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¿La vida sigue igual?

La recreación se ha mantenido entre las preocupaciones del país desde hace años. JR indaga con funcionarios gubernamentales, dirigentes estudiantiles e investigadores cuánto más se puede hacer

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El tema de la carencia de opciones recreativas institucionales para los jóvenes no es nuevo en las publicaciones cubanas. El 20 de agosto de 2005, JR deslizó en sus páginas un reportaje que reflejaba la experiencia de Granma, la provincia de la nación que —según se decía— «más ha avanzado en materia de recreación y donde han surgido centros insignias como el Balneario La Vega, el complejo recreativo Bayam y la Casa del Estudiante».

Aquel trabajo, sin embargo, subrayaba que ese territorio oriental no estaba ajeno a las modorras institucionales ni tampoco, por consiguiente, al aburrimiento de un segmento importante de la juventud. Y señalaba en otros términos que el tedio de los más nuevos era directamente proporcional a su lejanía de las cabeceras municipales y, de cierta forma, al de la capital provincial.

Al cabo de 18 meses puede hacerse casi la misma afirmación, aunque no por esto se dejen de reconocer los esfuerzos gubernamentales y de la Unión de Jóvenes Comunistas en el territorio.

Manuel Valera Escalona, primer secretario de esa organización en Granma, enfatiza que la Comisión provincial de recreación sana no solo existe aquí sino que «funciona con sistematicidad; por eso hemos obtenido logros. Nos reunimos una vez al mes y discutimos qué falló y qué anduvo bien el mes anterior. Es una comisión liderada por el Partido, el Gobierno y la UJC, a la que pertenecen organismos como el INDER, Cultura, Comercio y Gastronomía...».

Acota que los debates de la Comisión no se quedan entre paredes pues «todas las semanas se visita un municipio y se evalúa en dependencia de determinados parámetros. Asimismo, recorremos con frecuencia centros nocturnos los fines de semana para ver qué opciones nuevas ofertan para los jóvenes».

Valera señala que la Comisión cuenta con mecanismos de retroalimentación pues la UJC provincial realiza encuestas cada 15 días entre los jóvenes para comprobar sus insatisfacciones y complacencias.

JR tuvo acceso a una de esas pesquisas en la cual se hacían tres preguntas con el objetivo de mejorar «el ambiente», y la última de ellas era precisamente: ¿qué entiendes por recreación? Esta tuvo incontables respuestas, hecho que evidencia la diversidad de interpretaciones sobre el asunto.

En Granma, institucionalmente, el área de mayor celebridad tal vez es la Casa del Estudiante de Bayamo, que ha elaborado un proyecto para muchachos de Secundaria, Preuniversitario y Universidad, diseñado con juegos participativos, actuaciones de grupos aficionados, música, karaoke, etc. Sin embargo, ¿los otros territorios poseen algo al menos similar? No. De todos modos, en las cabeceras municipales se desarrollan los sábados las nombradas fiestas de la cubanía, que pretenden ser un intento de celebración «con todo lo que se pueda».

Justamente este mes de febrero está previsto el rescate de una pista en el Parque de Ferias Granma, que no será la panacea de las reclamadas «áreas abiertas», pero sí una molécula más para una vertiente de la vida en la que faltan recursos (desde equipos de audio hasta unos guantes de boxeo), ingenio y persistencia.

HACIA EL CENTRO

No es muy diferente el modo de funcionamiento de la Comisión en Cienfuegos al modo como se desarrolla en la provincia de Granma, a no ser que la frecuencia de los encuentros es otra: todos los miércoles, además de par de sábados extras al mes. Sin embargo, el paisaje es bien parecido en cuanto a la búsqueda de soluciones.

En la Perla del Sur, se ha elegido el Centro Juvenil Recreativo Los Pinitos como «el sitio donde se puede conseguir la verdadera recreación sana que la UJC y la Comisión se han propuesto, solo que aún está en espera de un madurado diseño cultural», ha explicado Juan Alberto Vega, jefe del Departamento Ideológico de la organización juvenil. Según hizo saber, «se comenzarán a entregar boletas a la FEEM y la FEU para que las distribuyan entre sus estudiantes, de manera que puedan entrar organizadamente al lugar».

