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Informe evalúa incidentes de salud de diplomáticos en La Habana

Ni la policía cubana, ni el FBI (Buró Federal de Investigaciones), ni la Real Policía Montada de Canadá han descubierto pruebas de ataques a diplomáticos en La Habana, a pesar de las intensas investigaciones

Autor:

Redacción Digital

Expertos de la Academia de Ciencias de Cuba (ACC) presentaron hoy, en esta capital, un informe técnico en el que evaluaron los incidentes de salud ocurridos durante estancias en La Habana de empleados de gobiernos extranjeros y sus familias.

En conferencia de prensa el doctor Mitchell Valdés-Sosa, director general del Centro de Neurociencias de Cuba (CNEURO) y responsable del Comité de expertos, explicó que tras cinco años de aquellos sucesos continúan sin explicación aceptable los incidentes de salud no identificados de diplomáticos norteamericanos.

Mientras, se multiplican reportes de este tipo en países como Austria, Alemania, Vietnam y el propio Estados Unidos, y la prensa internacional continúa divulgando con intensidad explicaciones no basadas en la ciencia que confunden al público, acotó.

Señaló además, que esto sigue siendo un obstáculo al normal desenvolvimiento de las relaciones entre Cuba y el gobierno estadounidense.

Valdés-Sosa expresó que la evaluación presentada hoy constituye el primer documento donde de forma exhaustiva los investigadores cubanos examinan todas las aristas de esa cuestión, a partir del análisis de toda la información publicada al respecto y una estrecha consulta con científicos extranjeros, así como del acceso al informe policial del Ministerio del Interior.

Según consta en el texto, la falsa narrativa construida en torno a lo que llamaron "síndrome misterioso" asume que la causa de esos acontecimientos son ataques con algún arma de energía no identificada, y se basa en seis supuestos -no verificados- que los expertos cubanos pudieron desmontar uno por uno.

En este informe examinamos críticamente la plausibilidad de estas afirmaciones y las pruebas en las que se basan y concluimos que la narrativa del "síndrome misterioso" no es científicamente aceptable en ninguno de sus componentes y que solo ha sobrevivido debido a un uso sesgado de la ciencia, afirmaron los estudiosos.

Las evidencias apuntan, de acuerdo con los investigadores, a que posiblemente algunos empleados estadounidenses mientras estaban ubicados en La Habana se sintieron enfermos debido a una colección heterogénea de condiciones médicas, algunas preexistentes antes de ir a Cuba y otras adquiridas debido a causas sencillas o bien conocidas.

Muchas enfermedades prevalentes en la población general pueden explicar la mayoría de los síntomas, por lo tanto, no existe un síndrome novedoso, y sólo una minoría de personas presenta una disfunción cerebral detectable, la mayoría debido a experiencias anteriores a su estancia en La Habana y otras debido a condiciones médicas bien conocidas, aseguraron.

Añadieron que ninguna forma de energía conocida puede causar selectivamente daños cerebrales (con una precisión espacial similar a un haz de láser) en las condiciones descritas en aquellos hechos, y aunque hay armas que utilizan sonido o microondas son de gran tamaño y no hay posibilidad de que pasen inadvertidas.

Ni la policía cubana, ni el FBI (Buró Federal de Investigaciones), ni la Real Policía Montada de Canadá han descubierto pruebas de ataques a diplomáticos en La Habana, a pesar de las intensas investigaciones, subrayaron en el informe.

Destacaron que las explicaciones psicogénicas y tóxicas para muchos síntomas en algunos casos fueron rechazadas para una investigación adecuada, a pesar de que todas las condiciones para la propagación psicógena del malestar estaban presentes en ese episodio, incluyendo una probable respuesta médica inicial inadecuada, el temprano respaldo del gobierno estadounidense a esa teoría y la cobertura sensacionalista.

El doctor Valdés-Sosa, en representación del grupo de expertos, reafirmó la disposición de la ACC para revisar estas conclusiones si surgen nuevas pruebas, e invitó a refutar estas interpretaciones en un clima de colaboración científica abierta.
No obstante, insistió en que esa institución rechaza firmemente como "verdad establecida" una narrativa construida sin bases científicas reales.

A su vez, dijo que lamentan la falta de información médica adecuada sobre los pacientes para llevar a cabo este trabajo y las restricciones artificiales impuestas a la colaboración con los investigadores estadounidenses que participaron en las evaluaciones de los implicados.

Nos solidarizamos con la situación de los diplomáticos estadounidenses, o sus familiares, que tienen problemas de salud, dado que reconocemos que hay personas que se han sentido enfermas, y creemos que es éticamente imperativo disipar las teorías conspirativas descabelladas y la atribución errónea de los síntomas a explicaciones que desafían las leyes de la física, agregó el directivo de CNEURO.

Por otra parte, reiteró que lograr el objetivo de cooperación y colaboración entre investigadores estadounidenses y cubanos sería un paso sólido para acelerar la recuperación de los afectados por estos incidentes.

El 17 de febrero de 2017, la Embajada de Estados Unidos en La Habana comunicó al Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba que cuatro de sus diplomáticos y una esposa habían sufrido "ataques sónicos", y entre esa fecha y el primero de septiembre de 2017, un total de 15 casos se habían acumulado y se reportó uno más en 2018.

Los supuestos ataques acústicos sirvieron de pretexto al gobierno de Washington para acusar a Cuba como agresora, sin evidencia alguna de los hechos, en qué circunstancias ocurrieron y menos aún de la participación cubana.

A ello se sumó que el gobierno de Donald Trump impidió de manera reiterada que la comunidad científica especializada de ambos países discutiera los temas sobre bases científicas, se accediera por Cuba al examen de los pacientes o sus historias.

(Tomado de ACN)

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