Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Las reservas subjetivas que pueden salvarnos

En medio de la compleja situación que vive el país, los jóvenes reiteran su compromiso de apoyar a la Revolución, y refieren que debemos convertir el revés en victoria, crecernos en todos los sentidos, ser más humildes e innovadores, y sentir con nuestro corazón el dolor ajeno para pensar como país

Autor:

Marianela Martín González

Con una jaba cargada de artículos de primera necesidad, me encontré por una de las arterias capitalinas a Rosa María Hernández Rodríguez. La joven sicóloga me dice empapada de sudor que viene caminando de la tienda Carlos III y que todavía le queda buen tramo, pues vive en Tulipán. Sin embargo, no se queja cuando le pregunto por la situación energética que ahora mismo vive el país.

Sin titubear responde que hasta los peores momentos tienen filones positivos: «No sé qué tiempo hacía que no caminaba tanto. Eso es bueno para la salud. No creo que un anciano pueda hacerlo, pero los jóvenes sí, y al final redunda en beneficio».

Asegura que hay que apoyar al Presidente cubano, quien quiere lo mejor para el pueblo. «Hay que apoyarlo dándonos todos los días, quitando obstáculos y tendiendo manos, quitando a todo el que desvirtúa los programas y sueños de una nación.

«Es un paliativo hoy que los carros estatales recojan a los ciudadanos, pero eso no debe ser coyuntural. Debe estar entronizado permanentemente en la conciencia de esos que viajan vacíos, o con sus familiares como copilotos y no le dan un lugar al “hermano” que está varado en la calle y a veces no tiene para pagar un taxi.

«Creo que vamos a fortalecernos en estos días duros que no nos merecemos, porque el cubano es de tender mano a todos los confines de la Tierra. Si alguna lección sacaremos de la maldad de la administración de Donald Trump es que hay reservas de solidaridad, de ahorro, de bondad, de vergüenza y combatividad a lo mal hecho que subyacen y son fuentes de riqueza para que vivamos mejor», afirma.

Rosa María asegura que Díaz-Canel esgrime un concepto que a ella le gusta mucho: sacar la belleza en cada momento. «Esa belleza que es intangible y no viene de otro lado que no sea del corazón. Esa belleza no es otra cosa que, como dijera Fidel, tratar a los demás como quisiéramos que nos trataran. Es sacar lo mejor de nosotros para sacar de aprietos a nuestros semejantes. Debemos remolcarnos unos a los otros ahora y siempre.

«Debemos servirnos sin que don Dinero medie, sin que nos aprovechemos de las necesidades. Si hacemos eso, la coyuntura y la tensión permanente en que nos tiene el bloqueo yanqui será menos cruel, menos desgarradora. Será una crisis que dará la oportunidad del desarrollo humano en toda su magnitud».

Hay que sentir como país

Los acontecimientos recientes impactan en el pueblo, que se ajusta a las medidas circunstanciales adoptadas por la máxima dirección del Estado y del Gobierno para que el país no se detenga.

Así piensa el joven abogado Alan González Consuegra, quien asegura que la principal responsabilidad de la situación actual la tiene Donald Trump y su administración. Lo complejo del momento nos tiene que servir de experiencia sobre cómo debemos proyectarnos a la hora de dirigir la economía del país.

«Todos los que ostenten cargos de dirección deben ser previsores a la hora de elaborar o implementar políticas y decisiones administrativas, y hacer un uso eficiente de los recursos financieros y humanos a su disposición, y de forma proactiva y creativa.

«Vivimos un mundo complejo y cambiante. Estamos obligados a pensar bien todo, a ser innovadores. En la medida en que fortalezcamos nuestra economía con nuestras potencialidades, estaremos mejor preparados para enfrentar situaciones como estas en el futuro», dice.

González Consuegra considera acertada que nos convoquen a pensar como país. Entretanto se cuestiona: «¿Pero cómo pensamos como país? Esa es la cuestión. No podemos desarrollarnos con estrategias ni soluciones coyunturales “cortoplacistas”. Es cierto que la actual situación lo impone, pero si queremos salir de ella y lograr una relativa estabilidad hay que ser consecuente con los documentos programáticos del Partido, interpretándolos y aplicándolos».

Subraya que no podemos continuar esperando que las iniciativas vengan «desde arriba». «Los inmóviles, los oportunistas con poder que obstaculizan el desarrollo de la nación y las políticas del Gobierno que preside Díaz-Canel le hacen más daño al país. Esos deslegitiman el esfuerzo de muchos.

«Todos, desde un funcionario de alto rango hasta el más sencillo trabajador, tenemos que mirar al prójimo con amor, con solidaridad, ponernos en su piel, y eso va desde un simple gesto de cortesía en una cola, hasta evitar aplicar una medida fácil que afecte a un sector de la población. Tenemos que reconocernos como cubanos, hermanos todos, diferentes, con nuestras realidades, pero hijos de esta tierra y con las mismas ganas y sueños de impulsar un mejor país y un mejor futuro.

«Tengo confianza en el porvenir de Cuba porque son muchos los cubanos de buen corazón que la sueñan y que velan por su bienestar. Ante la coyuntura actual debemos convertir el revés en victoria, crecernos en todos los sentidos, ser más humildes e innovadores, pero, sobre todo, sentir con nuestro corazón el dolor ajeno para también poder sentir como país».

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