No es muy difícil suponer que una buena parte de los jóvenes de la cabecera provincial se quedarán fuera de la repartición de los tickets, y que Los Pinitos no constituirá una opción para quienes no viven dentro del municipio, aunque, por supuesto, es un paso de avance.

A estos últimos tampoco les dice mucho que las pistas de baile de Reina, Tulipán y Pastorita se hayan remodelado y que algunas hayan sido beneficiadas con modernos equipos de audio. Y es que amén de que Vega se sienta insatisfecho porque «todavía no hay una programación efectiva», JR está convencido de que de repetirse una encuesta para indagar las inquietudes de los jóvenes sobre el tema en un lapso de tiempo no muy grande, se mantendrían las exigencias de este mismo instante.

Es más, Angélica Chorenz, presidenta de la FEEM en la provincia y miembro de la Comisión de recreación, ya lo dice en nombre de los suyos: «Los jóvenes no están satisfechos con la oferta allí ahora, que se limita a ponerles música. Se van para el malecón o para el Centro Cultural ARTEX, donde tenemos algunas reservaciones y donde se pasa bien, pero la entrada es para mayores de 18 años; o sea, que los miembros de la FEEM no ganamos mucho con esto».

Para Chorenz existe otro elemento negativo: «Aun cuando la proyección en la Comisión sea correcta, después no existe propaganda, y los jóvenes andan desorientados. Esa es la triste realidad».

A veces, expresa, no nos ponemos de acuerdo sobre lo que queremos en verdad. Pasa la semana y todavía no hemos aterrizado en lo que quedó pendiente de la reunión anterior, y seguimos patinando en lo mismo. «Un problema fundamental radica en que los organismos no se sienten responsables con la tarea».

La explicación está en que por doquier se acostumbra a hacer zurcidos que apenas tapan el roto. No obstante, es evidente que algunos logran darse cuenta de que la situación podría ser otra si, por ejemplo, no hubiesen tantas instalaciones subutilizadas.

Valia Estable, subdirectora provincial de Cultura, muestra otra cara del asunto: «Nosotros nos proyectamos desde arriba en la Comisión, manejamos conceptos, concebimos programaciones, pero se hace necesaria una estructura a nivel de consejo popular. Nos movemos en la línea de los grandes eventos de la provincia, la orquesta que debe venir... y todo eso está bien, pero el barrio sufre esa proyección que en cierto modo lo excluye».

Interrogada en torno a qué le falta por aportar a Cultura en esa cuerda, Estable, autocrítica, responde que «un mejor diagnóstico partiendo de los artistas y creadores que articulen el diseño de lo que debe pasar en cada escenario, en cada espacio», pero los mencionados creadores no son invitados de manera regular a la Comisión.

Al mismo tiempo, Valia ofrece otra reflexión válida: «En ocasiones no solemos darnos cuenta de que la recreación no es una fórmula matemática; y en verdad constituye algo muy cambiante, sujeta a épocas del año, cambios en las inclinaciones juveniles...».

LA VOZ DE LA EXPERIENCIA

Para algunos la experiencia de los veranos que ha organizado la UJC en conjunto con otras instituciones y organismos se debería expandir durante todo el año. Ello impone un notable reto para quienes son responsables de «abastecer» con ofertas y servicios que satisfagan las variadas demandas.

Lo cierto es que la recreación se ha mantenido entre las preocupaciones del gobierno desde hace años, razón por la cual se han efectuado estudios sobre esa temática de manera continua, llevados a cabo por instituciones científicas como el Centro de Estudios Sobre la Juventud (CESJ), para conocer, evaluar y comprender los estilos de vida de la juventud, así como sus preferencias. Pero también es cierto que «las últimas indagaciones han arrojado que hay poca correspondencia entre lo que se prefiere y lo que se hace, o sea, entre las preferencias y la práctica recreativa de los jóvenes», según afirma Aramilka Jiménez Cantero, una de las especialistas encargadas del sondeo.

