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Hombres y mujeres que ponen la investigación científica en beneficio de su pueblo

Los reconocidos este martes sintetizan una obra de dedicación, entereza y altruismo. Luego de recibir la más elevada condecoración que confiere nuestro país en el ámbito laboral varios de ellos compartieron sus impresiones con este diario

Autor:

Marianela Martín González

Sin el esfuerzo y talento de ellos mucha de la grandeza de esta Isla sería pura utopía. Por eso, diez distinguidos científicos que hacen posible con su quehacer y capacidad de liderazgo un mejor país recibieron el título de Héroe del Trabajo de la República de Cuba, de manos del Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

Gerardo Enrique Guillén Nieto, Eulogio Pimentel Vázquez, Marta Ayala Ávila, Vicente Guillermo Vérez Bencomo, Yury Valdés Balbín, Dagmar García Rivera, Belinda Sánchez Ramírez, Tammy Boggiano Ayo, Eduardo Ojito Magaz y Lorenzo Jorge Pérez Ávila merecieron este martes el altísimo reconocimiento en el Salón de Protocolo El Laguito en La Habana.

Mediante el Decreto Presidencial No. 307 se otorgó la referida distinción honorífica y en el momento de su imposición el miembro del Buró Político y secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, Ulises Guilarte de Nacimiento, ponderó la labor de estos hombres y mujeres y la de los 47 científicos que también por Decreto Presidencial recibieron la Orden Lázaro Peña de primer grado.

«Los hombres y mujeres que condecoramos hoy sintetizan una obra de dedicación, entereza y altruismo, constituyen la expresión más elocuente de pensar, luchar y trabajar como país, nuestro pueblo ha sido el portavoz principal de la alta consideración, cariño y respeto que se siente hacia ustedes», aseguró el dirigente sindical.

Compromiso con la humanidad

Tras ser condecorado el Doctor Lorenzo Jorge Pérez Ávila, quien ha dedicado casi medio siglo de sus 76 años a salvar vidas, enfrentando dentro y fuera del país enfermedades como VIH-sida, dengue, ébola, cólera, malaria y más recientemente COVID-19, alegó que el reconocimiento refuerza su compromiso con la salud de Cuba y la humanidad. Con la Revolución que defiende desde que era casi un niño.

Todos los días atiende a sus pacientes, aquejados de VIH-sida muchos de ellos; y sigue siendo referente de ética, profesionalidad y cariño en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), institución que dirigió y es como su hogar, la cual ayudó a levantar con sus manos, cuando Fidel tuvo la iniciativa de engrandecer su misión, circunscrita en otro momento a la investigación y tratamiento parasitológico.

Visitar la tumba de sus padres —para que quienes le inculcaron el compromiso con la Patria también reciban y compartan este homenaje— será un gesto que tiene pensado hacer en estos días en que el júbilo, como repitió muchas veces, se transformará en más dedicación a sus pacientes, a la investigación y al IPK.

Como un reconocimiento que enorgullece de manera sana y debe entregarse a personas que estén aptas física y mentalmente para seguir utilizando su virtud en aras del mejoramiento de la sociedad, valoró esta distinción el científico, quien señaló que al recibirla piensa en referentes de nuestra ciencia como Agustín Lage Dávila, quien fuera durante 25 años director del Centro de Inmunología Molecular, Luis Herrera Martínez, José Fernández Yero, entre otros grandes investigadores que tienen innumerables méritos para recibir la satisfacción que él ahora experimenta.

La familia ha sido esencial

El más joven de los condecorados como Héroe del Trabajo fue el licenciado en Química Yury Valdés Balbín, quien apenas tiene 44 años y es director adjunto del Instituto Finlay de Vacunas, institución que lideró el proyecto de desarrollo del primer candidato vacunal cubano contra la COVID-19.

Aunque aseguró que aún no ha interiorizado el haber sido seleccionado para merecer la condición de Héroe de la República de Cuba, dijo estar muy emocionado pues «es un reconocimiento personal que lleva implícito el esfuerzo de muchísimas otras personas, incluso más jóvenes que yo, que a partir de un llamado de la Patria debido a una coyuntura relacionada con la vida de nuestra gente, fuimos capaces de hacer lo que aprendimos a hacer».

Aludió a la visión humanista y científica de Fidel, quien creó todo el sistema de ciencia que hoy salva a Cuba de una pandemia sin precedentes. Gracias a su mirada a futuro —dijo— hoy tenemos las vacunas para enfrentarla. Sostuvo que estar a la altura de lo que la Patria necesitaba en este momento tan álgido, y responder al llamado del Presidente cubano para contar con nuestras vacunas es un modo de respetar y potenciar el legado del líder histórico de la Revolución.

«Creo que no hay nada que enaltezca más a un trabajador de la ciencia que ver que sus resultados se apliquen en su sociedad, mucho más si ese logro tiene que ver con la vida especialmente de sus niños. Siento mucha alegría al ver cómo nuestros pequeños se están vacunando y quedan protegidos de esta terrible enfermedad, para que puedan volver a sus aulas y sus vidas se parezcan a lo que antes eran.

«Nuestras familias ayudaron a que pudiéramos trabajar en esta batalla por la vida, a partir de la obtención de las vacunas. Ha habido mucha gente joven que ha dejado su familia atrás, incluso ha mandado sus niños a otras provincias para laborar. Han enfermado trabajadores y familiares, y aun así hemos seguido, porque llegar al final implica la vida de los cubanos», expresó.

Alegre, pero nostálgica porque su padre, el Doctor en Ciencias José Luis García Cuevas— recientemente fallecido—, no pudiera disfrutar junto a ella este reconocimiento, la Doctora en Ciencias Dagmar García Rivera, directora de Investigaciones del Instituto Finlay de Vacunas, recibió el título de Héroe del Trabajo de la República de Cuba.

«Esto no es más que un compromiso con mi Patria y con mi padre para seguir trabajando en la producción de vacunas, muchas de ellas de gran importancia para la salud de los más pequeños», aseveró.

Entrega y respeto por todos

El Doctor Vicente Guillermo Vérez Bencomo, director general del Instituto Finlay de Vacunas, subrayó que no puede haber nada más comprometedor que recibir el referido título. Para un hombre nacido en un hogar humilde de Centro Habana, el reconocimiento significa mayor entrega y respeto por quienes han estado detrás de lo que considera un mérito colectivo.

«No se puede ver como algo personal porque suman miles los que han dado todo por que la biotecnología cubana tenga el prestigio que goza a nivel mundial», aseguró el científico, quien entre sus méritos cuenta el haber creado cinco vacunas que han salvado muchas vidas dentro y fuera de Cuba.

Con un poco de pena porque sabe que está representando a un grupo de científicos y trabajadores de la Salud Pública que han hecho posible demostrar la valía de las vacunas y demás fármacos que han contribuido a enfrentar la pandemia, recibió el título el Doctor Gerardo Guillén Nieto, el incansable científico que desde que se graduó en 1986 trabaja en el Centro de Ingeniería y Biotecnología, y desde 1998 funge como su director de Investigaciones Biomédicas.

«Lo recibo con la responsabilidad de que estoy representando a muchos profesionales y trabajadores que hemos estado controlando la pandemia, y seguiremos respondiendo desde la ciencia a las necesidades del país», aseguró

El acto también estuvo presidido por el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz; así como por el miembro del Buró Político Roberto Morales Ojeda, secretario de Organización y Política de Cuadros del Comité Central del Partido, y otros dirigentes de organizaciones políticas y de masas, representantes del Gobierno y el Estado.

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