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Golpes en ráfagas

Fuertes vientos, intensas lluvias y penetraciones del mar se hacían sentir al cierre de esta edición en el extremo más oriental de Cuba. Deslaves y derrumbes en el viaducto de La Farola incomunicaron por esta vía al territorio guantanamero de Baracoa desde la tarde del martes, cuando el huracán tocó tierra por el municipio de Maisí

Autores:

Susana Gómes Bugallo
Yuniel Labacena Romero
Enio Echezábal Acosta
Haydée León Moya

Cuando usted lea estas líneas, mucha más agua habrá caído de la que podemos describirle mientras escribimos. Otros vientos habrán soplado con fuerzas superiores a las que hasta ahora hemos conocido. Varios ríos estarán crecidos, algunos caminos se habrán incomunicado, y el diálogo con pobladores de territorios guantanameros como Baracoa y Maisí se hará un poco más difícil de lo que fue en la tarde de este martes cuando, desde la Redacción de Juventud Rebelde, conversamos con habitantes de esa zona y unimos estos diálogos a los reportes llegados desde esa provincia.

Sin embargo, aun cuando todo eso haya pasado y la situación no se parezca a la que existe mientras conformamos estas líneas, lo más importante será que no haya consecuencias para las vidas humanas ni demasiadas pérdidas de bienes materiales o naturales. Para evitar todo eso se han tomado las precauciones necesarias. Solo falta esperar a conocer cada detalle, a medida que se vayan dando los partes informativos desde cada lugar.

Justo a las seis de la tarde de ayer, el centro del poderoso huracán Matthew entró al territorio nacional por Punta Caleta, en el municipio de Maisí, al sur de Guantánamo, que por varios días esperó la llegada del fenómeno, con la misma ansiedad extraña con la que se aguarda por lo desconocido. Según el radar de la Gran Piedra, la «pared» del ojo del huracán impactó con fuertes vientos.

Por teléfono Desde Maisí

La última llamada recibida desde Maisí ocurrió mediante un teléfono móvil a la Redacción de la emisora baracoense La voz del Toa. Allí la periodista Mirna Rodríguez Zúñiga explicó a JR que Maisí estaba incomunicado por dos entradas: desde Baracoa a Maisí (Yumurí), y por la zona de Guantánamo, en Cajobabo. Tampoco se podía acceder a Baracoa, aunque los ríos no se habían desbordado.

Ya a esa hora se habían reportado a ese centro periodístico plantaciones y árboles caídos, arroyos y cañadas desbordados, así como derrumbes de techos y afectaciones en instituciones estatales.

Desde el puesto de mando de la Defensa Civil, en Baracoa, el meteorólogo Carlos Montenegro contó a nuestro diario que las penetraciones del mar en ese momento ya se estaban volviendo fuertes. Sobre las cinco de la tarde los vientos se mantenían entre 90       y cien kilómetros por hora, con rachas superiores, y ya se reportaban voladuras de algunos techos.

«Lo más difícil ha sido crear percepción de riesgo en la población, pues en esta zona nunca habíamos pasado por un fenómeno similar», explicó a JR Adriel Bosch Cascaret, subdirector del semanario Venceremos, quien desde la ciudad guantanamera dijo que ya las personas dejaban de transitar por las calles y se ponían a buen resguardo. Otra preocupación, ilustró, son las comunidades aisladas dentro de los complejos montañosos.

Las coincidencias existen

En fatal coincidencia geográfica y de calendario con el devastador ciclón Flora de 1963, este 4 de octubre tocó tierra en la provincia más oriental de Cuba el más potente huracán que jamás haya pasado por aquí, aunque esta vez encuentra un territorio más preparado.

Al referirse a esa casual e ineludible realidad, el general de cuerpo de ejército Ramón Espinosa Martín, viceministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, en la última reunión del Consejo de Defensa Provincial antes del paso de Matthew hizo un llamado a que cada persona estuviera en el lugar más seguro, y dijo que ahora el pueblo guantanamero está mejor protegido y preparado para este momento.