Después de concluida la temporada estival correspondiente al 2006, el CESJ aplicó un cuestionario a una muestra representativa conformada por 1 241 personas (644 mujeres), entre 12 y 34 años de edad, de todas las provincias del país. Como resultado se obtuvo información muy útil que podría ser «el pan fresco» de las mencionadas Comisiones a todos los niveles, pero, al parecer, no es así.

La playa, las instalaciones de campismo, la casa de familiares y amigos, así como la casa propia y los centros nocturnos (en ese orden) fueron las áreas que la juventud prefirió para el esparcimiento, «indicador que casi permanece invariable desde hace cinco años.

No deja de ser interesante que se haya colado la casa propia en dicho listado, cuando sabemos que las expectativas de los jóvenes se centran en la realización de acciones fuera del hogar, sin embargo, las dificultades económicas, los problemas de transporte, entre otros factores han influido en que así suceda», explica la socióloga Aramilka.

Cuando se analizan los sitios donde finalmente se recrearon los jóvenes el pasado año, se constata que el 41.5 por ciento de los deseosos de ir a centros nocturnos no materializó su sueño y que casi la mitad (49.4) de los que tenían en proyecto a los campismos no lo lograron, aun cuando existen en todo el país 84 instalaciones. Acceder a estas en el período vacacional es bien complejo porque la demanda es mayor y no dan abasto. Por otra parte, esta actividad apenas constituye una opción para el resto del año pues, por lo general, los jóvenes por estar involucrados en diferentes tareas no disponen del tiempo.

Llama también la atención que no son «del otro mundo» las actividades recreativas más deseadas por adolescentes y jóvenes cubanos en pleno siglo XXI: escuchar música (67.1 por ciento), bailar (47.6), ver películas o musicales en video (42.3), viajar a otras provincias (41.3) y ver programas de televisión (39.9).

«Así y todo —comenta Aramilka—, excepto viajar a otras provincias que se dificulta por los evidentes problemas de transporte, el resto era realizable. Sin embargo, algunas opciones de corte artístico que antaño gozaban de mayor respaldo apenas clasificaron: tocar algún instrumento musical, pintar, hacer poemas, la lectura y la computación, lo que demuestra cómo han ido cediendo terreno instituciones con grandes potencialidades para brindar alternativas de esparcimiento que siempre han estado en el gusto popular.

«De manera general, las principales dificultades para recrearse estuvieron relacionadas —como en temporadas anteriores— con la deficiente disposición de servicios para el traslado de la población, la limitada oferta y la escasez monetaria.

«En todo el país, y sobre todo en Ciudad de La Habana, existe una red de cabarets y discotecas, sin embargo, la mayoría son en divisa y esto es muy chocante y frustrante para los jóvenes, porque el presupuesto de que disponen no les alcanza. Por tanto, son menos las opciones de este tipo que van quedando. Eso condiciona que los jóvenes hayan tenido que volcarse a alternativas para dar respuesta a una necesidad no resuelta, aunque, ojo, la fiesta house no clasifica exactamente aquí».

El hecho de que los índices de satisfacción de los encuestados dieran muestras de mejoría pudiera hacernos pensar que la pelea está ganada, al manifestar el 70.3 por ciento haberse sentido a gusto siempre o casi siempre con las propuestas. Pero no se puede perder de vista que si cuando las instituciones y organismos estaban en función del esparcimiento casi la tercera parte aseguró estar insatisfecha o no del todo satisfecha, ¿qué sucede entonces cuando finalizan julio y agosto?

HABLANDO CLARO

Si las comisiones de recreación, en cualquiera de los niveles, «funcionan», ¿dónde está el fallo?

