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Ofrece Feria Arte en la Rampa variada oferta de música infantil

La venta de casetes y discos compactos de música infantil a precios más accesibles, en este espacio de la capital del país, ha sido muy bien recibida

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«Esta es la única oportunidad en que sacan a la venta tantos discos de música infantil en moneda nacional. Yo voy usualmente a las Ferias del Libro, y puedo afirmar que ahí no se venden. El único que vi allí fue el de Liuba María Hevia, Travesía Mágica, en moneda libremente convertible».

Así comenzó el diálogo con Mailén Cepero, una joven de 30 años y madre de dos niños de siete y un año de edad, respectivamente quien este lunes se encontraba en la Feria Arte en la Rampa, en la capital, donde adquirió varios CDs de música infantil en moneda nacional.

Orgullosa, enseñó a estas reporteras los tres volúmenes de Nanas para ti, del cantautor Kiki Corona, que se ofertan a 20 pesos cada uno.

«Hace un tiempo vi estos discos en la librería de la terminal de ómnibus —narró— a 56 pesos. Pero el día que fui no llevaba dinero, y cuando regresé ya se habían acabado. Aquí los encontré todos, y más baratos».

—¿Qué otros materiales has podido comprar en moneda nacional?

—Compré tres discos de cuentos y canciones llamados La magia de un sombrero, que cuestan 40 pesos cada uno. Y otros de melodías infantiles tradicionales.

—Por lo visto, en tu casa se escucha bastante música infantil...

—Creo que los padres debemos esforzarnos porque nuestros hijos escuchen buena música. En la escuela, por ejemplo, al niño le ponen canciones infantiles en las teleclases. Sin embargo, en las horas de receso se desaprovecha el tiempo. Tampoco en la televisión encuentras opciones de ese tipo. Yo, por ejemplo, extraño mucho Arcoiris Musical.

—Algunas personas piensan que la proliferación de otros géneros musicales atenta contra las piezas para los más pequeños. ¿Qué opinas de esto?

—Eso no tiene nada que ver. Mi esposo es representante de un grupo de reguetón, y en mi casa también se escucha esa música. Pero uno no puede quemar etapas, cada cosa tiene su momento. Los niños deben consumir canciones propias para ellos, con letras escritas pensando en ellos, no importa el género que sea. ¿Acaso Haila no tiene un reguetón infantil?

UN OASIS EN MEDIO DEL DESIERTO

Mientras Isabel escoge un CD para Rosmery, Misleidi le lleva a su niño su primer casete de músical infantil. En los meses de febrero y marzo de este año, un equipo de JR realizó una serie de trabajos bajo el título Vinagrito naufragó en un barquito de papel, acerca de los problemas que enfrentan la producción, difusión y comercialización de la música infantil en Cuba.

Retomamos el tema, a partir de la realización por estos días, en el capitalino Pabellón Cuba, de la Feria Arte en la Rampa, la cual ha constituido un verdadero alivio a la perenne ausencia de grabaciones para los pequeños en moneda nacional.

Así pudieron comprobarlo estas periodistas, que visitaron los stands de venta de varias firmas disqueras, donde sus empleados, sin excepción, reconocieron el éxito de público que han tenido materiales de este tipo.

Ese es el caso del stand de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM), donde la música infantil es la que más se compra. Sus vendedoras, Nancy Suárez y Magaly Hernández, explicaron que para esta ocasión la firma ha realizado una producción especial de discos y casetes destinados a la venta en moneda nacional.

«Mi gatico vinagrito, de Teresita Fernández, fue rebajado a 40 pesos, pues su precio habitual es de ocho pesos convertibles. Otros CD como Sombrero Azul, Cuentos y canciones y Roxana y Dunia vuelven a cantar, cuestan 30 pesos.

«Además —dijo Nancy— tenemos casetes a 15 pesos, que habitualmente son a 20 y difíciles de encontrar, como El mundo al revés, del grupo Moncada, y Alas de porvenir y Canciones de la Isla del Coco, con obras ganadoras en los festivales Cantándole al Sol».

En el sitio de la firma Bis Music, su vendedor, Julio Benítez, aseguró que la comercialización constante se debe fundamentalmente a la amplia oferta en moneda nacional para los niños.

«Los más solicitados son Tin tin... voy a cantar y Homenaje a Teresita Fernández, ambos de diferentes intérpretes. El disco del Coro Diminuto también tiene buena salida, aunque se vendería más si tuviera un diseño más atractivo.

«Luego le siguen en venta Tren de fantasía, con la obra de Rosa Campos, y Pedro y el Lobo, que contiene música y la narración del cuento. Todos se mueven entre los 30 y los 50 pesos, sin dudas una muy buena oferta, especial para la ocasión».

DISCO INFANTIL: ¿NEGOCIO O CULTURA?

