Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Un hombre cumbre

Convocados por la sección Tecla Ocurrente, los lectores de JR escribieron en agosto de 2006, con motivo del cumpleaños 80 del Comandante en Jefe, sus visiones sobre el líder inmenso. Ahora que ha partido a la inmortalidad, rescatamos fragmentos de aquellos textos, que conservan la frescura de la admiración genuina

Autor:

Juventud Rebelde

Mi luz

(…) Admiro tu valentía,

tu honestidad, tu coraje,

tu lucha contra el ultraje

y el odio a la cobardía.

Admiro tu rebeldía,

tu entrega, tu lealtad,

esa creatividad

que existe en toda tu acción

y en esta Revolución

que nos dio la libertad.

Admiro mi Comandante

tu hidalguía, tu estatura,

tu bondad y tu frescura,

que semeja un sol radiante,

tu verbo firme, elegante,

tu brazo fuerte y estable,

tu mirada que es un sable

al que teme el enemigo

y admiro cómo al amigo

lo abrazas franco y amable.

Admiro tu don de mando

donde brillas con tu ejemplo

y la Sierra que es el templo

donde te vimos luchando,

donde te vimos ganando

la corona de laurel,

te admiro frente al cuartel

Moncada, grande y fecundo,

lo más que admiro en el mundo

de Fidel es: a Fidel.

(Ninfa Rosa Casanova Pérez)

Perseverancia

Fidel tiene muchas cualidades lindas y buenas, pero de todas la que más admiro es su perseverancia. Gracias a ella logró el triunfo de la Revolución Cubana; gracias a ella ha logrado mantener la Revolución durante medio siglo y para siempre; gracias a ella ha logrado ver hecho realidad su más caro sueño: la unidad de los pueblos de América Latina. (…) Fidel, vivirás eternamente en el corazón de tu pueblo y en el corazón de toda la gente buena del mundo. Eres un hombre tan inmensamente lindo que no encuentro adjetivo adecuado para describirte todo lo que te amo. (…) (Juana Leiris Peña Alfonso)

Un sitio en mi mesa

Desde pequeña mi mamá y mi abuelito me enseñaron a quererlo. Comandante: ¡cómo le admiro su firmeza! (…). Nunca lo he tenido cerca, apenas en las manifestaciones en la Plaza de la Revolución donde lo veo desde lejos como un punto verde, pero sé que es usted y eso me llena de fuerzas para seguir. En la pasada marcha del 24 de enero, desfilé entre el mar azul que representa al Ipvce Lenin; éramos un mar de la parte de acá del Malecón y fue la oportunidad en que lo he tenido más cerca; sentí como si lo tuviera a mi lado, marchando. Solo me queda escribirle que lo quiero mucho y que en la mesa de mi casa siempre tendrá un huequito. (Betty Lezcano Roque)

La milicia invisible

Para mi generación usted ha sido el gran mito de sus vidas, el hombre-leyenda, la ribera del río a la que regresamos cuando se han disipado las últimas esperanzas. Hemos aprendido mucho de usted, pero lo más importante de su legado, y acaso lo más preciado, ha sido Fidel en sí mismo. Nuestro mejor ejercicio de creación lo hemos reservado para construir su personalidad, para armarlo a retazos: con un trozo del cuento del abuelo, con un recuerdo de mamá, con la anécdota del alfabetizador, con la vivencia del niño afortunado, con las confesiones de los que han vivido más para quererlo igual.

Y así, sin que nadie lo sepa, nos ha ido acompañando el guerrillero en la cima del Turquino, el estadista en la tribuna, el inconforme si perdemos, el ávido lector mientras las páginas de Alexandros se suceden solas. Descubrimos que integramos la milicia invisible que lo acompaña. (Elizabeth Mirabal Llorens)

El mérito es estar vivo

«Fidel es el hermano de América Latina», dice Miguel Bonasso. Fidel, valiente siempre en las cumbres y tribunas para defender con sus palabras a los pueblos; rodeado de jóvenes que parten a cualquier lugar de Cuba y del mundo a curar almas, a enseñar sin distinción de razas, religión o idiomas. En la Cumbre de la Tierra, escribiendo un libro más al más universal de los libros, proclamando ante el mundo el derecho del hombre a crecer.

Fidel es el hermano porque siempre piensa en los demás cuando los ciclones azotan y la naturaleza trae sacudidas de muerte. No importa si en Pinar del Río o Pilón, si es en Nueva Orleans o Paquistán.

«Fidel puede pedir al pueblo cualquier sacrificio, porque él ha estado primero en cualquier sacrificio», dice el Che.

A este hombre salvado de más de 600 atentados contra su vida por terroristas, mafias del Norte (…) le atribuyen una fortuna millonaria (…). Comandante, el mérito es estar vivo. Es usted rico por haber servido y seguirá sirviendo a los pobres de la Tierra cada minuto de su existencia, por haber logrado que su pueblo sienta que Patria es humanidad. (Ariel Obregón Leyva)

Luz larga

«Señor periodista, esta no es una carta de competencia, pues solo es una carta que yo siempre he soñado. Tengo 6to. grado, hecho con esta Revolución, quizá si en ella ve muchas faltas de ortografía, me perdona (…).