Lo más preocupante es que a veces los encuentros de las comisiones se han convertido en definir cuál es la actividad más importante del municipio, para a partir de ese hecho, «enfilar todos los cañones». Estas, a su vez, tienen una homóloga a nivel de consejo popular, que marcha peor. Si la primera la dirige un vicepresidente del Gobierno, la segunda es comandada por uno del consejo popular, que no siempre tiene la autoridad necesaria para aglutinar y tomar decisiones. Por lo demás, las instituciones enclavadas en esa zona no se subordinan al consejo, y a veces ni siquiera al municipio, por tanto se requeriría una comprensión total del problema para resolverlo.

Aunque está claro quiénes deben participar en las comisiones, a estas les falta integralidad y sistematicidad. Pero vayamos al grano y pongamos algunos ejemplos que podrían arrojar un poco de luz entre tanta oscuridad:

En un momento determinado, se llevó a cabo un experimento los sábados por la noche en las escuelas secundarias que, según las investigaciones, tuvo una magnífica acogida por parte de los adolescentes. Sin embargo, no pasó de ser eso: una prueba, algo que se contradice con el ansia de convertir los planteles en el centro cultural de la comunidad. Y luego, ¿por qué temerle a que los muchachos del barrio encuentren en sus escuelas espacio para la socialización y el entretenimiento?

Con frecuencia se alude a la verdadera escasez de recursos como la principal causa, pero no siempre es la culpable. ¿Se necesitará en un proyecto como este mucho más que abrir las puertas de los laboratorios de computación con softwares diversos; la biblioteca, los videos con todo tipo de audiovisuales, que poner a disposición implementos deportivos o juegos de mesa, una pipa de refresco y un pequeño equipo para escuchar música grabada?

RECREACIÓN POSIBLE

Sucede que cuando en los municipios se habla de opciones recreativas el tema se circunscribe exclusivamente a alguna que otra unidad gastronómica, sin embargo, en los territorios existen decenas de instalaciones que de sumarse en este empeño otro gallo cantaría. Se ganaría la atención de los jóvenes que viven en lugares apartados si se les presentaran alternativas variadas y atractivas, que no desconozcan sus intereses.

Estas consideraciones las arrojó una indagación de nuestro periódico entre más de una decena de funcionarios públicos con responsabilidades en la recreación.

Desde el punto de vista cualitativo estos coincidieron en que más que crear espacios, lo que se necesita es pensar en un diseño coherente y seductor, para los que ya existen, hasta con una adecuada distribución geográfica, de modo que pudieran dar cobertura de recreación en un área de un consejo popular, o de un municipio determinado.

Las situaciones más críticas se presentan en las instituciones y espacios de la cultura comunitaria que, por lo general, permanecen cerradas los sábados y domingos por las noches o, en el mejor de los casos, habitadas por una monotonía insoportable, coinciden.

Ellos mismos reconocen que las casas de cultura, los museos, las galerías o los centros de arte no tienen ofertas que enganchen a los jóvenes. Incluso, opinan que sería prudente analizar que sus trabajadores descansen cualquier otro día para que el fin de semana estén allí para insuflarles vida. Estos son espacios que aportarían la pluralidad, la integralidad de la que habla el proyecto de una recreación sana, culta y útil.

Idéntico es el ambiente de algunos Video Club Juveniles y Joven Club de Computación y Electrónica. Y no es que ahora todos los sitios se conviertan en tribunas musicales. Una casa de cultura tiene galería, una pequeña sala de teatro, video, televisor, salón de danza... y un equipo de instructores de arte que bien podrían presentar sus proyectos o darles cabida a los representantes del movimiento de artistas aficionados. Todas esas instituciones están llenas de potencialidades. Incluso, las bibliotecas, donde perfectamente pueden convivir una tertulia, un taller literario..., se cuestionan los interpelados.

De igual manera, la inactividad alcanza a las instalaciones deportivas, incluyendo las de escuelas e instituciones comunitarias, las cuales están inactivas en las noches, refieren.

Estos espacios, solo necesitan iluminación y otros recursos con un esfuerzo monetario mínimo, pues en las propias escuelas hay profesores de Educación Física e instructores de arte.

Al alcance también están los círculos sociales, los espacios de ferias, que abren pocos días al año... y quién sabe cuántos otros hoy ignorados o subutilizados.

