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Nueva historia en Cabaiguán

Con más de 20 casos positivos a la COVID-19, este municipio espirituano presenta la situación epidemiológica más compleja de la provincia, por lo que se vive con restricciones para evitar la propagación

Autor:

Lisandra Gómez Guerra

CABAIGUÁN, Sancti Spíritus.— Saily Pérez Hernández asegura que jamás olvidará cuando anunciaron frente a su casa que a partir de ese momento nadie entraba ni salía de su zona. Como ráfagas, golpearon en su mente interrogantes de todo tipo. Sabía que a partir de ese instante se convertía «en una de las protagonistas de una historia estresaste, pero necesaria para acabar con la COVID-19», como insiste en decir después de tres semanas sin poder asomarse ni a la puerta de su vivienda.

Ella, como el resto de sus vecinos de la zona del Naranjal, uno de los tres cuadrantes del municipio espirituano de Cabaiguán que permanece en cuarentena, ha sido testigo del cambio en las rutinas de su comunidad. Mas nadie ha precisado violar lo establecido para seguir el ritmo de la vida puertas adentro de sus hogares.

«No creo que algún vecino tenga criterios desfavorables. No hemos estado solos. Frente a la zona han estado el director de Etecsa en el territorio, como máximo responsable en representación del Gobierno, el delegado y líderes de las organizaciones de masas. Cuando en los primeros días no nos llegó el detergente, enseguida se movilizaron y ya lo tenemos», cuenta esta ama de casa cabaiguanense.

Justo en otro extremo de la pequeña ciudad surcada por la Carretera Central, reside Ilián Verónica Gutiérrez González. En el Reparto Canario las horas parecen infinitas y cada día trae nuevas lecciones de resiliencia.

«Acá tenemos dos mensajeras que llegaron por la Federación de Mujeres Cubanas, (FMC). Ellas traen todos los productos de la canasta básica y los que han priorizado para las zonas en cuarentena la Corporación Cimex, Acopio y Comercio.

«Igual es meritoria de destacar la labor de los compañeros del Ministerio del Interior, (Minint), quienes no abandonan la zona para evitar que alguien incumpla con la disposición de no salir. Ni al portal nos dejan salir, aunque tengamos nasobucos», refiere Ilián, mientras cuenta las horas para ver, aunque sea desde lejos, a su abuela.

Ambas cabaiguanenses reconocen la disciplina de sus vecinos, aunque saben de gente que ha intentado sortear las estrictas medidas, y también de quienes en otras partes de la localidad participan en aglomeraciones para comprar en las tiendas recaudadoras de divisa o de adultos mayores que transitan por las calles sin necesidad.

Decisiones vitales

Cuando, en un abrir y cerrar de ojos el municipio de Cabaiguán sumó una veintena de casos positivos al SARS-COV-2 y un elevadísimo número de contactos con ellos, el Consejo de Defensa Provincial de Sancti Spíritus decidió, junto con su homólogo en este municipio, decretar cuarentena para tres zonas urbanas y dejar una en restricción.

Precisamente en esa última, con algo más de libertad de movimiento, vive Dayamic Muñoz, quien mediante su cuenta personal de Facebook cuenta diariamente como se sobreponen a esta compleja prueba.

«Junto al delegado, que es joven, se han sumado otros estudiantes y trabajadores muy saludables para acercarnos los productos básicos hasta las casas. A diferencia de las zonas de cuarentena, aquí hay personas autorizadas a entrar y salir. El Presidente del Consejo de Defensa Municipal y el Intendente nos visitan con frecuencia para conocer cómo estamos. Todos los vecinos nos hemos empeñado en ganarle la batalla a la pandemia con disciplina y solidaridad», relata esta trabajadora de la biblioteca del territorio.

En Cabaiguán además se restringió para todo el pueblo el movimiento después de las siete de la noche, se han limpiado las calles con agua clorada y se exige carta de autorización para los autos estatales que laboran en tareas imprescindibles. El transporte particular que circula por motivos muy justificados (como turnos médicos y compra de medicamentos, entre otras razones), debe portar un documento emitido por el Presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular si es dentro de la provincia, y por el grupo provincial del transporte si viajará fuera de territorio espirituano.

De acuerdo con reportes de la Emisora La Voz de Cabaiguán, cada persona que viaja a otras provincias, al regresar permanece en régimen de aislamiento domiciliario y es sometido al examen de test rápido para descartar la presencia de la enfermedad.

Sin tiempos para la modorra

El despertar en otra de las zonas de cuarentena, ubicadas muy cerca del parque cabaiguanense, llega con la visita de la doctora del consultorio cercano. Cuenta Mario Luis López Isla que ella, junto a estudiantes de Ciencias Médicas y la enfermera, no le han perdido el rastro a ninguno de sus pacientes.

«Terminamos el ciclo del Prevengho-Vir y no nos ha faltado nada de lo necesario para sobrevivir. Incluso nos han traído las medicinas para controlar la presión arterial», refiere López Isla, quien lidera la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en ese territorio e impulsó la idea de que la Refinería Sergio Soto acompañara con su pito los aplausos de las nueve de la noche.

Justo en estos días de cuarentena ha aprovechado bien las horas junto a su esposa para que el tiempo y la añoranza por la nieta más pequeña pasen rápido.

«Publicamos en Facebook facetas de la historia del municipio. Convocamos a nuestros escritores a donar libros a los centros de aislamiento porque, aunque no pienso salir hasta que esto termine, tenemos que ser útiles desde casa», refiere el también presidente de la Asociación Canaria en el municipio.

A fin de que todo este mal tiempo pase rápido, cada uno de los vecinos teje su propia cotidianidad, a pesar de la situación epidemiológica que viven, la más compleja de Sancti Spíritus, que ha obligado a poner en cuarentena más de 600 viviendas y cerca de 1 680 personas.

La vida continúa en Cabaiguán, aunque un tanto diferente, con perímetros que frenan el paso, un paseo de frondosos árboles prácticamente vacío y sin el bullicio del tránsito habitual por la Carretera Central, pero con la confianza de que su perseverancia hará que la COVID-19 pronto sea parte de su historia.

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