Una extensión territorial de 5212 hectáreas, bosques de pinares, semideciduos, siempre verdes, ecosistemas de manglares y comunidades acuáticas, permiten desarrollar en la actualidad 18 proyectos de conservación en el lugar, entre los que están, además, el monitoreo del sapito de arenas blancas, de la jicotea cubana, de orquídeas, de aves endémicas y acuáticas, programas de capacitación y educación ambiental, así como el control de especies invasoras.

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