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La epidemia de la COVID-19 en Cuba no ha terminado

Así lo confirmó este lunes el ministro de Salud Pública, José Angel Portal Miranda, en la reunión del grupo temporal de trabajo para la prevención y control del nuevo coronavirus, que estuvo encabezada, desde el Palacio de la Revolución, por el miembro del Buró Político y Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz

Autor:

Yaima Puig Meneses

Al concluir la última semana, en Cuba se habían diagnosticado con el nuevo coronavirus 10 354 personas menos que en igual período anterior. El descenso de casos confirmados, que se ha mantenido durante las últimas cuatro semanas en el país, «muestra claramente una disminución en la intensidad de transmisión de la enfermedad en todas las provincias». 

Así lo confirmó este lunes el ministro de Salud Pública, José Angel Portal Miranda, en la reunión del grupo temporal de trabajo para la prevención y control del nuevo coronavirus, que estuvo encabezada, desde el Palacio de la Revolución, por el miembro del Buró Político y Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz.

No obstante esa alentadora realidad, Portal Miranda insistió en la necesidad de tener presente que «la epidemia en Cuba no ha terminado».

Aunque los casos y los fallecimientos mantienen un ritmo de disminución —enfatizó— y nuestras vacunas han demostrado ser efectivas, incluso contra las variantes Beta y Delta, que han predominado en el escenario de vacunación, es «importante redoblar todos los esfuerzos y el control para que las cifras sigan su curso descendente».

Como elementos favorables destacó, además, que al concluir la más reciente semana, en todos los territorios disminuyó el número de pacientes ingresados. Ocho mil seiscientas ochenta y tres personas se mantenían enfermas, lo cual significa un 28,8 por ciento menos que en los anteriores siete días.

Similar comportamiento se manifestó en lo referido a los fallecidos, pues en la semana analizada se produjeron 64 muertes menos que en la anterior, como consecuencia del SARS-CoV-2. Aun así, en las provincias de Las Tunas y Ciego de Ávila ocurrieron más decesos que en la semana previa.

Todas las provincias, con excepción de Camagüey, explicó, disminuyeron su tasa de incidencia por cada 100 000 habitantes en los últimos 15 días. Solo Pinar del Río y Sancti Spíritus mantenían ese indicador sanitario por encima de mil.

Al comentar las gráficas que recogen el comportamiento de la epidemia en las provincias durante las últimas 11 semanas del año, el Ministro de Salud destacó el caso de Villa Clara, «que ha mantenido una contención de la enfermedad, a pesar de ser de los territorios que más tarde inició la estrategia de vacunación entre su población».

Esa tendencia a la disminución de las cifras de manera general —dijo— «necesitamos mantenerla con esfuerzo y mucha disciplina». En las provincias de Camagüey, Pinar del Río, Sancti Spíritus, Holguín, Las Tunas y Villa Clara, que manifestaron la mayor incidencia de la enfermedad al cierre de la semana, se concentró el 74 por ciento de los casos.

Puntualmente sobre la estrategia de vacunación, el Ministro de Salud Pública aseguró que «continúa marchando bien». Más de 300 000 dosis se aplicaron el pasado 16 de octubre, lo cual evidencia un buen ritmo de inmunización.

Hasta ese día, detalló, el 99,2 por ciento de la población cubana vacunable había recibido su primera dosis y el 84,2 por ciento la segunda. En tanto, el 69,2 por ciento tenía completo su esquema de inmunización, lo cual incluye la aplicación de Soberana Plus a los convalecientes.

Como es habitual en estos encuentros, se intercambió a través de videoconferencia con las autoridades gubernamentales de las diferentes provincias, y se conoció acerca de la estabilidad en el suministro de oxigeno medicinal y la situación electroenergética del país.

Desde territorios como Pinar del Río, el de mayor tasa de incidencia por cada 100 000 habitantes durante los últimos 15 días, con 1 605,3, se supo, por ejemplo, que ese indicador sanitario descendió en un 58,4 por ciento respecto a la semana anterior.

Asimismo, se enfatizó en que Camagüey, aun cuando logra un mejor comportamiento de otros indicadores, debe trabajar para mantener una mayor estabilidad en su tasa de incidencia.

Más allá de la disminución que se manifiesta en las cifras asociadas a la epidemia en Cuba, el reto ahora está en ser capaces de avanzar con sostenibilidad en el control de la enfermedad, sobre todo en momentos en que se acerca el anhelado regreso de todos los estudiantes a las aulas.

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