Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Una leyenda camina por las montañas de Cuba

El libro Ramón Paz Borroto: en la forja de una proeza devuelve a los cubanos a uno de los héroes más valientes; pero, contradictoriamente, menos conocido en nuestro país

Autor:

Luis Raúl Vázquez Muñoz

CIEGO DE ÁVILA.— Había tensión en el monte. Un puñado de combatientes del Ejército Rebelde se deslizó por el trillo de la montaña. Venían sudados, con la ropa llena del olor a pólvora y jadeaban por el andar rápido entre las rocas y las raíces de árboles inmensos de la Sierra Maestra. En sus oídos retumbaba el sonido de los disparos; pero lo más grande era la tensión.

Un hombre delgado, de barba negra y abundante, se metió en el centro del grupo. Era el jefe. Llevaba gorra y cuando se la quitaba para secarse el sudor, sus compañeros podían distinguir el inicio de una calvicie en la frente, que nunca llegaría a cubrir el cráneo. Al hombre le quedaba apenas un mes de vida; pero nada en él indicaba temor o el sobrecogimiento del final.

Antes de morir, ese hombre entraría en la inmortalidad, sobre todo en las próximas horas, con lo que estaba a punto de hacer. Cualquier militar diría que lo que ocurriría a continuación fue una locura. Un sinsentido condenado al fracaso: media docena de hombres se enfrentará a un batallón de soldados, bien equipados con ametralladoras pesadas y morteros.

«Escuchen bien —debió decir el jefe controlando la respiración—. Vamos a salir ahora corriendo. El primero que llegue, se atrinchera y apenas vea el primer guardia empieza a tirar. El segundo en llegar hace lo mismo y así hasta que estemos todos. No esperen a nadie. Disparen en seguida… ¡Arriba, vamos! ¡Denle!».

El monte se tragó el ruido de los pasos. El silencio regresaba en una quimera de tranquilidad en la que ni siquiera las aves volaban. Unos minutos después sobre las montañas retumbaban los disparos y las explosiones. Y en la Sierra Maestra una nueva leyenda surgía. La de Ramón Paz Borroto.

II

En una oficina pequeña y repleta de libros, Cecilio Jiménez Marroquí pone en orden unos documentos. Cecilio es mayor retirado del Ministerio del Interior, vicepresidente de la filial provincial de la Unión de Historiadores de Cuba y jefe de la Secretaría del Trabajo Patriótico-Militar-Internacionalista de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC) en Ciego de Ávila.

Pero la razón de la entrevista es otra. Se trata del libro Ramón Paz Borroto: en la forja de una proeza, del cual es autor junto con Alberto Alvariño Atiénzar y Milderth Álvarez Pérez, que bajo el sello de Ediciones Verde Olivo y con prólogo del General de Ejército Raúl Castro Ruz, aborda la vida de una de las personalidades más importantes en la lucha armada contra la dictadura de Batista; pero, contradictoriamente, poco conocida y más cuando se compara la envergadura de sus acciones.

«Esa decisión de Paz Borroto —cuenta Cecilio— de detener el Batallón 18 del comandante José Quevedo con un puñado de hombres, y más de la manera en que lo hizo, en el combate de La Caridad, el 20 de junio de 1958, en plena Ofensiva de Verano de la dictadura contra el Ejército Rebelde es extraordinaria. Quevedo había logrado evadir la emboscada de Paz y el capitán Andrés Cuevas.

«La situación se volvió muy grave. El camino estaba abierto hacia la comandancia de Fidel, en un momento en que las fuerzas de la tiranía dominaban un frente de cinco kilómetros. Paz se da cuenta de que han burlado la emboscada y de la gravedad de la situación. Por eso actuó de esa manera. De cierta forma, el fracaso de la Ofensiva de la dictadura tuvo parte de sus inicios con esa acción. Esta le abrió el paso a la batalla de El Jigüe. Fidel después mandó una carta en la que decía que Paz no imaginaba el valor que había tenido haber rechazado a los guardias por ese camino».

III

Cecilio Jiménez Marroquí llevaba años investigando sobre la vida de Ramón Paz Borroto. Todo comenzó en 2013, cuando un amigo, el escritor Félix Sánchez Rodríguez, premio Alejo Carpentier en cuento en 2018, le pasó los apuntes que había acumulado sobre la vida del comandante rebelde. Uno de los puntos de interés era que Paz había nacido en Morón.

