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Abracadabra, llegó la magia

Ánfora se erige como uno de los espacios competitivos más importantes del ilusionismo en la Isla

Autor:

Yelanys Hernández Fusté

LAS TUNAS.— La magia es un gran espectáculo. Todo tiene coherencia, desde la música seleccionada para los actos hasta el vestuario que utilizan quienes desfilan por la escena.

Asombrar es la máxima intención de este tipo de funciones, donde los espectadores se encuentran ante un universo extraordinario que juega con esa capacidad racional de ver el mundo.

Por eso acá en Las Tunas los magos no dejan de sorprender a su público. El Festival de Magia Ánfora, que desde el pasado jueves y hasta el domingo acoge la ciudad, muestra la depurada destreza de estos profesionales para exhibir su arte.

Esta XV edición de Ánfora se desarrolla entre grandes espectáculos nocturnos y presentaciones diurnas en comunidades y centros estudiantiles. Pero también lo hace desde su llamativa sección competitiva, en la que los participantes optan por los galardones de modalidades como pequeñas y grandes ilusiones, magia de cerca, cartomagia, magia cómica, manipulación, y espectáculos infantiles y para adultos.

«Se percibe calidad en los números», adelanta a Juventud Rebelde el mago Fernando Rodríguez, quien preside el jurado del certamen.

Cada mañana y tarde desfilan varios magos por los escenarios del Teatro Tunas, las salas Raúl Gómez García y Blanca Becerra, y el cine 28 de Septiembre. Ellos se miden en un evento que consideran imprescindible para la manifestación en el país.

Noveles ilusionistas como Miguel Romero, de 24 años, regresan inspirados a cada edición. Fue en 2009 cuando el holguinero se erigió como vencedor en el apartado de manipulación. Ahora nuevamente compite. «Tengo entre mis sueños ser tricampeón», dice.

Siempre en estas lides hay que venir preparados. Miguel lo sabe y esta vez utiliza «técnicas nuevas» y le ha puesto «corazón y fuerzas» a su número.

El capitalino Rogelio Ruiz, de 22 años, decidió que este era un buen momento para llegarse al Balcón del Oriente cubano. Desde su óptica, Ánfora posibilita que muchos colegas coincidan para intercambiar experiencias.

A Rogelio, que pertenece a Circuba y a la Agencia Actuar, le agrada palpar que el arte que practica tiene muchos cultores en la Isla. Su reto por estos días está en ser muy versátil para exhibir su acto, pues concursa en la especialidad de manipulación. Mas se siente confiado, su gusto por la magia viene de su etapa del Servicio Militar, cuando un amigo lo introdujo en el ilusionismo.

La máxima de Rogelio siempre ha sido el optimismo. Piensa que «si uno de verdad lo desea, practica mucho y no deja de soñar, entonces puedes realizarte (como mago)».

En ello coincide el santiaguero César Caldas. Con 29 años y graduado de Filología de la Universidad de Oriente, Caldas trata de no solo mirar la magia desde la representación escénica.

A la par de competir en cartomagia, César expone su estudio Visión lingüística de la comunicación entre el mago y su público, que es un fragmento de lo que será su tesis de doctorado, y deviene modo de teorizar sobre esa especial relación entre ilusionistas y espectadores.

«Es un privilegio que tengamos Ánfora, un certamen que ha ido madurando, creciendo. Confluimos aquí magos de Pinar de Río a Guantánamo y nos expresamos en todas las tendencias de la magia en Cuba. Y el público tunero sabe degustar de un espectáculo de este tipo», afirma Caldas.

Es que el Festival es muy esperado en noviembre. Para Fernando Rodríguez, Ánfora es un punto de referencia en el año. «Todos los magos nos vemos aquí y eso nos incentiva a superarnos. Ahí está la razón por la cual la magia no decae, pues certámenes como este nos mantienen pensando en cosas nuevas y en crear. Sabemos que quien no lo haga se queda estancado, y la magia es evolucionar».

La tarea del jurado que preside Rodríguez es ardua. Tres fuertes compañías concursan: la anfitriona Huracán Mágico, Teatro de Variedades (Santiago de Cuba) y Teatro Cubano de la Magia (Camagüey) —esta última homenajeada por el Festival, que reconoce su destacado trabajo en 15 años de actuaciones. Entre los solistas participantes es igual de reñida la elección de los ganadores.

Tres magos y dos especialistas de teatro tendrán un veredicto final el domingo en la noche, en la gala de premiación. Mientras, los espectadores sienten que Ánfora no les deja perder la capacidad de asombro. Entre un truco y otro, los aplausos se continúan escuchando.

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