Se informó que los más de 200 000 guantanameros que se había previsto evacuar se encontraban en los centros habilitados y con adecuadas atenciones en cuanto a alimentación, servicios médicos y de seguridad.

En Maisí, el 94 por ciento de la población se encuentra evacuado en lugares seguros. Teniendo en cuenta que ese territorio se incomunica por la crecida de los ríos, fueron trasladadas desde el lunes las reservas de alimentos, combustible y suministros médicos para unos diez días.

La provincia acumulaba en sus principales embalses unos 36 000 metros cúbicos y la situación más preocupante era la de la presa Faustino Pérez, pues en sus alrededores existen varias comunidades que fueron evacuadas a tiempo. Esta presa había sido desembalsada para incrementar su capacidad de regulación de avenidas y ya estaba en 19 millones, de su capacidad de 26, lo que había ocasionado la crecida del río Guaso. Las autoridades llamaban a que la población no atravesara por esa peligrosa zona.

El país dispuso con varios días de antelación de cantidades suficientes de combustible, harina de trigo y medios técnicos de todo tipo para emprender con prontitud las tareas de recuperación, pipas para el suministro de agua potable y numerosas brigadas de fuerzas especializadas.

A las cuatro de la tarde llovía con fuerza en varios municipios y las rachas de viento causaban los primeros estragos en zonas montañosas de Yateras, donde ya caían árboles. En el viaducto La Farola hubo deslaves y derrumbes.

Los principales jefes del       Consejo de Defensa Provincial expresaron gratitud por la solidaridad mostrada por otros territorios del país que transmitieron sus experiencias en situaciones adversas como esta, con lo cual dieron respuesta al llamado del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente del Consejo de Defensa Nacional, de seguir las mejores prácticas para evitar pérdidas de vidas humanas, proteger los recursos de la economía y del pueblo, y enfrentar exitosamente la etapa de recuperación que vivirá este territorio.

Última hora

Según información recibida por el puesto de mando de Defensa Provincial de Guantánamo a las nueve de la noche, en los municipios de Baracoa, Maisí, Imías y San Antonio del Sur, se habían producido caída de árboles, de postes eléctricos y de cubiertas ligeras, así como la interrupción del servicio de las comunicaciones, como consecuencia del corte de la fibra óptica en los tres últimos poblados. Penetraciones del mar, intensas lluvias y fuertes vientos se sucedían en ese entonces.

También se supo que en un tramo de la carretera que conduce a los municipios de la costa sur guantanamera se produjeron penetraciones del mar con olas de hasta seis metros de altura, que interrumpen el paso por carretera hacia Imías y Baracoa

En la Ciudad Primada, fuertes marejadas producidas por rachas de vientos de hasta 200 kilómetros por hora y penetraciones del mar con olas de hasta siete metros de altura causaron daños en la cubierta del hotel La Rusa, en un almacén de medicamentos y en el sector militar baracoense. Caimanera estaba entre los municipios sin corriente eléctrica.

Desde la emisora La Voz del Toa, la periodista Dayneris Navarro Lambert reportó a JR, vía Facebook, que alrededor de las diez de la noche azotaban al municipio baracoense ráfagas de más de 150 kilómetros por hora. Entre los daños perceptibles en las primeras horas se perciben afectaciones severas a techos de centros educacionales, en la cubierta de la terminal intermunicipal y el techo de un gran número de viviendas.

Carlos Raúl Martínez Turro, vicepresidente del Consejo de la Administración Provincial en Guantánamo, dijo que a la Ciudad Primada llegaron del municipio cabecera y de otros territorios los primeros equipos con recursos que se utilizarán en las labores de recuperación. Se trata de 18 camiones de volteo, dos cargadores e igual número de retroexcavadoras, muy importantes para el movimiento de tierra, sobre todo la que por deslizamiento pueda incomunicar el viaducto de La Farola.

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