«De Paz se sabía muy poco —reconoce el investigador—. En la ACRC y en el Museo Provincial de Historia solo había una paginita, unos datos dispersos en alguna publicación; pero en lo poco que había, llamaban la atención los rasgos de audacia y la confianza de Fidel. Por eso desde un inicio teníamos una pregunta: ¿quién era realmente ese hombre?».

En el número nueve del Cuaderno de Historia Avileña, Cecilio publicó un artículo, en coautoría con Yenny Acosta Barrios, en el que se abordaba la trayectoria de Ramón Paz Borroto desde líder sindical hasta que alcanzó los grados de comandante del Ejército Rebelde.

«Después vino un impasse, hasta que en 2016 el compañero Alberto Alvariño Atiénzar viene a Ciego de Ávila para investigar sobre la vida de Onelio Hernández Taño. Le hablé sobre Paz Borroto y él me dijo que también tenía datos sobre Paz. Le enseñé lo que tenía y acordamos trabajar de conjunto. Después se sumó Milderth, pero quien dirigió el trabajo y le dio una estructura a la investigación fue Alvariño».

IV

«¿Qué encontramos nuevo en la investigación?», dice Cecilio. Bueno, por mediación de su hermana Lidia se esclareció que Ramón Paz Borroto nació no en Morón, sino en Ciego de Ávila, a las 6:00 a.m. del 31 de agosto de 1924 y no el 31 de diciembre de 1924, que es como aparece en los documentos. En ese momento la familia vivía en Morón; incluso Sara, la madre, es de esa ciudad. Lo que pasa es que ella vino a Ciego a parir.

«En el libro existen una serie de detalles sobre la familia. Lo que sí se debe dejar claro es que Paz vivió dos años en Morón. Por eso cuando le preguntaban de dónde era, él respondía: “Soy camagüeyano”; porque Morón entonces formaba parte de Camagüey. En 1926 los padres deciden trasladarse a la zona de Yara, donde la madre tenía familia. En esa zona ocurre la formación definitiva de Paz».

—¿Cuál es el origen del carácter tan temerario de Paz Borroto?

—Te voy a dar un detalle: Ramón peleaba de pie y usaba dos armas. Una de las explicaciones se puede encontrar en su labor como líder sindical en las minas de Charco Redondo. El enfrentamiento con los capataces y los burgueses de la zona lo endurecieron. El hombre que sube a la Sierra es un individuo fogueado, con capacidad de liderazgo, y que conoce a la gente y lo que puede dar.

—El Che decía de Paz que era un poco duro, a veces, pero lo calificaba como el mejor capitán del Ejército Rebelde. ¿Por qué Ramón Paz alcanza prestigio tan rápido?

—Alvariño y Milderth realizaron muchas entrevistas a los combatientes y personas cercanas a Paz. La información recogida indica que era una persona con varios rasgos en su personalidad, que al conjugarse daban a un individuo que podía sobresalir en condiciones límites. Era un hombre tenaz y temerario, tomaba decisiones rápidas y no decía que no a nada. Fíjate, él llega de soldado en noviembre de 1957 y en febrero de 1958 ya es mencionado en el segundo combate de Pino del Agua cuando se destruye el refuerzo enviado por el Ejército por una emboscada dirigida por Ramón y otros oficiales del Ejército Rebelde.

—¿Fidel descubre a Paz en la Sierra?

—Fidel conocía a Paz desde el llano. Ramón es de los compañeros que organiza el Movimiento 26 de Julio en las minas de Charco Redondo, y estimamos que no sube a las lomas en febrero de 1957, como indicó Frank País, después de estar 14 días preso, porque es la persona que suministra la dinamita a la Sierra. Pero aquí hay otro detalle. Paz Borroto llega a las montañas con un prestigio de dirigente sindical, pero no le dan grados. Se los tiene que ganar en combate.

«En el libro se brinda información que permite entender la confianza que llegó a existir entre Fidel y Paz Borroto. Yo digo que es importante valorar los mensajes y ubicarlos en el contexto tan difícil de la Ofensiva de Verano. Hay un momento en que Paz le pide a Fidel órdenes, pero que sean órdenes para pelear. Invito a mirar esa correspondencia, y por ahí se entenderá porqué el Comandante en Jefe siempre tuvo muy presente a Ramón Paz Borroto a lo largo de toda su vida, incluso en los momentos más difíciles».

 

Ramón-Paz-Borroto. Foto Tomada del sitio de la Mesa Redonda de Cubadebate

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.