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Joven bailarina de Danza Contemporánea de Cuba elegida candidata directa al IX Congreso de la UJC

Jenny Nocedo Soca afirma que los participantes en el Congreso, más que plantear problemas, se unirán para buscar soluciones

Autor:

José Luis Estrada Betancourt

Jenny Nocedo Soca podría jurar que por estos días todo se ha conjurado para «matarla» del corazón. Pero anda por las nubes, pues la muerte que le diagnosticarían sería de felicidad. ¿La razón? Bueno, en verdad, son varias, según confesó a JR. Primero, sus compañeros la acaban de elegir delegada directa al IX Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, lo cual, sin dudas, la llena de regocijo; y, como si fuera poco, le se ve muy atareada en el montaje de lo que será un notable acontecimiento dentro de la danza en Cuba: el estreno por su compañía, Danza Contemporánea de Cuba (DCC), de Casi casa, una obra del gran coreógrafo Mats Ek.

La representación en la Isla, en diciembre venidero, de Casi casa junto a Mambo 3XXI, de George Céspedes —estrenado durante el pasado Festival Internacional de Teatro—, será un goce para esta bella muchacha que vive orgullosa de su «mulatez» y que, con su andar elegante y cubanísimo, podría ser la envidia de las más exigentes pasarelas de modas del mundo. No podría suceder de otro modo cuando ella cree que, al salir del vientre de su madre, en su Cienfuegos natal, en lugar de llorar, danzó.

«Adoro bailar, vivo para bailar», dice Jenny, después de asegurar que también la ayudó el hecho de haber nacido con todas las condiciones para ello. La pequeña no podía dejar de ponerle asombroso movimiento a cuanta música escuchaba, de ahí que su mamá la llevara a la Escuela de Ballet Olga Alonso, de Santa Clara, donde cursó hasta el quinto año. Fue entonces cuando supo con certeza que lo que realmente la «enloquecía» era la danza. Por eso agradece los tres intensos años que pasara en la Escuela Nacional de Danza y, sobre todo, que Miguel Iglesias, director de DCC, se fijara en ella y que la trajera para su compañía «que ahora tiene el privilegio de hacer una creación de un genio como Ek, quien, para mi regocijo y sorpresa, me seleccionó para que asumiera uno de los protagónicos».

Por eso no la asusta tanto el próximo estreno, porque durante el lustro que lleva dentro de la emblemática y versátil agrupación —que aún celebra sus primeras cinco décadas—, ha estrenado casi tres piezas por año y ha tenido el privilegio de interpretar en una misma función propuestas tanto de Céspedes y de Osnel Delgado (al estilo de Generation) como coreografías neoclásicas de Jan Linkens y otras donde se explota al máximo la técnica «volando bajo» de Juan Cruz. No ocurre igual con el IX Congreso de la UJC, «en el que tendré una responsabilidad muy grande, porque no puedo defraudar a quienes pensaron en mí.

«Lo haré con muchísimo gusto, pero sobre todo pensando que mi voz no será únicamente la de Danza Contemporánea de Cuba, sino la de los militantes del Conjunto Folklórico Nacional, del Ballet Nacional de Cuba..., es decir, la de los jóvenes artistas o no del municipio de Plaza de la Revolución. Sé que quienes nos daremos cita en el Congreso, más que sentarnos a plantear problemas nos uniremos para buscar soluciones», dice y casi me suplica con su mirada que continuemos la conversación en un momento posterior. Mats Ek, la afamada bailarina Ana Laguna (su esposa) y el resto del equipo continuarán con el montaje, y Jenny debe acudir al llamado de la danza.

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