Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Integrantes del sexteto Vitral aseguran que ahora desean crear

La agrupación que obtuvo el Gran Premio en Música del Festival Nacional de Instructores de Arte se inclina por la fusión de diferentes variantes ritmáticas

Autor:

Julio Martínez Molina

Vitral apostó por una producción musical en la que destacan el jazz, el son, la trova... demostrando con ello que el facilismo no es el camino para llegar al público. Cienfuegos.— El sexteto Vitral es un orgullo de la Brigada José Martí, no solo en Cienfuegos, sino en todo el país, pues impactaron a público y especialistas en el pasado Festival Nacional de Instructores de Arte, donde obtuvieron el Gran Premio en la especialidad de Música.

Provenientes de la segunda y tercera graduación de la Escuela Provincial de Instructores de Arte, Octavio García, y entre los 19 y 21 años de edad, Rosa María, Yosleydys, Ángel Eduardo, Yordankys, Diosmey y Antoñis —el director—, todos imparten talleres de creación en sus escuelas.

Pero en el escaso tiempo libre que les queda —en la práctica, las noches—, se reúnen y dan bríos a Vitral.

—¿Por qué esa denominación?

—Antoñis: Cuando decidimos unirnos, este año, apelamos a tal nombre porque los vitrales tienen muchos colores y tonos. No nos definimos por una sola línea de trabajo, sino que tratamos de abarcar un espectro musical. La música que hacemos es una mezcla de jazz —que nos interesa mucho— con otros ritmos. Ganamos el Gran Premio con el famoso Chan Chan, ligado con esa modalidad y blues, fusión que pudo sorprender a algunos.

—Ángel: La trova clásica y el son nos atraen también. Tenemos como referente la obra de gente como Oscar Hernández o Pepe Ordaz.

—¿Cómo los ha recibido el auditorio joven?

—Yosleydis: Muy bien pese al limitado contacto que hasta ahora hemos tenido. El público para el que hemos tocado reacciona fantásticamente.

—Diosmey: Esto demuestra que los jóvenes respetan la verdadera música y quieren que perviva. No es necesario abrirse paso con facilismos para llegarles.

—Ustedes integran otros proyectos. ¿No les causa contratiempos a la hora de unirse en Vitral?

—Rosa María: Algunos formamos parte del cuarteto Trovángel, y otros del septeto Rumbabuena.

—Yosleydis: Aunque parezca contradictorio que incursionemos en diferentes empresas y nos unamos en Vitral, nos enriquece, porque los que están en ese cuarteto que trabaja la línea vocal nos ayudan en este grupo a sacar ideas de cómo deben sonar las voces.

—Diosmey: Los integrantes del septeto tradicional aportan desde el plano instrumental, y con eso Vitral gana, pues es el espacio de convergencia de las experimentaciones y conocimientos de ambos colectivos.

—¿Cómo se las agencian para ensayar?

—Yordankys: Casi por obra de magia. El ensayo es en las casas, por las noches, después del horario laboral, durante el único tiempo libre del cual disponemos. A veces molestamos a quienes desean ver la novela...

—Más allá de su acción docente, ¿favorecen en sus escuelas su desarrollo como artistas, sobre todo ahora después del Festival, donde ello se respaldó?

—Antoñis: Nos sentimos algo limitados, incluso después del Festival, momento en el cual se estimuló el desarrollo de nuestras inquietudes artísticas, y la calidad del movimiento fue elogiada por el ministro de Cultura Abel Prieto.

«No solo nos hace falta más tiempo para crear, sino espacios de intercambio y confrontación, para saber por donde andamos.

«A excepción de la participación en actividades a las que no convoca la UJC y alguna actuación ocasional, nos sentimos subutilizados.

Deseamos hacer cosas novedosas, aprovechar la juventud y los anhelos de crear. A lo mejor, dentro de diez años tendremos una familia, hijos; ya no va a ser igual, y habrán quedado en el ayer las posibilidades actuales».

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