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Contribuir a la historia social desde el humor

El Diccionario ilustrado del fútbol y Estamos indignados son los nuevos libros del caricaturista chileno Guillermo Bastías (Guillo). El dedeté conversó con este amigo de Cuba

Autor:

Julieta García Ríos

Su nombre es Guillermo Bastías Moreno, pero se le conoce como Guillo. Es uno de los más destacados caricaturistas chilenos y un buen amigo de Cuba. Aunque estudió Arquitectura y Cine en la Universidad Católica de su país, su vocación la encuentra en el humorismo gráfico, oficio al que le ha dedicado más de 20 años.

Se inició en la revista chilena Clan adonde ilustraba la columna de Isabel Allende. Luego, en 1981, trabajó para las páginas de la Agencia de Prensa de Servicio Internacional (APSI), revista denominada así para que pudiera circular, escondiendo su línea izquierdista. Fue allí donde creó, en plena dictadura, un personaje que lo hizo famoso por desacreditar la figura del dictador Augusto Pinochet.

En junio de 2008 Guillo presentó el libro Pinochet ilustrado, ejemplar que incluye todas las viñetas que le hizo al dictador desde la década del 80 hasta su muerte. Recientemente reeditó ese libro y la semana próxima presentará dos nuevos títulos, ese será el derrotero de este diálogo internauta que también navegará por el Chile actual.

El fútbol y los indignados

Pinochet ilustrado, reeditado recientemente en la Feria del Libro de Santiago de Chile, tuvo un gran éxito. Se agotaron los ejemplares que la editorial dispuso para la venta y su autor cuenta que estuvo un par de días firmándolos. «Los comentarios siempre han sido gratos. Salvo una señora despistada que me retó diciendo que no debería hacer un libro a favor de Pinochet porque fue un tipo infame».

El 22 y 24 del presente mes, respectivamente, será la presentación de los libros El Diccionario ilustrado del fútbol y Estamos indignados.

El primero, según su autor, «es un libro grande, grueso, de como 400 páginas y que define todos los términos posibles relacionados con el fútbol desde la A hasta la Z. Tiene mucho humor, pues los redactores de los términos son dos afamados escritores que, además de futboleros como yo, tienen una prosa plena de humor. Contiene como 300 dibujos míos y fue un deleite hacerlo porque fui futbolista en la universidad y espectador asiduo de los partidos por televisión, tanto del fútbol chileno como el internacional. Los dibujos fueron realizados durante casi un año».

En cambio, Estamos indignados es un libro inmediato. Agrupa cien dibujos realizados en tres meses e inspirados fundamentalmente en la movilización estudiantil por una mejor educación en Chile. Al respecto comenta: «Fue como un torrente creativo gatillado por los bellos, valerosos y creativos estudiantes de mi país».

Humor calentico

Al conversar con este amigo de Cuba, quien nos ha visitado en cuatro ocasiones, dos de ellas como jurado de la Bienal Internacional de Humor de San Antonio de los Baños, no deja de transmitirnos su admiración por este pueblo, «uno de los más cultos, educados que me ha tocado conocer». Y más adelante explica: «Ahí el humor es como el Caribe mismo. Calentico, asoleado y optimista. En cambio, por acá, en el sur, el humor negro es más común, aunque el chileno, con tanto terremoto en su historia ha aprendido a enfrentar las desgracias con un humor que me gusta mucho».

Gobierno S.A.

Es el momento de hablar de lo que acontece en su país, y entonces el padre de Malena, Catalina y Diego; el colaborador de los diarios Boston Globe, Le Monde, Frankfurter Rundschau y El Mundo, no titubea.

—¿Cuánto ha cambiado Chile de Bachelet a Piñera?

—Piñera es el Gobierno de las grandes empresas del país. La ideología de ese pensamiento de derecha es que el Estado no debiera casi existir, y los servicios básicos, que son un derecho, como la educación, la salud, etcétera, los proporcionan empresas privadas que lucran con ellos.

«Por el lucro, el pago mensual por contar con esos servicios es más alto que si los proporcionara el Estado. Por ello se produce un excelente servicio para los que tienen dinero y un mal servicio para los que pagan menos».

—Leí que la última vez que publicaste en prensa escrita fue en las páginas de APSI, ¿acaso la caricatura de Guillo dejó de «clasificar» en los medios chilenos?

—La transición a la democracia después de la dictadura se pactó de espaldas al pueblo y significó que todo lo que cuestionara, produjera debate, e hiciera pensar a los ciudadanos, no era conveniente en los medios de prensa y la televisión chilenos.

«Solo comentarios superficiales, farándula y entretenimiento vulgar fueron incentivados y aceptados. Por ello un dibujo de opinión como el mío no tuvo cabida en estos medios controlados en su mayoría por un «duopolio» de derecha: la cadena de periódicos El Mercurio y la cadena Copes. Ambos comprometidos durante la dictadura con esta. Desde entonces existe una censura solapada y sobre todo autocensura de periodistas y dibujantes que se desempeñan en la prensa pro sistema. Así conservan su trabajo. Al final esos autocensurados terminan mimetizándose con el pensamiento de los dueños de esos periódicos y revistas.

«Afortunadamente, hoy por hoy están apareciendo nuevos periódicos con un pensamiento y una ética alternativa al poder económico. Por lo que hace un par de meses me integré como dibujante editorial de un nuevo periódico semanal llamado Otro Chile».

—El reyezuelo o reyecito surgió en tiempos de dictadura y desapareció con la muerte del tirano. ¿Has creado otro personaje después de ese?

—Sí, hoy tengo un perro sin raza determinada que comenta las acciones del Gobierno y en especial de Piñera, que lo presento siempre de espaldas al lector. También estoy trabajando un personaje que es un entrenador timorato y ratón de fútbol. Se llama el ratón Fernández. Haré una historieta con él.

—Has dicho que ser caricaturista te hace feliz, ¿este oficio da «para vivir»? ¿Cuál es la realidad de los humoristas gráficos chilenos?

—Paso con esta pregunta, pues es complejo explayarse sobre ello. Yo viví de este oficio toda mi vida. A veces mejor y a veces menos. Lo complemento con el de ilustrador de textos diversos en educación, salud y dibujos para empresas sobre seguridad en el trabajo.

—Algunos mientras trabajan fuman, otros beben café, ¿Guillo qué necesita?

—Música, y a veces silencio. Previamente necesito estar contento, animado. Para ello son muy estimuladores el amor, el sexo, y las buenas conversaciones con amigos.

—¿Por qué prefieres la caricatura editorial?

—El dibujo editorial es una especialidad dentro del humor gráfico. Para mí el rol de este dentro de una sociedad es registrar desde la mirada del humor, los acontecimientos que en esa sociedad se dan. El dibujante, a través de sus líneas, da su opinión sobre esos eventos proponiéndole al lector una sonrisa, pero también una reflexión.

«Es por ello que debe tener una libertad y una soberanía, y estas debieran ser apoyadas y defendidas por la dirección del medio que publica la obra del autor. La importancia que tiene el humor gráfico editorial es la de contribuir a la historia social de un país, desde la especial mirada del humor».

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