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A veces huele mal lo que sabe bien

Única de su tipo en Cuba, la unidad empresarial de base Glucosa Cienfuegos se proyecta para, en unos años, cubrir la demanda nacional

Autor:

Glenda Boza Ibarra

Cienfuegos.— La cercanía a la fábrica se le anuncia al olfato desde varios metros antes. Algunos residentes ya se acostumbraron a tal fetidez, y los transeúntes apuran el paso en ese horario cuando el olor es casi insoportable. Sin embargo, en esta unidad empresarial de base (UEB) los residuales son lo único que «huele mal».

Perteneciente a la empresa Labiofam en Cienfuegos, la fábrica de glucosa —única de su tipo en Cuba— tiene como producciones principales, a partir del maíz, las glucosas ácida y enzimática, y el almidón.

«La glucosa ácida es una especie de sirope utilizado en la elaboración de confituras y caramelos, porque mantiene la consistencia suave. La glucosa enzimática, con un alto contenido de destroza, se emplea con fines edulcorantes y va a la planta de sorbitol Camagüey por sus propiedades humectantes», explicó Rafael Moya Rodríguez, director de la entidad.

«A partir del almidón se elaboran mezclas físicas en seco, para hacer arepas y panetelas, natillas saborizadas, cremas, desayunos, polvos para hornear, sirope saborizado, entre muchos otros productos».

Aquí se saca el extracto de la corteza de mango para hacer el Vimang, producto expendido en la Red de farmacias en varias presentaciones. Además, del subproducto de maíz se logra pienso seco para alimento animal y lodos residuales para pienso líquido.

Empeño frente a obsolescencia

Julio Alberto Águila Contreras tiene 18 años y no ha cumplido todavía los 12 meses en la empresa, pero ya tiene clara su meta: «Quiero ser el próximo jefe de mantenimiento». Egresado del politécnico 5 de Septiembre como pailero-soldador, mucho ha aprendido en este tiempo. Así lo corrobora su tutor y jefe Rafael López Quiñones, a quien le satisface saber que en este jovencito encontrará su relevo.

El trabajo en cada jornada es, comentó, bien intenso, al considerar la obsolescencia tecnológica de los equipos, los que datan de la década de los años 70 del pasado siglo, cuando fue inaugurada la fábrica. No obstante, en 2015, a partir de una disminución de los niveles productivos, decidieron hacer una parada con el fin de intervenir en las áreas principales y frenar el marcado deterioro de la entidad.

López Quiñones aseguró que la automatización no anda nada bien, y «por tal razón muchas veces nos servimos de las experiencias de nuestros operadores y tecnólogos para ayudar al funcionamiento fabril, pues no solo el mantenimiento permite la estabilidad de los parámetros de calidad, sino también las innovaciones del colectivo, avaladas en los Fórum de Ciencia y Técnica y el movimiento anirista».

«Ante las carencias hemos tenido que buscar soluciones inmediatas», comentó el director Moya Rodríguez. «Diseñamos una estrategia con más de 140 acciones a corto, mediano y largo plazos, con vistas a disminuir el deterioro, recuperar las capacidades productivas y adquirir nuevo equipamiento».

Si bien ya comenzaron con el cambio de algunos equipos, el estudio de factibilidad económica propuesto y en espera de financiamiento se extiende hasta 2019, transformación que les permitirá cuadruplicar las producciones, cubrir toda la demanda de almidón de maíz del país y ahorrar más de ocho millones de dólares en importaciones.

«La demanda planteada es de 4 600 toneladas aproximadamente para el balance nacional, sin incluir el consumo social. Con estas acciones pretendemos alcanzar esa cantidad y demostrar la rentabilidad de la empresa», refirió el director.

Mientras escucha atentamente al directivo, Julio Alberto imagina su futuro laboral siempre en estas áreas. «El salario ahora es muy bueno, y el aumento de las producciones también nos beneficiará». El muchacho se lo ha tomado en serio y aprende allí a hacer de todo y rápido.

Contaminar sin querer

Bartolomeo Ortiz Márquez está evaluado en cinco posiciones de trabajo y es un hombre de referencia ante cualquier eventualidad.

Operador de la planta de residuales, Ortiz Márquez conoce de cerca las molestias provocadas por el mal diseño y la construcción inconclusa de esta área, que ubica a la entidad como uno de los focos contaminantes actuales de la bahía de Jagua.

Los residuales van directo a la rada cienfueguera, afectan la flora y fauna marinas, y provocan un olor muy desagradable.

«Antes ese lodo salía por la cañada y, cuando se almacenaba en los propios accidentes del río, se descomponía con el sol y emitía vapores de azufre y metano, los cuales generan la fetidez. Ahora sale por un tubo plástico y disminuyen esos olores», precisó el director Moya Rodríguez.

No obstante, el directivo aseguró que tienen propuesta una inversión valorada en dos millones de pesos para enfrentar ese problema.

La UEB tiene un plan de medidas encaminadas, igualmente, a disminuir las averías, racionalizar el agua y reutilizarla en los sistemas de limpieza, recuperar los sedimentadores y hasta pretenden la futura construcción de un biodigestor y otras medidas encaminadas al tratamiento adecuado de los desechos.

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