Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Parque con nombre de héroe

Una de las instalaciones más queridas en el Balcón del Oriente cubano lleva el nombre del Titán de Bronce

Autor:

Juan Morales Agüero

El parque Antonio Maceo es uno de los espacios públicos más populares de la capital tunera. ¿Qué hijo suyo no se ha tumbado alguna vez a descansar en uno de sus bancos de granito o no lo ha recorrido en cualquier menester?

El área donde se asienta el parque fue un solar yermo durante el siglo XIX e inicios del XX. Se dice que en 1901 se disputó allí el primer juego de béisbol de la zona. Rivalizaron un equipo del ejército de ocupación de Estados Unidos y otro formado por vecinos de la ciudad. Se ignora quién venció en aquel desafío fundacional.

A la zona se le llamaba por entonces Plaza del Mercado. Más tarde permutó para Plaza Cristina, en honor a una soberana española. Pronto comenzó a
exhibir actividad comercial y cultural con la proliferación de negocios particulares y el alquiler de terrenos para que los circos levantaran sus carpas repletas de payasos, animales y trapecistas.

Su excelente ubicación, casi en el centro de la ciudad, le permitió al parque asistir al florecimiento económico de la urbe desde un sitio de privilegio. Las «fuerzas vivas» de la villa levantaron campamento en sus alrededores. El parque devino incentivo para
estimular su desarrollo.

En la década de los años 30 del pasado siglo, adoptó el nombre de Parque Maceo, en memoria de una de las figuras más recias de nuestras guerras del siglo XIX. Se convirtió en un espacio de raigambre popular, donde acuden los tuneros para conversar sobre los más disímiles asuntos.

Los estudiantes de las escuelas públicas cercanas nunca estuvieron indiferentes a la connotación del parque y contribuyeron a fomentarle un futuro rodeado de verdor.  Para ello comenzaron a celebrar lo que llamaron el Día del Árbol, jornada en la que sembraban un pequeño laurel.

Ahora muchas personas lo visitan para honrar al guerrero mayor frente a su busto, develado el 28 de agosto de 1947 por iniciativa del doctor Alfredo Guillén Morales, alférez del Ejército Libertador. Una foto de la época recogió aquel instante. Aparecen los veteranos tuneros de las guerras independentistas que en ese momento estaban vivos.

 El parque Antonio Maceo palpita en el centro histórico de la ciudad de Las Tunas. En sus inmediaciones se agrupan importantes dependencias, como la Dirección Provincial de Educación, la sede de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, el Palacio de los Matrimonios, el restaurante La Esquina y algunas tiendas y talleres. Pero, sobre todo, monopoliza el amor de los tuneros por su historia. Aquella que el Titán de Bronce alimentó con su inmortal ejemplo.

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