Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Junto a sus compañeros del Moncada

Las cenizas del combatiente del Moncada y Comandante del Ejército Rebelde, Pedro Miret Prieto, fueron depositadas en el Retablo a los Mártires del 26 de Julio, de la necrópolis santiaguera en ceremonia de honores militares encabezada por el General de Ejército Raúl Castro

Autor:

Odalis Riquenes Cutiño

SANTIAGO DE CUBA.— Las cenizas del combatiente del Moncada y Comandante del Ejército Rebelde, Pedro Miret Prieto, fueron depositadas este 19 de febrero, el mismo día que cumpliría 89 años, en el Retablo a los Mártires del 26 de Julio del cementerio Santa Ifigenia, en esta oriental ciudad, en ceremonia de honores militares que estuvo encabezada por el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, y su compañero de la Generación del Centenario, el General de Ejército Raúl Castro Ruz.

Poco después de las 9.00 de la mañana y bajo un tibio sol invernal, la urna cineraria, flanqueada por sus condecoraciones y el título honorífico de Héroe de la República de Cuba, en manos de jóvenes integrantes de la Unidad de Ceremonias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, fue conducida hasta el Retablo y depositada en unos de sus nichos, al lado de Carlos Alberto Ortega, Haydeé Santamaría y Melba Hernández.

Vibró  entonces con fuerza especial el Himno Nacional y fueron disparadas tres descargas de fusilería, mientras ondeaban la Enseña nacional y la bandera del Movimiento 26 de julio izadas en el lugar.

Ofrendas florales a nombre del líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz; del General de Ejército Raúl Castro y de los familiares, habían sido previamente depositadas en el Retablo, completando el homenaje, al que también asistieron el miembro del Buró Político y vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Comandante de la Revolución Ramiro Valdés  Menéndez, junto a otros combatientes del Moncada y expedicionarios del Granma, familiares y dirigentes.

Finalmente, y bajo los acordes de la Marcha del 26 de julio su familia y compañeros de luchas depositaron rosas blancas ante el nicho del destacado combatiente.

Se reconocía así la fecunda trayectoria del santiaguero que se incorporó a la lucha tras el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952; del asaltante del Moncada y prisionero en Isla de Pinos; del joven comprometido, que si bien no tripuló en el Granma, por ser detenido en tierra mexicana, regresó al país, se incorporó al Ejército Rebelde y alcanzó los grados de Comandante.

Era este el merecido tributo al viceministro primero de las FAR, el jefe de la artillería en los días gloriosos de Playa Girón, el integrante del Comité Central del Partido y diputado a la Asamblea Nacional, el artífice del Fórum de Ciencia y Técnica, que tantas soluciones promovió en el país durante el difícil período especial.

Pedro Miret Prieto falleció el pasado 15 de enero, en la capital del país, como consecuencia de un infarto agudo del miocardio. Como el combatiente leal y entregado a la causa revolucionaria que fue, desde este viernes sus cenizas reposan definitivamente, junto a los restos gloriosos de otros 40 moncadistas. Desde allí son acicate, luz y ejemplo para los nuevos.

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