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Obtenida en 2020 la mayor cifra de embarazos desde la existencia del Programa de Atención a la Pareja Infértil

Durante el recién finalizado año, 25 mil 574 parejas infértiles recibieron tratamiento en  las consultas de infertilidad a nivel municipal, y se lograron 4 mil 894 embarazos, el 70 por ciento de los obtenidos en toda la red de servicios

Autor:

Minsap

Para el Programa de Atención a la Pareja Infértil el 2020 resultó un año de buenos resultados, pues se lograron 7 027 embarazos, la mayor cifra alcanzada a partir de su creación en 2016, y a pesar de las limitaciones financieras debido a las restricciones económicas por parte del gobierno de Estados Unidos y la inmovilidad social decretada por la pandemia de la COVID-19.

En Cuba, desde el 2018 se han identificado  166  mil  631  parejas infértiles y en el recién concluido 2020 hubo una incidencia de 25 mil 409, aunque  lamentablemente 4  mil 832 expresaron que no deseaban recibir tratamiento.

Del universo total, es decir, 161 mil 799 parejas, entre 2018 y 2020 se atendieron por primera vez en las consultas municipales unas 160 mil 813, lo que se traduce en el  99,3 por ciento.

Durante el recién finalizado año, 25 mil 574 recibieron tratamiento en  las consultas de infertilidad a nivel municipal, y se lograron 4 mil 894 embarazos, el 70 por ciento de los obtenidos en toda la red de servicios. Ello demuestra las potencialidades de resolver la infertilidad cuando se acude oportunamente al primer nivel de atención.

Sin embargo, aún persisten deficiencias organizativas para garantizar la referencia asistida de las parejas hacia otros niveles de atención, para lo cual se continúan adoptando medidas que conlleven a la reducción de la brecha entre parejas atendidas, las que reciben seguimiento y embarazos logrados.

En el último semestre de 2020 también se avanzó en ofrecer seguimiento y aplicar técnicas a las parejas diagnosticados en 2019, pendientes debido a la pandemia.

De igual forma, a partir de acciones integradas y medidas organizativas, con diferentes comportamientos en cada una de las provincias, se garantizó la ampliación de la frecuencia de consultas y un mayor flujo de parejas hacia los servicios provinciales, donde se inseminaron 2 mil 650 mujeres  y se  priorizaron los turnos operatorios; de ahí que a ese nivel resultaran 267 embarazos más que en el año anterior.

Aquellas parejas que, por la complejidad de su causa de infertilidad, durante la atención en las consultas a nivel municipal y en los servicios provinciales no puedan cumplir el deseo de ser padres, tienen otras oportunidades en los centros de reproducción asistida de alta tecnología, donde se acumula la mayor demanda.   

En 2020, se atendieron 702 parejas en esas instalaciones y se gestaron 77 embarazos, a pesar de las limitaciones financieras. A este nivel, cada tratamiento le cuesta al país alrededor de cuatro mil dólares solo por concepto de material gastable, medios de cultivo, reactivos y medicamentos; a ello se sumó que muchas personas no pudieron trasladarse a los centros por la COVID-19.

Para el Estado cubano es una prioridad el Programa de Atención a la Pareja Infértil, tema muy sensible para las familias y que, junto a otras medidas, contribuye al incremento de la natalidad en un mediano plazo, ante una dinámica demográfica compleja sin remplazo poblacional desde hace más de 30 años.

¿Cuándo una persona debe considerarse infértil y qué hacer al respecto?

Cuando una pareja desea tener un hijo, mantienen relaciones sexuales frecuentes y después de un año no logran gestar un embarazo, deben considerar que la mujer, el hombre o ambos pueden padecer de una dificultad para lograr la reproducción humana.

Algunos investigadores consideran que cuando una mujer mayor de 35 años lleva más de seis meses con su pareja y no tienen hijos también debe considerarse infértil.

Ante esta preocupación, que afecta a miles de parejas en Cuba, el primer paso es acudir al consultorio médico, donde se les realiza un interrogatorio orientativo, examen físico y se evalúan los riesgos reproductivos, que no es más que las condiciones biológicas que afectan el proceso de la maternidad.

El  psicólogo del Grupo Básico de Trabajo les realiza, además, una evaluación psicosocial para determinar si los deseos de tener un hijo coinciden con las condiciones psicológicas para ser padres.

A continuación, el médico y la enfermera de la familia refieren a la pareja hacia uno de los policlínicos que, en cada municipio del país, cuentan con una consulta de infertilidad, donde se realizan exámenes complementarios para determinar la causa, se imponen tratamientos para aquellas condiciones menos complejas y se gestan la mayoría de los embarazos.

La consulta municipal es la puerta de entrada a la red de servicios de atención a la pareja infértil. En el caso de necesitar de interconsultas con un endocrinólogo, urólogo o genetista, estos se proyectan de los hospitales hacia la comunidad para atender de forma diferenciada a las parejas.

Las causas principales de infertilidad, por lo general, están vinculadas con infecciones cervicovaginal en la mujeres y seminal en el hombre y con déficits  hormonales, las cuales se originan por obstrucción tubárica, fibromas y lesiones uterinas en las mujeres y por insuficiente producción de espermatozoides o fenómenos anatómicos en el hombre.

El Programa de Atención a la Pareja Infértil está diseñado para que alrededor de 40 de cada 100 parejas logren su embarazo en las consultas municipales y  las restantes deben remitirse a los servicios provinciales de reproducción asistida en los hospitales maternos de cada provincia, para hacer estudios más profundos y recibir tratamientos complejos. A partir de ese momento, las parejas son sometidas a técnicas como la cirugía y la más frecuente que es la inseminación artificial.

Si después de un año la mujer, con la aplicación de hasta cuatro inseminaciones artificiales, no logra el embarazo, la pareja requiere de técnicas de reproducción asistida de alta tecnología, para lo cual debe ser derivada por el sistema de salud hacia los hospitales Hermanos Ameijeiras y Ramón González Coro, de La Habana; Gustavo Aldereguía Lima, de Cienfuegos; y Vladimir Ilich Lenin, de Holguín.

En esas instituciones se aplica la fertilización in vitro convencional, por ovodonación y mediante inyección intracitoplasmática; mientras que otras novedosas técnicas también estarán disponibles próximamente. 

En ese sentido, el Ministerio de Salud Pública sostiene un  estrecho  sistema de control al funcionamiento de la red de servicios en todas las provincias, para garantizar mejores resultados; a la vez que se perfeccionan las condiciones estructurales de las consultas, con el propósito de tener mayor dignidad y confidencialidad.

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