Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Cuba, Cuba...

Erguida, modesta, valiente Ay!, no serás nunca madre nuestra sino hija, Cuba, Cuba, loca mía, desvarío suave?...

Autor:

Juventud Rebelde

Ay, Cuba, Cuba, esa musiquita ahora, de las entrañas, que conozco como un secreto que fuera mío y no tuyo, tú que eres porque no te has conocido nunca, óyeme, no te vayas detrás de esos extraños como una provinciana ilusionada por un actor de paso que la deslumbra con trajes gastados de teatro, acuérdate de la portada azul con lomerío atrás lejano, acuérdate del «mecido» como de cuna sobre la hoja, y el «va y ven» que entra y sale como un mar del olor del jazmín de noche, acuérdate de tu pulcro vestidito «de tarde»: no te vayas detrás de esos extraños, que cuando abras los ojos ya te habrán secado el alma y demudado el rostro que yo te amaba.

Erguida, modesta, valiente Ay!, no serás nunca madre nuestra sino hija, Cuba, Cuba, loca mía, desvarío suave?...

(Fragmentos del poema Ay, Cuba, Cuba, de Fina García Marruz)

 

Ay, Cuba, Cuba,

esa musiquita ahora,

de las entrañas,

que conozco como un secreto

que fuera mío

y no tuyo, tú que eres porque no te has conocido nunca, óyeme,

no te vayas detrás de esos extraños como una provinciana ilusionada por un actor de paso

que la deslumbra

con trajes gastados

de teatro, acuérdate

de la portada azul con lomerío atrás lejano, acuérdate del «mecido» como de cuna sobre

la hoja, y el «va y ven» que entra

y sale como un mar del olor

del jazmín de noche, acuérdate

de tu pulcro vestidito «de tarde»:

no te vayas detrás

de esos extraños,

que cuando abras los ojos

ya te habrán secado el alma

y demudado el rostro que yo

te amaba. Erguida, modesta, valiente Ay!, no serás nunca madre nuestra sino hija, Cuba, Cuba, loca mía, desvarío suave?... (Fragmentos del poema

Ay, Cuba, Cuba,

de Fina García Marruz)

Cuba, Cuba...

Ay, Cuba, Cuba,

esa musiquita ahora,

de las entrañas,

que conozco como un secreto

que fuera mío

y no tuyo, tú que eres porque no te has conocido nunca, óyeme,

no te vayas detrás de esos extraños como una provinciana ilusionada por un actor de paso

que la deslumbra

con trajes gastados

de teatro, acuérdate

de la portada azul con lomerío atrás lejano, acuérdate del «mecido» como de cuna sobre

la hoja, y el «va y ven» que entra

y sale como un mar del olor

del jazmín de noche, acuérdate

de tu pulcro vestidito «de tarde»:

no te vayas detrás

de esos extraños,

que cuando abras los ojos

ya te habrán secado el alma

y demudado el rostro que yo

te amaba. Erguida, modesta, valiente Ay!, no serás nunca madre nuestra sino hija, Cuba, Cuba, loca mía, desvarío suave?... (Fragmentos del poema

Ay, Cuba, Cuba,

de Fina García Marruz)

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