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Vuelven las lecturas y otras iniciativas a favor del libro en esta primavera

Uno de los hechos más sobresalientes será el Festival del Libro en la Montaña, que tendrá lugar desde el 2 hasta el 27 de abril en comunidades montañosas de difícil acceso Tintazos Triste parábola de la alegría Víctor Casaus a quemarropa Poesía de Frank Padrón La biblioteca prohibida Los mañanas de medio siglo

Autor:

Juventud Rebelde

Que el libro cubano ha decidido salirse de casa y recorrer nuevos horizontes ya no es un secreto para nadie. Quienes antes aseguraban que para adquirir una nueva obra casi era imprescindible «asaltar» la librería de la fortaleza del Complejo Morro-Cabaña, no requieren de tamaña heroicidad, porque una semana antes de la Feria los nuevos libros están en amplio surtido en cualquier librería de la capital. Desde hace más de un año, el Instituto Cubano del Libro (ICL) ha venido organizando un amplio plan de actividades que dignifican la lectura y la hacen más humana y popular, sobre todo por su estrategia de darle una vinculación real al ser humano y a quienes puedan buscar entre las páginas impresas un camino de crecimiento y esperanza.

El comienzo de esta verdadera cruzada de dignificación del acto de leer, fue con La noche de los libros y Lecturas de verano, en 2007, iniciativas que luego seguirían con Lecturas en el Prado, el Primer Festival Universitario del Libro y La Lectura (FULL), las Ferias serranas, la campaña Leyendo espero, en diversos lugares de afluencia de público, Lecturas frente al mar y Leyendo la Historia, en saludo al aniversario 50 del triunfo de la Revolución Cubana.

Cada una de estas iniciativas —arropada organizativamente por instituciones y organismos de la más diversa índole, pero en especial por la Unión de Jóvenes Comunistas y la Organización de Pioneros José Martí—, fue conduciendo a otra meta superior. Cada quimera se fue transformando en realidad. De hecho, en el mes de octubre, cuando la Isla entera había sido azotada por tres fuertes ciclones, la propia Feria parecía un sueño inalcanzable, y sin embargo pudo materializarse gracias al enorme esfuerzo realizado. Hoy ya se puede decir que ningún sueño es imposible, sobre todo si tiene que ver con el libro y la literatura y por eso mismo el año entero nuestros libros están de fiesta, con lo que se ha convertido en una intensa, variada y multifacética programación que vincula cualquier arte posible y se dirige a los sectores más amplios de la población, tanto citadina como rural.

Dejan de ser tan altas

Esta primavera, el libro, acabada de terminar su XVIII FIL 2009, incluyendo varios capítulos en las provincias occidentales y orientales, vuelve a ser noticia con nuevas lecturas, ahora en saludo al 31 de Marzo, Día del Libro Cubano, para conmemorar la creación de la Imprenta Nacional de Cuba, mediante la Ley 187 del Gobierno Revolucionario. También se festejará el 23 de abril un nuevo aniversario (42) del ICL y algunas de sus editoriales, y tendrán un protagonismo los poetas y la poesía; otra buena iniciativa, inédita por completo y de gran alcance, es que habrá presentaciones de obras para jóvenes en diversas secundarias y residencias de Profesores Generales Integrales (PGI); y, por primera vez, el 2 de abril, instituido Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil en honor al Príncipe de los cuentos infantiles, en todas las primarias de Cuba será dado a conocer un mensaje por el cumpleaños del autor danés Hans Christian Andersen.

Aparte de una fiesta de tres días en la Isla de la Juventud, desde el 2 hasta el 27 de abril se desarrollará el Festival del Libro en la Montaña, sobre todo en comunidades montañosas de difícil acceso, actividad que ya en 2008 significó un enorme movimiento de obras y autores, quienes hicieron no solo extensión de venta, sino presentaciones poéticas, recitales, charlas y cuanta iniciativa significó un acto de comunicación entre libro y lector. Ya nadie deberá extrañarse de ver puestos de venta y tarimas en lugares tan insólitos como cooperativas, consultorios, cafeterías, escuelas rurales o en algún bohío que despeina las laderas de una colina en la alta serranía. Por eso tampoco debemos asombrarnos cuando a lomos de un burrito o de un caballo veamos a los niños bajar de las alturas para buscar esas historias que les hagan volar bien lejos la fantasía. Vale decir como comentario casi final, que muchos de los libros más vendidos en la Feria van a seguir su andadura por la Isla entera y, junto a esa hermosa colección por el 50 aniversario, los miles de lectores de la Cuba larga y profunda podrán disfrutar de numerosas obras especialmente reimpresas para la ocasión, muchas para niños, adolescentes y jóvenes, en especial los tabloides con famosas historietas y la gustada serie de obras instructivas de Nerys Pupo: Vamos a cantar y a soñar, Vamos a jugar y Vamos a leer en familia, publicada por la Editorial de la Mujer. Entonces viene bien recordar un viejo proverbio con que ejemplificaban mucho los abuelos, parafrasearlo y decir que en Cuba «si alguna vez algún lector no fuera al libro, con tal de alcanzarlo cada libro viajará hasta la montaña más alta».

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