Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Salvas por Fidel

En cada disparo está el homenaje eterno de las nuevas generaciones, por las que tanto obró el líder de la Revolución Cubana

Autor:

Aileen Infante Vigil-Escalera

Nunca pensó que su estreno dentro de la batería de artillería terrestre sería en un día como hoy. Cuando este lunes en la capitalina fortaleza de San Carlos de la Cabaña retumbó la salva número 21 en homenaje póstumo al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el joven Osmani Castillo Labrada, cadete de la Escuela Interarmas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) General Antonio Maceo, Orden Antonio Maceo, vivió el mayor y más doloroso honor en toda su carrera.

«Perder a nuestro líder histórico ha sido impactante, y más para nosotros los jóvenes, acostumbrados a contar con su guía acertada; pero a la vez es un motivo más para continuar con la obra de la Revolución, para ratificar nuestro compromiso con la Patria y con el pueblo», dijo.

Desde su posición de jefa de pieza de batería, la cadete Dayana Riverón Carrazana también valoró la trascendencia de su participación en esta ceremonia. «Sin demeritar mis anteriores cuatro experiencias, esta constituye la más importante. Hoy no solo estamos despidiendo a nuestro Comandante, sino al hombre que lo significa todo para quienes vestimos el uniforme verde olivo», aseguró.

Hasta el próximo 4 de diciembre estos jóvenes y sus 52 compañeros de batería permanecerán en la histórica instalación militar, para acompañar las honras fúnebres del pueblo habanero a Fidel y el recorrido de la Caravana de la Libertad en sentido inverso, hasta el cementerio de Santa Ifigenia en Santiago de Cuba. En cada disparo está el homenaje eterno de las nuevas generaciones, por las que tanto obró el líder.

De acuerdo con el capitán Rassiel Camejo Hernández, segundo jefe de Batería de Salva de la Escuela Interarmas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) General Antonio Maceo, la práctica de lanzar salvas de artillería en ceremonias data de la época napoleónica, en que se realizaban centenares de descargas para recibir a emperadores y a primeros ministros de países europeos.

Muchos años después, y por acuerdo internacional, se decidió disminuir su número a 21 y establecer esta ceremonia como práctica habitual, por ejemplo, en el recibimiento a presidentes, buques, y para celebrar fechas conmemorativas importantes, como —en el caso cubano— el 28 de enero, el 16 de abril y el 31 de diciembre.

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