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Latinoamérica nos ofreció su corazón

El amor alcanzó la autenticidad de la poesía en la velada que, a la espera de este 13 de agosto, le hicieran cantores del continente, convocados por la Fundación Guayasamín, a Cuba y su Fidel

Autor:

Yelanys Hernández Fusté

Las venas musicales de América Latina se abrieron anoche para uno de sus pueblos y su líder en el teatro Karl Marx. Desde la profunda raíz cultural del continente, tan deshojado primero por los conquistadores europeos y luego por las dictaduras militares del siglo XX, ha emergido la poesía de los de «abajo», como describiera Mariano Azuela a esa masa siempre luchadora.

Parecía que aquella canción del argentino Fito Páez, interpretada por su coterránea Liliana Herrero, Yo vengo a ofrecer mi corazón, se recontextualizaba para reverenciar un proceso que innegablemente marcó, desde 1959, a las fuerzas progresistas y libertarias de la región y que hoy encuentra sus frutos en pueblos como los de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, por solo citar algunos.

Han sido esos vasos comunicantes de los cantores populares los que han homenajeado a Fidel, a los cubanos y a su Revolución. Desde las milongas del uruguayo Daniel Viglietti, la sobria interpretación de la búlgara Yordanka Kristova, la evocación al Che de los ecuatorianos de Pueblo Nuevo.

Un regocijo que encontró su sonoridad en el soberbio zapateo de Frank Fernández, en la majestuosa sonoridad de la voz de Omara, en las décimas de Tomasita Quiala y Héctor Gutiérrez, la prosa de jóvenes valores como Anónimo Consejo y Buena Fe, las canciones eternas de Vicente Feliú, la venezolana Cecilia Todd, el verso espontáneo y electrizante de Cándido Fabré, y de tantos otros artistas extranjeros y cubanos que unieron sus voces para este festejo.

Cuba y nuestro Comandante en Jefe han influido de manera tangencial en Latinoamérica. Así lo afirmó Alfredo Vera, «Cachito», en nombre de la ecuatoriana Fundación Guayasamín. Era como si se escuchara el eco de la voz del entrañable Oswaldo Guayasamín, quien dejó su cariño por Fidel perpetuado en la plástica.

Un homenaje «al hermano de la humanidad, a nuestro amigo Fidel al cumplir 85 años de fecunda vida. Homenaje en su persona al pueblo heroico de Cuba», dijo Vera ante José Ramón Machado Ventura, segundo secretario del Comité Central del Partido y primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, quien encabezó a los dirigentes del Partido y Gobierno cubanos presentes en la velada; familiares del célebre pintor ecuatoriano, y de los Cinco; personalidades internacionales, entre ellas el nicaragüense Tomás Borges, quien también cumple años este 13 de agosto, y otros invitados, junto a los capitalinos que colmaron el teatro en representación de todos los cubanos.

Es que se ha tratado de celebrar el valor de lo fundado, como supo decir el trovador Raúl Torres en su tema Nítida fe. Es el regocijo por sabernos parte de una nación que ha sabido sortear las vicisitudes y arrogarse el derecho propio a la soberanía. Y ese valor tiene dos nombres: Cuba y Fidel.

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