Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

El secreto de la victoria sobre el enemigo

El 28 de mayo de 1957, Fidel decidió atacar la guarnición de El Uvero, para desviar la atención de las fuerzas batistianas y apoyar a un grupo de expedicionarios sobrevivientes que se dirigían a la Sierra Cristal 

Autor:

Liudmila Peña Herrera

Desde un punto desconocido por el enemigo se generó el disparo. Detrás del fusil de mira telescópica estaba el tirador, consciente de que destruyendo la planta de radio impediría a la soldadesca batistiana solicitar refuerzos. Era el 28 de mayo de 1957 y al frente de la acción estaba Fidel, quien 55 años después, en una de sus reflexiones titulada Un esclarecimiento honesto, escribiría aludiendo a si había sido correcta o no la decisión del ataque desde el punto de vista estratégico:

«Sin tales factores (se refería a la ventaja de la sorpresa y a la demora del enemigo en reaccionar) es muy probable que aquella decisión, inspirada solo en la solidaridad, redujera nuestras fuerzas de casi cien veteranos y fuese necesario comenzar de nuevo su azaroso camino, en el mejor de los casos».

La solidaridad a la que aludía el líder de los rebeldes radicaba en el apoyo a un grupo de expedicionarios sobrevivientes del ataque del coronel Fermín Cowley, jefe militar de la región oriental, para impedirles llegar a la Sierra Cristal. Informado de los hechos, Fidel decidió atacar la guarnición de El Uvero, para desviar la atención de las fuerzas batistianas y así ayudarlos a salvar la vida.

Aunque el asalto se realizó a una posición bien defendida, sin armas pesadas, ni grandes cantidades de parque, alrededor de tres horas después de intensa acción los soldados se rindieron ante las fuerzas rebeldes.

Haciendo un recuento y análisis del Combate de El Uvero, el Che escribió:

«Para nosotros fue, además, la victoria que marcó la mayoría de edad de nuestra guerrilla. A partir de este combate, nuestra moral se acrecentó enormemente, nuestra decisión y nuestras esperanzas de triunfo aumentaron también, simultáneamente con la victoria y, aunque los meses siguientes fueron de dura prueba, ya estábamos en posesión del secreto de la victoria sobre el enemigo».  

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