Los funcionarios observan que los cabarets y las discotecas, como casi siempre, actúan en solitario y es que como son insuficientes y a ellos va a parar todo el mundo, terminan poniéndose «tan buenos» que acaban cerrados.

Los encuestados opinan que las iniciativas pueden ser muchas y podrían llegar hasta las cafeterías y restaurantes, establecer una red de karaoke, para la que bastarían lugares pequeños, con cuatro mesas, un televisor y el equipo, o ubicar dos computadoras que permitan navegar, enviar correos o, sencillamente, jugar; o dos mesas para un torneo de dominó. ¿Qué unidad gastronómica del tipo que sea no sería más atractiva de ese modo?

La realidad es que este tipo de análisis no es el que ocupa el trabajo, el funcionamiento o la proyección de la mayoría de las comisiones de recreación hasta hoy, reconocieron los entrevistados.

EL CONSEJO TIENE LA LLAVE

Este diálogo con más de una decena de funcionarios arrojó otros valiosos puntos de vistas y apreciaciones, sobre los cuales tampoco se medita con regularidad.

Ellos aprecian que sería distinto también el panorama de la diversión juvenil si en lugar de la venta de productos alimenticios y bebidas, el objeto social de las unidades que pululan en los barrios fuera la recreación comunitaria. Agregar ese concepto pudiera empezar a transformar la situación actual. Y sería un tipo de diversión diferente, apuntan.

Desde sus perspectivas no se pueden olvidar las grandes fiestas, mas estas no son la solución, aunque hay un público al que le gusta ir a esos grandes escenarios y bailar con las orquestas de primer nivel o, simplemente, escuchar música en un espacio abierto. Sin embargo esos sitios son casi nulos en muchos municipios.

Los entrevistados se preguntan y responden: ¿Por qué el 27 de septiembre o el 25 de julio se logra hacer una fiesta en cada cuadra? ¿Y por qué el resto del año es casi imposible? La respuesta es que esos días los líderes comunitarios son los que las organizan. A las organizaciones del barrio también les toca el papel de hacer, alegan.

Entre las limitantes para promover estas iniciativas desde abajo está el déficit de equipos de audio. Según trascendió a este diario, fue autorizado que se pudieran alquilar a los privados hasta tanto aparezcan los institucionales, solo que la norma de precios reglamentada siempre es inferior al monto de la cotización exigida.

Lamentablemente arguyen, en algunos aspectos la iniciativa individual está ganando a la propuesta pública, que se manifiesta en la inexistencia de bancos institucionales de películas en los territorios, sitios con computadoras para reproducir CDs o DVDs con los que se podría nutrir a una red de unidades.

El tema monetario está también entre los más preocupantes para los jóvenes, no bien analizado en todos sus alcances. Y es que, al parecer —opinan— los precios que se establecen responden a decisiones generalizadoras que imitan los de otras actividades de la sociedad.

Ya nadie se extraña porque le cobren 20 pesos por el simple hecho de entrar a un lugar. No obstante, los espacios descritos con anterioridad no tendrían un fin lucrativo. Si algo se cobrara sería el servicio brindado. No se trata de gratuidades, sino de que el precio se corresponda con la calidad de la oferta, al tiempo que sirva para regular la capacidad del espacio, porque un lugar excelente sobreexplotado también es una mala oferta cultural.

«La cuenta es matemática —señaló un encuestado—. Supongamos que un consejo popular se pongan a disposición de los jóvenes 19 espacios y el municipio cuente con siete de estas estructuras. Una simple multiplicación resultaría que habría en el territorio más de un centenar de opciones, que se sumarían a las propuestas de las grandes instituciones, las cuales siempre estarán ahí».

De estas y otras opiniones deriva que se necesita dar una mayor jerarquización a la recreación, además de una proyección que permita eliminar determinadas trabas, abrir algunos caminos y apoyar económicamente, cuando sea el caso, algunos esfuerzos más importantes. Y poner mucha, pero mucha mente, y no menos empeño.

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