Mientras haya pobreza y hambre en el mundo él no estará feliz; él se ha entregado en alma y vida por los pobres. Yo esto tenía que decirlo porque sé que alguien lo leerá: hoy soy feliz gracias a él, tengo tres nietos y todos en la Batalla de Ideas (…). Gracias… (Teresa Toyos)

Semilla fértil

Admiro su tolerancia para luchar contra los enemigos y con nosotros, que a veces nos portamos mal. El padre más paciente no le gana, por ser tan comprensivo, enérgico, cariñoso, exigente, respetuoso, honesto, y haberse ganado el odio de los enemigos de la libertad, esos que en tantas oportunidades han intentado eliminarlo, pero son tan estúpidos que no se dan cuenta de que ya eso no se puede lograr ni con su desaparición física, porque semilla buena y fértil se ha diseminado, no solo en el pueblo cubano, sino también en todo el mundo. (Estelvina M. Valle Pentón)

Un sencillo hombre de pueblo

Fidel es una persona increíblemente necesaria para la vida de todos los cubanos que lo seguimos, lo amamos, justo como lo que es: un ser humano sin precedentes en la historia; muchas son las virtudes que posee, pero a mis ojos no aparece otra con más fuerza y más luz: la sencillez se abre paso con valentía entre todas las cualidades morales que posee. Nuestro Comandante no ha dejado de ser nunca, ni en las cumbres más importantes, ni ante las más distinguidas personalidades, ni ante las calumnias ni mentiras más retorcidas, un sencillo hombre de pueblo.

Comandante: te veo todos los días y a todas horas, en los ojos de los niños y niñas que tengo la posibilidad de educar. ¡Te agradezco tanto y todo! (Yisser Morales Martín)

Lo que tenía que tener

Yo lo admiro por su sabiduría, por su calidad humana, por todos y para el bien de todos, sin distinción de raza y religión. Lo admiro cada día más y más por preocuparse y por desvivirse por todos los olvidados del Tercer Mundo. Lo admiro por su solidaridad con todos los pueblos. Con Fidel tengo lo que tenía que tener. ¡Ojalá otros niños de tierras lejanas tengan algún día un líder, un guía como mi querido Fidel! (Henry Cabrera Etcheverry)

Imprescindible

«¿Qué admiro más en el Gigante? ¿Se podría resumir en una palabra lo que más admiramos de Fidel? Yo pienso que sí. Si tenemos presente lo dicho por Bertolt Bretch de los que luchan toda una vida, Fidel es sin lugar a dudas de los imprescindibles.

Mas admiro también su estatura, por supuesto no la física, me refiero a su estatura moral. Admiro la fidelidad a sus ideales, siempre en pro de las causas nobles, de los humildes, como lo proclamó desde los primeros momentos, su apego a los principios martianos con la máxima de que «Patria es Humanidad». Admiro el habernos conducido a la verdadera libertad, siempre al frente en cada batalla. Revolucionario íntegro y a prueba, lo admiro por el valor otorgado a la amistad; preguntar a García Márquez, recordar a nuestro pintor de Iberoamérica Oswaldo Guayasamín.

Lo admiro por su apego a la verdad, a la honradez sin límites, a su ejemplo, y exageradamente lo admiro cada vez que se iluminan sonrisas en mis hijos. (Carlos Manuel Mederos Guerrero)

Ordene, Comandante

De Fidel admiro su consecuente proceder durante toda la vida; su apego a la ética y a los principios; que haya seguido una misma línea desde que era un joven estudiante hasta hoy; el desinterés personal; la entrega total por los cubanos y la solidaridad con otros pueblos del mundo. (…) Comandante en Jefe, ¡Ordene! (Ariel Expósito Seleme)

Promesa cumplida

Lo que más admiro de Fidel es su desprendimiento por lo material, el amor a los niños, sus acciones por nuestro país y por las demás naciones. Todo lo que él hace es maravilloso. (…) Recuerdo la siguiente anécdota: yo hice la promesa de que cuando la Revolución triunfara tenía que darle un abrazo y un beso. Así que un día una amiga me llamó a la casa de Miramar donde yo trabajaba cuidando niños y me dijo dónde se encontraba el Comandante. Entonces me vestí y me fui a verlo. Me acerqué a unos compañeros que cuidaban la entrada y ellos me preguntaron qué deseaba. Yo les pregunté que si había posibilidad de saludar al Comandante y les conté cómo y por qué había llegado hasta allí. Uno de ellos me dijo: «Espere aquí». Al rato volvió y me llevó a donde estaba el Comandante. Me quedé esperando unos minutos hasta que lo vi salir. Estuve tan emocionada que lloré muchísimo. El Comandante me decía que no llorara y me dijo: «Venga acá», me dio un beso en la mejilla y un abrazo. Yo le di un beso en la frente. Actualmente tengo 70 años y no pierdo la esperanza de verlo de nuevo en persona para darle otra vez ese abrazo y ese beso que le di al triunfo de la Revolución. (Danis Solano González)

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