Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Educador penal: el arte de acompañar y salvar

Diversas variantes profesionales permiten que jóvenes, motivados por los principios éticos de la Revolución, ingresen al Sistema Penitenciario Cubano para atender a los reclusos y lograr su mejoramiento y crecimiento como seres humanos y su reinserción social

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

LA madre de Yarairis Pérez Capote aún no entiende bien el trabajo de su hija y en no pocas ocasiones le ha confesado sus temores. Imagina que ella, con 25 años, se expone a situaciones peligrosas porque trabajar en una prisión no es cosa de juego.

La joven, egresada como Licenciada en Derecho del Instituto Superior del Ministerio del Interior Capitán Eliseo Reyes Rodríguez, ya tuvo sus primeras experiencias como jefa de colectivo en un establecimiento penitenciario para mujeres.

«Y créeme, es más difícil que trabajar con los hombres. Pero me alegro de haber tenido esa oportunidad pues aprendí mucho, me gané el respeto y fomenté la disciplina y la educación. Luego he aplicado las mismas técnicas con buenos resultados en el Combinado del Este, donde trabajo ahora como Oficial del Registro Legal», expresa Yarairis.

Un jefe de colectivo es el oficial que interactúa todo el tiempo con los internos y logra que ellos se sientan respaldados para aclarar sus dudas con relación a su situación legal, la frecuencia de las visitas, la asistencia médica, entre otros beneficios, sobre todo «hay que velar por sus condiciones de vida y estimularlos a ser mejores personas», comenta.

La teniente Edileydis Speng Kesell lleva alrededor de tres años como jefa de colectivo en el mismo centro que Yarairis, y reconoce que, aunque no ha sido fácil, le es muy gratificante encontrarse en la calle con algún interno que disfruta de su libertad condicional o de su salida definitiva de la prisión, convencido de que no quiere volver ahí.

«Es impactante llegar y tener ante ti a 140 hombres, cada uno con sus problemas, queriendo que tú seas la persona que les ayudes a resolverlos. Tú sabes que están ahí por un error y como seres humanos, tienen la oportunidad de rectificar y salir adelante, y tu misión es acompañarlos en ese sentido, y tratar de que comprendan que no deberían, por su propio bien, incurrir de nuevo en un hecho delictivo», afirma.

Le temblaban las piernas en el primer momento pero se sentía fuerte y dispuesta a cumplir con su tarea. «Hay que arriesgarse, nosotros también podemos equivocarnos, pero ante todo nuestra intención es salvar de la equivocación a quienes tienen derecho a reincorporarse a la vida en sociedad».

BENEFICIOS DE UNA RUTA

Esas personas privadas de libertad por motivos disímiles no están solas. Con ellos interactúan todo el tiempo profesionales dispuestos, con elevada sensibilidad y capaces de trabajar en su entorno, capacitados para acompañarlos en todas sus dinámicas, como las tenientes Edileydis y Yarairis.

Ello lo confirma el coronel Tomás Gabriel Vargas Díaz, jefe del Departamento de Tratamiento Educativo de la Dirección de Establecimientos Penitenciarios, quien refiere que nuestro país, después del triunfo revolucionario, heredó un sistema carcelario propio del capitalismo, en el que los reclusos no gozaban de ninguna garantía jurídico-penal y convivían en condiciones deplorables.

En la actualidad, explica, quienes cumplen una sanción penal son beneficiados por un intenso proceso de transformaciones, en el que es importante incorporarlos al trabajo socialmente útil y remunerado con fines educativos y hacerlos partícipes y protagonistas de actividades de carácter artístico, cultural y deportivo.

Vargas Díaz precisa que en todos los establecimientos y centros penitenciarios existen escuelas adscritas al Ministerio de Educación, y a través de ellas muchos han alcanzado el nivel básico y medio superior, y no pocos se han graduado de especialidades universitarias.

«De conjunto con los organismos del Estado se imparten cursos de oficios, que les permiten incorporarse al trabajo desde el internamiento y prepararse para su libertad. En el caso de los que egresan de manera anticipada, es un requisito que al menos dominen un oficio», explica.

«Los jóvenes que se sientan motivados a ingresar al Sistema Penitenciario Cubano pueden hacerlo a través de las convocatorias para el curso de Educadores penales, Oficiales del Sistema Penitenciario y de cadetes para la Licenciatura en Derecho en la especialidad de Educación penal.

«Los que no poseen el duodécimo grado, tienen la posibilidad de continuar estudios hasta ingresar en la Universidad y los universitarios pueden continuar superándose con posgrados, maestrías y doctorados», explica Vargas Díaz.

—¿Qué requisitos exige el proceso selectivo para el ingreso a la Dirección de Establecimientos Penitenciarios?

—Lo esencial es estar apto física y mentalmente, tener una adecuada conducta social y obtener buena puntuación en las evaluaciones sicológicas y el chequeo médico. Si se aspira al curso de Educador penal se requiere tener entre 18 y 35 años, ser graduado de noveno grado o de una especialidad en Técnico Medio en el caso de las mujeres.

«Para optar por el curso para Oficiales se requiere el mismo rango de edad y duodécimo grado pero en el caso de los hombres que no hayan transitado por el Servicio Militar Activo, se le convalida si cumple el término establecido de permanencia en el Ministerio del Interior.

«Los que aspiren al curso de cadetes deben tener vencido el duodécimo grado, tener 85 puntos de promedio general en décimo y onceno grados y tener entre 18 y 22 años de edad

«Los egresados de cualquiera de estos cursos deben contribuir a garantizar el cumplimiento de la sanción penal impuesta por los tribunales, al orden y disciplina de la población penal, asegurar el régimen penitenciario, los derechos y deberes de los privados de libertad. Deben también brindar un tratamiento educativo para lograr el mejoramiento humano y la reinserción social de estas personas».

La teniente Edileydis Speng Kesell, jefa de colectivo, insiste en la necesidad de trabajar con rigor para evitar la reincidencia en el delito.

Para informarte

Los interesados deben acudir a la Oficina de Selección de la Dirección de Establecimientos Penitenciarios del Ministerio del Interior, sita en calle 15 esquina a K, en el Vedado capitalino, o en las oficinas de selección en sus provincias de residencia. Además, los teléfonos 7-8583455 y 7-8583479 están disponibles para aclarar cualquier duda.

Reinserción social también  en nuestro Proyecto de Constitución

El Proyecto de Constitución de la República de Cuba —que hasta el próximo 15 de noviembre se somete a consulta popular— de manera singular destaca el desarrollo de una amplia gama de derechos a tono con los instrumentos internacionales de los que en esta materia Cuba es parte.

Así, se resaltan los derechos relativos a la defensa, el debido proceso y la participación popular y se reformulan los económicos y sociales, en particular el de la salud y la educación, los que se mantienen como función del Estado y con carácter gratuito, aunque se prevé que la ley defina otras cuestiones vinculadas a los mismos.

En el Título IV: Derechos, deberes y garantías, en especial el Capítulo II, Derechos individuales, Artículo 51, se destaca que el Estado favorece en su política penitenciaria la reinserción social de las personas privadas de libertad, garantiza el respeto de sus derechos y el cumplimiento de las normas establecidas para su tratamiento en los establecimientos penitenciarios.

 

Fotos Relacionadas:

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.