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Hospital en emergencia

A las dos de la madrugada y tras los azotes de un huracán, un incendio en una instalación hospitalaria con 235 ingresados, de ellos diez con ventilación mecánica, seis en terapia intensiva y cuatro en la intermedia, no es cosa de juego. Por esa prueba tuvieron que pasar en el hospital docente clínico quirúrgico Faustino Pérez, de Matanzas

Autor:

Hugo García

MATANZAS.— No son fenómenos esperados, menos cuando sorprenden en medio de la madrugada y de todas las tensiones y contratiempos que deja como secuela el paso de un huracán como Irma.

En la madrugada de este martes un incendio en un grupo electrógeno del hospital docente clínico quirúrgico Faustino Pérez provocó un apagón en ese centro.

Lo que estaba en juego era la salud de los 235 pacientes hospitalizados, de ellos diez con ventilación mecánica, seis en terapia intensiva y cuatro en la intermedia.

No era sencilla la situación a la que se enfrentaban José Ernesto Hernández Guerra, director del hospital, junto a su equipo de dirección y especialistas, aunque la unidad es tan salvadora como cualquier buena terapia o medicamento. Y esa fue la reacción tanto del colectivo de trabajadores, como de los acompañantes y pacientes.

«Durante todas las fases emitidas por la defensa civil el hospital mantuvo su vitalidad, hasta que una avería ocurrió en el grupo electrógeno uno, donde se desató un incendio que afectó seriamente, reconoció José Ernesto.

«Lo primero fue la activación de todo el personal que estaba en el hospital, para trabajar paciente a paciente, y que quienes recibían ventilación mecánica no tuvieron problemas, pues nuestros ventiladores y monitores tienen baterías», aseguró el directivo.

Otro comportamiento, aunque esperado no menos sorprendente, fue la movilización espontánea de los estudiantes, quienes se presentaron para ayudar, todo lo cual permitió trabajar intensamente y con rapidez.

Se contaba con la ventaja de que el oxígeno no se afecta frente a este tipo de apagón, porque los equipos trabajan con manómetros mediante presiones.

Madrugada en intensiva

La doctora Magalis Chaviano Moreno, directora provincial de Salud, puntualizó que el incidente se produjo alrededor de las 2:05 de la madrugada, e inmediatamente el Consejo de Defensa Provincial en pleno procedió a utilizar todos los medios disponibles en la provincia para darle solución, fundamentalmente protegiendo las áreas vitales del hospital, las terapias intensiva e intermedia.

«Todo funcionó bien, ya a las 6:00 a.m. teníamos vitalidad en los servicios de terapia intensiva e intermedia, en los salones de operaciones y el cuerpo de guardia», puntualizó Magalis.

«Se precisó trasladar dos pacientes, uno de ellos para Cárdenas y otro hacia el Hospital Militar Mario Muñoz, porque eran los que más peligro presentaban para sus vidas, pero los demás se atendieron sin ninguna dificultad con el equipo médico y de enfermería a su lado, y con el resto del equipamiento necesario», dijo la Directora provincial.

También se garantizó, de manera emergente, suplir la avería eléctrica con la movilización de tres grupos electrógenos que dieron cobertura al sistema de gases y de vacío del hospital y a las áreas de atención al paciente grave.

«Los equipos de ventilación funcionaron con sus baterías y no hubo ninguna dificultad para atender a los pacientes. La respuesta de los trabajadores fue excepcional, primero por el comportamiento del personal médico y de enfermería y el resto de los trabajadores del hospital, los paramédicos, el personal de emergencia de las ambulancias, el sistema de emergencia movilizado en pleno, y realmente con una actitud decisiva para tratar a los pacientes

«También fue excepcional la respuesta del Consejo de Defensa Provincial, que con toda su capacidad y sus grupos activados, el de Energía, el de Agua,  Construcción y Transporte, se movilizaron en función de resolver esta situación, lo cual requería de camiones, grúas y grupos electrógenos», reconoció Magalis.

«La respuesta de todos ha sido vital, lo que demuestra que cuando estamos unidos podemos resolver cualquier problema por más difícil que sea», exaltó.

El joven médico Enríque Rodríguez García, especialista de primer grado en cuidados intensivos y emergencia y jefe de la sala de cuidados intensivos, demostró, junto a su colectivo, profesionalidad en un momento crítico.

Con 29 años de edad y seis como médico, este joven insiste en que la unidad fue fundamental para que todo transitara sin problemas.

«Los dos pacientes trasladados se encontraban en horas de la mañana con todos los parámetros requeridos estables desde el punto de vista hemodinámico y respiratorio, mientras que el resto de los muy graves siguen en las mismas condiciones que estaban antes del incendio», confirmó.

En el momento inicial fue un poco traumático, con enfermeros al lado de cada paciente, pero todo salió bien ante esta alarma, resaltó Enríque.

Grupo electrógeno averiado.

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