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Turismo sin bajar la guardia

El Hotel Nacional de Cuba, institución insigne de la hotelería cubana, extrema las medidas higiénico-sanitarias para evitar la propagación de la COVID-19

Autor:

Monica Lezcano Lavandera

La tranquilidad en los pasillos atrae la atención. El Hotel Nacional de Cuba —habitualmente colmado de turistas— muestra hoy una realidad atemperada a los tiempos de una pandemia. Pero la disminución de la ocupación de este centro turístico no es motivo para descuidar las medidas de higiene y protección, por el contrario, cada día se extreman los cuidados y se realizan todas las acciones correspondientes para evitar la propagación del nuevo coronavirus.

Así lo afirma su director general, Antonio Martínez, quien destaca como máxima del hotel la protección de la salud tanto de los visitantes como de los trabajadores. «Desde la puesta en marcha en el país de los planes de enfrentamiento a la COVID-19, en el hotel existe una vigilancia activa sobre todas las personas que a diario llegan a nuestras instalaciones».

Un servicio médico las 24 horas del día, que cuenta con una doctora y cuatro enfermeras, posibilita la rápida actuación ante cualquier caso sospechoso. De igual manera, refiere el directivo, el personal en general se encuentra debidamente preparado para cuidar su salud y para orientar a los huéspedes en caso de cualquier duda  necesidad.

«Nuestros trabajadores son conscientes de que su participación es vital para la detección de algún enfermo, por lo que se mantienen en constante atención para detectar cualquier síntoma», expresó.

Desde la recepción, precisó, las carpeteras preguntan a los visitantes sobre los últimos viajes realizados o por si presentan algún síntoma, sin perder la afabilidad y el respeto que caracteriza a esta institución.

La prevención también ha llegado hasta los restaurantes, donde hemos distanciado las mesas y privilegiado aquellos espacios al aire libre, hasta la realización de actividades recreativas. «En el hotel estamos tomando todas las medidas orientadas por el Ministerio de Turismo y la dirección del país, para tratar de controlar la expansión de esta pandemia en nuestro país», resaltó el director general.

Prevención: tarea colectiva

Cada uno de los trabajadores del Hotel Nacional de Cuba desempeña un rol fundamental en la prevención del nuevo coronavirus. «Tanto la camarera, que identifica si el huésped se siente enfermo o ingiere medicamentos para la fiebre, como el resto del personal que puede avistar la presencia de tos o dificultad para respirar, conocen los procedimientos para aislar al cliente y asegurarse de que reciba una correcta atención de salud», explicó Niurka Figueredo, doctora de la institución.

«Como parte de las medidas tomadas, existen ya en el hotel dos habitaciones de aislamiento y se realizan pesquisas activas diariamente tanto a clientes como a los trabajadores», comentó.

La doctora también indicó que, aunque hasta el momento no han detectado a ningún sospechoso de la enfermedad, cuentan con todos los medios de protección necesarios, y que están provistos de sustancias para la desinfección como el hipoclorito de sodio, muy útil en áreas donde se realiza la manipulación de bebidas y alimentos.

No por sabida su importancia, se deja de insistir en las medidas higiénico sanitarias como el lavado de manos y el distanciamiento entre personas, entre otras, recalcó.

«Aquí me siento segura»

A pesar de la baja ocupación debido a la cancelación de vuelos y la disposición de cuarentenas en diversos países del mundo, el Hotel Nacional de Cuba sigue siendo espacio de lujo para disfrutar de la estancia en nuestro país. Por tal razón, los visitantes cooperan con las pesquisas diarias, y agradecen las precauciones que se toman en el país.

Turistas como Janne Touminen y Henrik Korhonen, de Finlandia, agradecen la preocupación por su estado de salud que han mantenido los trabajadores del hotel, y reconocen la necesidad de estas medidas rigurosas en los tiempos actuales.

«Aquí me siento segura, porque sé que en Cuba la atención  médica es maravillosa», refirió la británica, Terri Tipler, quien agradeció al gobierno cubano por la ayuda prestada a los cruceristas del MS Breamar, luego de haberle sido negada en otras naciones del Caribe. «Este fue un gesto admirable, que demuestra la solidaridad de Cuba con el mundo. Considero que a partir de ahora Cuba y el Reino Unido estrecharán sus lazos de amistad», expresó.

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