En el quiosco de los Estudios de Grabación Abdala, los compactos Travesía Mágica, de Liuba María Hevia, y Nanas para ti, de Kiki Corona, han tenido buena aceptación. No es para menos, si han sido rebajados, el primero de ellos de 10.25 CUC a 5.00 CUC, mientras los tres volúmenes de las Nanas..., redujeron su precio de 5.00, 4.00 y 6.50 CUC, respectivamente, a 20 pesos en moneda nacional cada uno.

Lázaro García, gerente general de dicha firma, fue uno de los entrevistados por JR en la investigación realizada sobre la producción de la canción infantil. Ya en aquel entonces, él reconoció que ese tema es alarmante desde hace años, porque no se logran cubrir las expectativas de muchas personas.

«Es un problema serio a nivel discográfico —explicaba— en el que entran muchos factores, desde la crisis del disco y la piratería, hasta la no existencia de un mercado en Cuba, porque los precios de un CD no están al alcance de la población. Un disco no puede salir a la calle en menos de dos dólares y tanto, entonces, a la hora de hacer la conversión se vuelve un producto que las personas no pueden priorizar».

Ante la rebaja de las producciones Abdala en esta Feria, quisimos conocer cómo llegaron a esta posibilidad. Al respecto, el mismo funcionario reveló que vender discos en moneda nacional da pérdidas.

«Las disqueras tenemos hace años una batalla por bajar los precios en moneda convertible. Nuestras producciones tenían un gravamen del 30 por ciento, y eso las encarecía. Ahora nos hemos liberado de ese problema, lo que nos permite rebajarlos, y sin tener pérdidas, hacerlos más asequibles a la población.

«A su vez, rebajar a 4.00 o 5.00 CUC algunos compactos, nos da un margen para garantizar otros más baratos e incluso, darnos ciertos lujos, como vender algunos en moneda nacional —el caso de las Nanas..., por ejemplo.

«Es un gran esfuerzo económico que se ha hecho especialmente para la Feria. Con anterioridad se intentó hacer algo en la Feria del Libro y en el Cubadisco, pero no resultó tan fructífero como ahora».

—Sin embargo, Arte en la Rampa es solo en la capital...

—Es cierto, aunque por estos días de vacaciones tenemos muchos visitantes de provincias, lo que quizás ayuda un poco.

«No sé si debemos ver el disco como un negocio o como cultura. Porque lo más importante es que la gente tenga acceso a la música cubana, a las grabaciones para los niños. En esta Feria se han podido hacer cosas. Creo que, por lo menos, ahora vemos una pequeña luz en el oscuro horizonte».

EL MEJOR REGALO

En los quioscos, niños y mayores revisan una y otra vez los títulos. Isabel, por ejemplo, decidió comprarle a su hija Rosmery un variado de Música Infantil: «Tiene las canciones de Arcoiris Musical, son las que yo oía cuando era chiquita y quiero que ella también pueda disfrutarlas».

Por su parte la niña, de 11 años, aseguró que en la escuela, cuando era más pequeña, le ponían esos temas, pero ya no. Ahora podrá disfrutarlos en su casa, pues en la televisión hay pocos programas de ese corte.

Mientras, Misleidi se decide por un casete del grupo Moncada, El mundo al revés. «Tengo un niño de 15 meses, y quiero formar en él un buen gusto musical. En la casa no tenía ninguna grabación infantil, por eso me llevo esta, para comenzar su colección».

Miles de personas han pasado en estos días de verano por la Feria Arte en la Rampa. Allí, la música forma parte del gran abanico de propuestas para trasladar cultura y buen gusto a nuestros hogares. De la mano de mamá y papá, los muchachos suelen llevarse un disco o un casete.

Pero aunque este evento ha sido realmente prolífico en cuanto a discos compactos en moneda nacional para los pequeños (solo el de Liuba María Hevia continúa vendiéndose en divisas), no hay que olvidar que es aún mínimo el por ciento de la población con acceso a equipos para escuchar CDs. En ese sentido, hay que alabar la iniciativa de la EGREM, única empresa que oferta casetes para nuestros niños.

Por otra parte, a pesar de que se desarrolla en la etapa vacacional, Arte en la Rampa es exclusivo de la capital. Otros sucesos como la Feria del Libro, con carácter nacional, son los realmente idóneos para esfuerzos tan buenos como este.

Eso conllevaría un impulso adicional, no solo de las disqueras. Como lo hicimos meses atrás, volvemos a abogar por el necesario subsidio de la música infantil, en aras de formar un gusto estético en nuestros niños. Aun con insuficiencias en cuanto al alcance y los precios que la población demanda, Arte en la Rampa demostró que Vinagrito puede encontrar aguas tranquilas donde navegar. Con un poco más de voluntad, el barquito de papel podría llegar a puerto seguro.

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